martes, 22 de julio de 2014

El mundo de la cultura y el empleo.

Artículo publicado también en eProform
La cultura no sólo es algo que alimenta el alma, como dirían los románticos, sino que también puede ser un dinamizador de empleo a tener muy en cuenta. La última subida del IVA cultural supuso un duro golpe para una industria ya tocada, pero es posible que, con mentalidad de eso, de industria, podamos ver un poco de esperanza en el empleo ligado a lo que conocemos como mundo del “arte”. Eso sí, tenemos que ser conscientes de las dificultades que atraviesa, como de laque nos alerta esta noticia publicada recientemente y que porta el siguiente titular: Un 73% de los actores en España no puede vivir de los ingresos de su trabajo”

Como podemos leer en un artículo reciente en el diario Expansión, “el sector cultural (cine, música, videojuegos y vídeo) da empleo a 457.600 personas, un 2,6% del empleo total en España”. Y, no olvidemos que "por cada puesto directo que crea este sector se generan hasta tres indirectos". Es curioso quese incorporen los videojuegos en este sector,puesto que por sí solo es ya un monstruo económico que mueve millones.
En la mayoría de los casos, los empleos son temporales –el tiempo de rodar una película, la temporada teatral, la gira de conciertos, etc.-, pero eso no les resta importancia laboral. Además, ciertas voces del sector se quejan de la piratería -música y cine, sobre todo-, pero Internet está abriendo puertas a la promoción barata y a otras formas de entender el consumo audiovisual a las que la industria no tiene más remedio que hacer frente con imaginación y flexibilidad, y no estableciendo cánones digitales y pretendiendo cobrar en Internet como si fueras al cine a ver una película. Un ejemplo de negocio adaptado a la red es Neftlix, del que Enrique Dans habló en un artículo hace tiempo y cuyo contenido da para pensar y mucho sobre otros modelos de negocio de cultura online. 

Expansión determina algunas profesiones interesantes que podemos extraer de este mundo:
  • Escritores,
  • músicos,
  • bailarines, actores,
  • directores,
  • promotores musicales,
  • gestores culturales,
  • tramoyistas,
  • técnicos de sonido y de imagen,
  • regidores,
  • etc.
Este verano, con la proliferación de los conciertos y de las actividades festivas, veremos a muchos de estos profesionales dar lo mejor de sí. Tampoco hay que olvidar que un festival de música, por ejemplo, supone miles de personas desplazadas a un lugar determinado, con todo lo que eso significa: hoteles, bares, proveedores de bebidas, sitios turísticos, tiendas…, porque no todo el mundo acampa y se dedica a comer bocadillos (que también da dinero a los negocios locales).

Además, según los expertos, el marketing y las redes sociales tienen mucho recorrido y pueden servir de impulso a las actividades culturales. Internet no es un enemigo a batir, sino un gran aliado, siempre que se entienda bien cómo funciona la red: no es compartir cultura, es la cultura de compartir (concepto acuñado por el sociólogo Manuel Castells).
Es importante el emprendimiento, que ejercería aquí como un interesante motor. Si tomamos como ejemplo EEUU, donde “el 30% de la población activa se engloba dentro de la clase creativa”, vemos que en España estamos todavía lejos de ellos.

Sin embargo, entrar en estos espacios puede ser muy complicado, independientemente del talento personal de cada cual. Los concursos, eventos de networking, cursos de posgrados con bolsas de empleo que conlleven prácticas y foros especializados son algunas formas de abrirse camino.
Por lo demás, dentro de las capacidades transversales de muchas de estas profesiones, cómo no, estarían la perseverancia, la adaptabilidad horaria, los idiomas -sobre todo el inglés- y la formación.
En fin, el arte no sólo alimenta el alma.

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