viernes, 23 de mayo de 2014

La neutralidad en la red sigue en peligro




La Comisión Federal de Comunicaciones de EEUU (FCC) votó hace días la propuesta siguiente: las compañías de contenidos tuvieran la opción de pagar para conseguir que los proveedores de banda ancha privilegiaran su información permitiendo, así, que circulara a una velocidad mayor que otros creadores que no pagaran.

Esto abre de nuevo el debate sobre la neutralidad en la red y el concepto del “derecho a Internet”. Internet es fuente de información, por lo tanto, acceder a la red debería ser considerado un servicio público, tal como acceder a la luz o al agua. Lo que ocurre es que las operadoras quieren incrementar su negocio exponencialmente y las grandes compañías estarían interesadas en eliminar competencia indeseable por la vía del talonario y la velocidad por la que circulan los bites.
Ningún contenido en la red puede ser discriminado, pero esto le da igual a muchos gobiernos e interesados. El fin de la neutralidad en la red modificaría ésta  tal y como la entendemos, transformando radicalmente un espacio en el que todos los contenidos son iguales a otro en el que, como siempre, el más grande se llevará el gato al agua.

Asimismo, el fin de la neutralidad también obstaculizaría el movimiento de información y, por lo tanto, es posible que empresas como Google vieran mermada su capacidad de mover información y, como es evidente, su vía de negocio. Es precisamente la organización del exceso de información lo que abre las puertas a nuevas herramientas abriendo el camino así a nuevas oportunidades  para hacer dinero.

Según la información que publica la prensa, el presidente Obama está a favor de la neutralidad en la red bajo el argumento de que un Internet abierto y libre ha permitido que pequeñas empresas salten al terreno de juego fortaleciéndose progresivamente hasta convertirse en un motor importante del crecimiento económico. Es evidente que si bajamos las barreras de entrada para cualquier negocio, la posibilidad de que el dinamismo económico se incremente se ve fuertemente multiplicada. Habrá que ver si Obama cumple su promesa o, por el contrario, se pliega a otros intereses y termina claudicando.

Como bien dice la noticia, “de llegar a ser implementada la nueva regulación, firmas como Netflix o Amazon podrían pagar cuotas para garantizar un servicio de streaming sin fallos de descarga, en detrimento de otras empresas más pequeñas”.
Habrá que esperar hasta septiembre para ver cómo termina la votación y el dictamen de dicha organización.

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