lunes, 1 de diciembre de 2014

España: tierra de emigrantes


Fuente: wikipedia


En un artículo reciente de El País se establecía lo siguiente: “Seis de cada diez jóvenes españoles planean emigrar en busca de empleo”. No es pesimismo, es realismo. Si sumamos el desempleo a la cuestión salarial, bastante raquítica en un número considerable de casos, es evidente que el futuro de muchos jóvenes muy cualificados -y sin cualificar- pasa por emigrar.
Pero esto no es nuevo. Ya escribí en su día un artículo hablando del mismo tema y comenté una serie de datos históricos que debemos recordar siempre:


  • ·         Entre 1960 y 1972 emigraron a Alemania cerca de 552.000 trabajadores; a Suiza, unos 577.000; y, alrededor de 436.000 se fueron a Francia. Por entonces, estos emigrantes que solían irse dejando a sus familias aquí, se convirtieron en una fuente de divisas que venía muy bien a una economía totalmente en ruinas.

  • ·         Se estima que durante los años 60, 4,5 millones de personas abandonaron su residencia y 2,6 millones, su provincia. Las provincias que vivieron una salida mayor de personas estaban situadas en Andalucía (con cerca de 843.000 emigrantes), Castilla la Mancha, Castilla León, Extremadura y Galicia. Hubo movimientos del sur al norte de España, así como del mundo rural a las ciudades.


No sabemos a ciencia cierta cuantas personas se han ido de España desde la crisis actual, pero a principios de este año se decía en prensa que: 


“El INE infrarrepresenta la realidad de la emigración, según reconoce el propio organismo. Los datos oficiales indican que se marcharon 2.186.795 personas entre el 1 de julio de 2008 y el 1 de julio de 2013, de los cuales el 11,98% (262.081) son españoles de nacimiento o nacionalizados”.


Por lo tanto, todo indica que la dinámica continua y que a los emigrantes retornados a sus países de origen se suman cada vez más españoles de nacimiento. Así, se ve reducida la población activa y, a su vez, puede presentarse el espejismo de que España va mejor. Pero no es cierto.


La movilidad geográfica está muy bien, a título individual y como forma de ganar experiencia, pero siempre pienso que en nuestro país estamos perdiendo mucho capital humano que es necesario aquí. No estamos como para desperdiciar talento; al fin y al cabo, es el que debe ayudarnos a salir de la crisis.


Cuando vemos imágenes de inmigrantes en la valla de Melilla, nos tenemos que acordar de que nosotros también somos inmigrantes y de que, cada vez más, los países de nuestro entorno, como Gran Bretaña, quieren poner de nuevo fronteras a lo largo de la Unión incluso Suiza ha llevado el tema migratorio a un referéndum.


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