domingo, 27 de mayo de 2018

¿Veremos un Facebook de pago?





Los problemas de Facebook con la privacidad han llevado a Mark Zuckerberg a plantearse el modelo de negocio de Facebook. Por lo menos, eso es lo que ha dejado caer. Y es que lo que es gratis en Internet, en este caso una red social, se mantiene gracias a nuestros datos. Si no queremos pagar, hemos de saber bien que la publicidad será la norma y que nuestra privacidad no existe. Si todos lo aceptamos, bien. Aunque hay algún ingenuo que se sorprende de que estas grandes compañías sepan tanto de nosotros. Simplemente, le hemos abierto la puerta.

Actualmente, en mi caso, he permitido incluso el reconocimiento facial. Quiero experimentar hasta qué punto Facebook puede mejorar mi experiencia de usuario y ampliar el control que tengo de mis datos más allá de mi simple muro. Pero sé que corro un riesgo, y es ceder esa información, ese control, a una compañía que no sé muy bien que hará en el presente o en el futuro. Me dejo alienar consciente de eso. No es para consolarse, pero conozco los riesgos.
La cuestión es que el Freemium, como se conoce a los servicios gratuitos ofrecido por algunas plataformas de Internet, quizás está tocando techo, y es hora de plantearse si muchos usuarios necesitamos dar un salto cualitativo.

Enrique Dans analiza bien, en su blog, estos modelos de negocio. Pero claro, cuando llegamos a Facebook nos encontramos con un dilema. ¿Qué puede ofrecernos por pagar? Podrían  plantear que con una cuenta premium no utilicen nuestros datos; no obstante,  esa actitud es casi como un chantaje. Además, la publicidad en Facebook no es tan molesta, por lo que deberían de perjudicar mucho más la cuenta gratuita para que te den ganas de irte.
La cuestión es que sí hay empresas en las que Facebook es un actor importante. Como bien establece Dans.

 “Pero ¿qué ocurre con todos aquellos negocios que sí necesitan a Facebook para llegar a su público, para proporcionar servicios de atención al cliente o para simplemente mantener abierto un canal de comunicación? Esos servicios, a día de hoy, pagan por hacer publicidad para mantener un alcance que una vez, hace tiempo, obtenían gratis. ¿Podría diseñarse un modelo en el que Facebook cobrase precisamente a ese tipo de usuarios que sí extraen una rentabilidad de Facebook, que sí precisan unas analíticas o que se plantean que, sin Facebook, les resultaría más difícil llegar a sus usuarios?”

 Si tu cuenta de resultados puede resentirse si te vas de Facebook, quizás si pagarías por quedarte. Pero entonces, el usuario normal seguiría teniendo las mismas dudas sobre su privacidad, a no ser que  gracias a los nuevos ingresos, el amigo Mark Zuckerberg  limitara el papel que nuestros datos juegan en la compañía. Entonces, volvemos a la pescadilla que se muerde la cola, ¿querrán estar las empresas en una red que no les proporciona información detallada de su público objetivo?

 Me gustaría saber vuestra opinión el respecto. ¿Veremos un Facebook de pago?

jueves, 17 de mayo de 2018

Tecnología y formas de reclutar personal.



¿Qué es más fácil: enviar un currículum en PDF o la URL de tu LinkedIn? Mejor dicho, la pregunta quizá no esté bien planteada, ¿qué dirá más de nosotros: lo uno o lo otro? Estoy cansado de que me comenten que depende del puesto de trabajo. No; si quieres posicionarte mejor que la competencia, estás tardando en ponerte al día -si no lo has hecho ya- en competencias digitales y un perfil en LinkedIn es un paso fundamental para mejorar nuestras posibilidades.

LinkedIn, cuando tu perfil está plenamente completo y no la chapuza que veo en tantos sitios, es una poderosa herramienta de posicionamiento, sobre todo si participas en grupos, buscas personas y empresas de tu sector y te preocupas por sacar el máximo partido (hace años que estoy en esta red social y, aunque no existen los milagros, doy fe de su potencial:  http://politologoenred.blogspot.com.es/search/?q=linkedin).

Para comprender la forma de buscar trabajo, hemos de analizar cómo se recluta personal. Este proceso se ha visto transformado de forma sustancial gracias a las TIC, eso lo sabemos todos.  No solo son los portales de empleo, que permiten a las empresas poner anuncios y gestionar candidaturas, sino que la tecnología sigue avanzando y la inteligencia artificial parece que también puede jugar su papel a la hora de buscar personal. Como leemos en prensa:

“La información es la mayor ventaja que tienen las empresas hoy en día, ya que es la que les ayuda a contratar y retener talento. Por eso cerca del 70% de los profesionales de Recursos Humanos cree que saber usar el Big Data puede hacer progresar sus carreras.”

Un poderoso software evalúa miles de currículos, cierto, pero, ¿se quedará ahí?  Seguramente revisará la información en la red, analizará blogs, perfiles de LinkedIn, perfiles en otras redes sociales… buscando candidatos idóneos. Cuanto mejor te posiciones, mejor estarás de cara a ese rastreo. Si no estás en la red, desde el punto de vista profesional, el problema es mayúsculo. Aunque siempre digo que hay dos problemas: no saber utilizar la tecnología (preocupante)  y/o utilizarla de forma incorrecta creyendo que se conoce bien lo que se hace (gravísimo). Vemos con cierta frecuencia a gente colgar todo lo que se le ocurre en Facebook y mantener el muro público o vomitar improperios en Twitter. Se ha quedado tranquila, pero su reputación digital ha quedado tocada.
Hay más formas en la que la Inteligencia Artificial ayuda al reclutamiento. Leemos en otro artículo:

“Así, por ejemplo, gigantes como Unilever o Goldman Sachs están pidiendo a los candidatos que graben sus respuestas a varias preguntas. Una vez que se tiene el vídeo, la primera purga se deja en manos de la inteligencia artificial, que analiza las palabras que usan, la confianza que transmiten o cómo organizan sus argumentos para así establecer quiénes son los candidatos que más pueden interesar y quiénes los que encajan en cada puesto. A partir de ahí, recursos humanos toma el relevo.”

La otra cara de la moneda es considerar que un trabajo tan humano, que no es otro que el de analizar a las personas, entrevistarlas, conocerlas y evaluarlas sea objeto de automatización. ¿Qué pasará si la persona tiene un criterio distinto al de la Inteligencia Artificial? Ya sabemos que la tecnología no se equivoca.


miércoles, 9 de mayo de 2018

Recomendaciones de la OCDE para España: Más formación



¿Sirve de algo la ayuda  a la contratación?  Según la OCDE,no. Por lo menos eso es lo que se entiende tras su análisis del mercado laboral español.  Subvencionar contratos o nos va a ayudar a reducir el desempleo ni a recualificar a nuestros desempleados, la formación, sí.

Según leemos en la prensa: “La institución internacional pone de manifiesto que, a pesar del elevado y persistente desempleo, España gasta relativamente poco en formación y en asistencia en la búsqueda de empleo para desempleados en comparación con otros miembros del 'Club de los países ricos'.” Y seguimos, “De este modo, la OCDE considera que la empleabilidad de los adultos en España se ve lastrada por sus escasas competencias básicas y por un número insuficiente de opciones de aprendizaje que puedan ayudarles, señalando que, a pesar de que existe formación para adultos gratuita en competencias básicas, actualmente las tasas de participación son muy bajas.”

Bueno, es algo que sabemos todos los que nos preocupamos por analizar el mercado laboral español, pleno en contradicciones e irracionalidades. Tenemos, por un lado, multitud de personas con escasa formación que van a tener un problema cada vez mayor para incorporarse en el mercado laboral. Por otro,  disponemos de personas con una formación importante desempeñando trabajos por debajo de su nivel de competencias.  Como establece la institución, “de hecho, un 22% de trabajadores esta sobrecualificado para el puesto que desempeña, mientras muchos trabajadores adultos, a pesar de contar con un nivel educativo alto, no disponen de las competencias requeridas por las empresas.”

A nivel de empresa, las bonificaciones a la contratación pueden resultar útiles. A nivel social, vemos que esos recursos deben ir a recualificar a trabajadores. En este sentido nos encontramos con un nuevo problema, y es que siempre se ha considerado en España que quien no quiere estudiar solo se tenía que poner a trabajar nada más terminar el colegio. El cambio de mentalidad es necesario, puesto que no basta con tener ganas de trabajar, hay que estar formado.

La OCDE no solo se queda en esta recomendación. Sugiere que tenemos unos servicios públicos de empleo sobrecargados, lo cual obstaculiza que sean eficaces y útiles para que los desempleados encuentre trabajo, “La OCDE advierte de la sobrecarga a la que están sometidos los trabajadores del servicio público de empleo de España (SEPE), puesto que cada uno de ellos tiene asignados una media de 721 demandantes de empleo, frente a los menos de 50 del servicio equivalente en Alemania.” Aquí habría que profundizar, porque las competencias de las políticas activas de empleo están transferidas. Aún así, a todas luces este dato es escandaloso, sobre todo cuando hay gente que considera que hay demasiada gente trabajando en los servicios de empleo.

Por último, la OCDE recomienda algo que no entiendo: subir las tasas universitarias. Que alguien me explique esto: “En este sentido, la OCDE considera que las bajas tasas universitarias en España y las becas, vinculadas a los ingresos familiares en vez de a habilidades y cualificaciones, contribuyen poco a la necesaria adecuación, recogiendo su recomendación de elevar moderadamente las tasas para hacer que los estudiantes valoren con mayor rigor el resultado en el mercado laboral de sus decisiones sobre formación.” Supongo que querrá que estudie menos gente en la universidad, o que se piensen más. Y otra pregunta, ¿cómo no se va a relacionar las becas con los ingresos? Si precisamente son para facilitar la igualdad de oportunidades.


Diez obras de teatro que no me canso de recomendar

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