Nadie
duda de que Internet, en general, y las redes sociales, en particular, han
modificado la forma en la que nos relacionamos los unos con los otros. El
ámbito de la empresa no podía obviar este mundo, como tampoco pueden hacer
oídos sordos la administración pública u otras instituciones que se precien. En
la entrada de hoy voy a centrarme en el ámbito de la empresa y el ciberespacio para
traer a colación el conocido como “Manifiesto CleuTrain”.
- Los
mercados son conversaciones.
- Los
mercados consisten de seres humanos, no de sectores demográficos.
- Las
conversaciones entre seres humanos suenan humanas. Se conducen en una voz
humana.
- Ya
sea transmitiendo información, opiniones, perspectivas, argumentos en
contra o notas humorosas, la voz humana es abierta, natural, sincera.
- La
gente se reconoce como tal por el sonido de esta voz.
- La
Internet hace posible tener conversaciones entre seres humanos que
simplemente eran imposibles en la era de los medios masivos de
comunicación.
- Los
hiperenlaces socavan a las jerarquías.
- En
los mercados interconectados como entre empleados intraconectados, la
gente utiliza nuevas y poderosas formas de comunicación.
- Las
conversaciones en red hacen posible el surgimiento de nuevas y poderosas
formas de organización social y de intercambio de conocimientos.
- Como
resultado los mercados se vuelven más inteligentes, más informados, más
organizados. La participación en un mercado interconectado hace que las
personas cambien de una manera fundamental.
- Las
personas que participan en estos mercados interconectados han descubierto
que pueden obtener mucha mejor información y soporte entre si mismos que
de los vendedores. Ya basta de la retórica corporativa acerca de añadir
valor a productos de consumo general.
- No
hay secretos. El mercado en red sabe más que las empresas acerca de sus
propios productos. Y ya sea que las noticias sean buenas o malas, se las
comunican a todo el mundo.
- Lo
que ocurre en los mercados, también sucede entre los empleados. Una
construcción metafísica llamada "Compañía" es lo único que queda
entre los dos.
- Las
corporaciones no hablan en la misma voz que estas conversaciones
interconectadas. Para su "audiencia objetivo", las compañías
suenan huecas, opacas, literalmente inhumanas.
- En
sólo unos pocos años, la actual "voz" homogenizada del mundo de
los negocios -- el sonido de misiones corporativas y folletos oficiales --
parecerá tan rebuscada y artificial como el lenguaje de la corte francesa
en el siglo 18.
- Hoy
en día, las compañías que hablan el lenguaje del charlatán, ya no logran
captar la atención de nadie.
- Las
compañías que asumen que los mercados en línea son iguales a los mercados
que ven sus anuncios por televisión, se engañan a si mismas.
- Las
compañías que no se dan cuenta que sus mercados ahora están
interconectados persona-a-persona, y por consecuencia volviéndose más
inteligentes y profundamente unidos en conversación, están perdiendo su
mejor oportunidad.
- Las
empresas ahora pueden comunicarse con sus mercados directamente. Esta
podría ser su última oportunidad si la desperdician.
- Las
compañías deben darse cuenta que sus clientes se ríen frecuentemente. De
ellas.
- Las
empresas necesitan "alivianarse" y tomarse menos seriamente.
Necesitan tener sentido del humor.
- Tener
sentido de humor no significa poner chistes en el Web corporativo.
Requiere tener valores, un poco de humildad, honestidad y un punto de
vista sincero.
- Las
compañías que intentan "posicionarse", necesitan adoptar una
posición. Idealmente relacionada con algo que realmente le importe a su
mercado.
- Las
declaraciones exageradas -- "Estamos en posición de convertirnos en
el principal proveedor de XYZ" -- no constituyen una posición.
- Las
compañías necesitan bajar de su pedestal y hablarle a la gente con quien
esperan establecer relaciones.
- Las
relaciones públicas no se relacionan con el público. Las compañías tienen
un temor profundo de sus mercados.
- Al
usar un lenguaje que resulta distante, poco atractivo, arrogante, levantan
muros que las distancian de sus mercados.
- La
mayoría de los planes de mercadeo se basan en el temor de que el mercado
pueda enterarse de lo que realmente sucede dentro de la compañía.
- Ya
lo dijo Elvis Presley: "No podemos seguir juntos si sospechamos
mutuamente."
- La
lealtad a la marca es la versión corporativa de una relación estable, pero
el rompimiento es inevitable -- y se aproxima rápidamente. Gracias a que
están interconectados, los mercados inteligentes pueden renegociar sus
relaciones con velocidad increíble.
- Los
mercados interconectados pueden cambiar de proveedores instantáneamente.
Los "empleados de conocimiento" interconectados pueden cambiar
de empleador durante la comida. Las propias iniciativas de reducción de
tamaño en las empresas nos enseñaron a preguntar: "¿Lealtad? ¿Qué es
eso?"
- Los
mercados inteligentes encontrarán proveedores que hablen su mismo
lenguaje.
- Aprender
a hablar con una voz humana no es un truco de magia. No puede ser
aprendido en alguna conferencia.
- Para
hablar en una voz humana, las empresas deben compartir las preocupaciones
de sus comunidades.
- Pero
primero, deben pertenecer a una comunidad.
- Las
empresas deben preguntarse a sí mismas hasta dónde llega su cultura
corporativa.
- Si
su cultura acaba antes que comience su comunidad, entonces no tendrán
mercado.
- Las
comunidades humanas se basan en el diálogo -- conversaciones humanas
acerca de inquietudes humanas.
- La
comunidad del diálogo es el mercado.
- Las
compañías que no pertenecen a una comunidad de diálogo, morirán.
- Las
compañías han hecho una religión de su seguridad, pero esto no sirve de
nada. La mayoría se protegen menos en contra de sus competidores que de su
propio mercado y fuerza de trabajo.
- Tal
como en los mercados interconectados, las personas también se comunican
entre sí directamente dentro de la compañía -- y no solamente hablan
acerca de las reglas y regulaciones, la línea oficial, rentabilidad.
- Estas
conversaciones se llevan a cabo a través de los intranets corporativos.
Pero sólo cuando las condiciones son favorables.
- Las
compañías instalan sus intranets desde arriba para distribuir sus
políticas de recursos humanos y otra información corporativa que sus
trabajadores están tratando de ignorar.
- Los
intranets tienden a centrarse en el aburrimiento. Los mejores se
construyen desde abajo por individuos participativos que cooperan para
construir algo mucho más valioso: una conversación corporativa
interconectada.
- Un
intranet saludable organiza a los empleados en varios sentidos de la
palabra. Su efecto es más radical que la agenda de cualquier sindicato.
- Aunque
esto asusta mucho a las empresas, también dependen en gran medida de estos
intranets abiertos para generar y compartir conocimientos críticos.
Necesitan resistirse a la tentación de "mejorar" o controlar
estas conversaciones.
- Cuando
los intranets corporativos no se limitan por el temor y normativas, el
tipo de conversación que promueven resulta notablemente parecido a una
conversación de los mercados conectados en red.
- Los
organigramas funcionaron en la vieja economía en que los planes podían
entenderse completamente desde el tope de las empinadas pirámides
administrativas y se podían pasar detalladas órdenes de trabajo desde
arriba.
- Hoy
en día, el organigrama está hiperenlazado, no jerarquizado. El respeto al
conocimiento práctico resulta más importante que la autoridad abstracta.
- Los
estilos administrativos de "control de mando", surgen de, y
refuerzan la burocracia, las luchas de poder y una cultura general de
paranoia.
- La
paranoia mata la conversación. Esa es su meta. Pero la falta de una
conversación abierta mata a las empresas.
- Existen
dos conversaciones llevándose a cabo. Una dentro de la empresa. Otra con
el mercado.
- En
general, ninguna de estas conversaciones va muy bien. Casi
invariablemente, la causa del fracaso puede encontrarse en las ideas
obsoletas de "control de mando".
- Como
política, estas ideas son venenosas. Como herramientas, están
descompuestas. Las prácticas de "control de mando" chocan con la
hostilidad de los "empleados de conocimiento" intraconectados y
generan desconfianza en los mercados interconectados.
- Estas
dos conversaciones quieren encontrarse. Hablan el mismo idioma. Reconocen
sus voces mutuamente.
- Las
empresas inteligentes harán lo que sea necesario para lograr que lo
inevitable suceda cuanto antes.
- Si
el coeficiente intelectual se midiera como la disposición de "abrir
paso" o quitarse de en medio, resultaría que muy pocas compañías se
han vuelto sabias.
- Aunque
en este momento es un poco subliminal, hay millones de personas en línea
que perciben a las empresas como algo un poco más que curiosas ficciones
legales tratando activamente de evitar que estas conversaciones se
intersecten.
- Esta
es una actitud suicida. Los mercados quieren conversar con las empresas.
- Desafortunadamente,
la parte de la empresa con la cual se quieren comunicar los mercados se
esconde tras una cortina de humo, de un lenguaje que suena falso -- y las
más de las veces lo es.
- Los
mercados no quieren conversar con charlatanes y vendedores ambulantes.
Quieren participar en las conversaciones tras la pared de protección
corporativa (firewall).
- Ponerse
en un nivel más personal: Nosotros somos esos mercados. Queremos charlar
contigo.
- Queremos
tener acceso a tu información corporativa, a tus planes y estrategias, a
tus mejores ideas y a tu conocimiento genuino. No nos vamos a conformar
con tus folletos a cuatro colores, o con tu Web sobrecargado de chucherías
visuales pero con muy poca sustancia.
- También
somos los empleados que hacemos funcionar sus empresas. Queremos conversar
directamente con los clientes con voz propia, no con frases trilladas
escritas en un guión.
- Como
mercados, como empleados, estamos hastiados de obtener nuestra información
por control remoto. ¿Por qué necesitamos reportes anuales impersonales y
estudios de mercado de tercera mano para presentarnos unos a otros?
- Como
mercados y como trabajadores, nos preguntamos ¿por qué no escuchas?
Pareciera que hablas un idioma distinto.
- El
lenguaje inflado y pomposo que utilizas -- en la prensa, en tus
conferencias -- ¿qué tiene que ver con nosotros?
- Quizás
impresiones a tus inversionistas. Tal vez impresiones a la bolsa de
valores. No nos impresionas a nosotros.
- Si
no causas gran impresión en nosotros, tus inversionistas van a salir perdiendo.
¿Que no entienden esto? Si lo entendieran, no te permitirían hablar en la
forma que lo haces.
- Tus
ideas anticuadas acerca de "el mercado" nos hacen voltear la
vista al cielo. No nos reconocemos en tus proyecciones -- tal vez porque
sabemos que ya estamos en otro lugar.
- Este
nuevo mercado nos parece mucho mejor. De hecho, nosotros lo estamos
creando.
- Estás
invitado, pero es nuestro mundo. Quítate los zapatos y déjalos junto a la
puerta. Si quieres comerciar con nosotros, ¡baja de tu camello!
- Somos
inmunes a la publicidad. Olvídalo.
- Si
quieres que te dirijamos la palabra, dinos algo. Que sea algo interesante
para variar.
- También
tenemos algunas ideas para ti: nuevas herramientas que necesitamos, algún
mejor servicio. Cosas por las cuales estamos dispuestos a pagar. ¿Tienes
un minuto?
- ¿Estas
tan ocupado "haciendo negocios" que no puedes contestar nuestro
correo electrónico? Por Dios, vaya, volveremos mas tarde. Tal vez.
- ¿Quieres
que pongamos nuestro dinero? Nosotros queremos que pongas atención.
- Queremos
que descartes tu viaje, que salgas de tu introversión neurótica, ven a la
fiesta.
- No
te preocupes, aún puedes hacer dinero. Eso sí, mientras no sea lo único en
tu mente.
- ¿Te
has dado cuenta que, por sí mismo, el dinero es unidimensional y aburrido?
¿De qué más podemos hablar?
- Tu
producto falló. ¿Por qué? Nos gustaría preguntarle a la persona que lo
hizo. Tu estrategia corporativa no tiene sentido. Nos gustaría hablar con
tu Director General. ¿Cómo que no está?
- Queremos
que trates a 50 millones de nosotros tan seriamente como tratas a un
reportero del diario financiero.
- Conocemos
algunas personas en tu empresa. Son buena onda en línea. ¿Tienes más de
esos escondidos por ahí? ¿Pueden salir a jugar?
- Cuando
tenemos dudas, nos apoyamos en el resto de nosotros para aclararlas. Si no
tuvieras control tan estricto sobre "tu gente" tal vez nos
apoyaríamos en ellos también.
- Cuando
no estamos ocupados siendo tu "mercado objetivo", muchos de
nosotros somos tu gente. Preferimos hablar con amigos en línea que estar
viendo el reloj. Eso ayudaría a difundir tu nombre mejor que tu Web del
millón de dólares. Pero tu dices que hablar con el mercado le corresponde
al departamento de mercadotecnia.
- Nos
gustaría que entendieras lo que está pasando aquí. Eso estaría muy bien.
Pero sería un error pensar que vamos a esperar con los brazos cruzados.
- Nos
preocupan cosas más importantes que si vas a cambiar a tiempo para hacer
negocio con nosotros. El negocio es sólo una parte de nuestras vidas.
Parece ser todo en la tuya. Piénsalo bien: ¿quién necesita a quién?
- Tenemos
poder real y lo sabemos. Si no alcanzas a ver la luz, alguien más vendrá y
nos dará mayor atención, será más interesante y divertido para jugar.
- Aún
en el peor de los casos, nuestra nueva conversación es más interesante que
la mayoría de las ferias comerciales, más entretenida que un programa de
televisión y ciertamente más apegada a la vida real que cualquier Web
corporativo que hayamos visitado.
- Nuestra
lealtad es para con nosotros mismos -- nuestros amigos, nuestros nuevos
aliados y conocidos, hasta nuestros compañeros de batalla. Las empresas
que no juegan un papel en este mundo, tampoco tienen futuro.
- Las
compañías gastan millones de dólares en el problema Y2K. ¿Cómo es que no
pueden escuchar el tic-tac de esta bomba de tiempo? En riesgo está algo
más importante.
- Estamos
tanto adentro de empresas como fuera de ellas. Los límites que separan
nuestras conversaciones semejan el muro de Berlín hoy, pero son sólo un
estorbo. Sabemos que caerán. Trabajaremos de ambos lados para hacerlos
caer.
- Para
las corporaciones tradicionales, las conversaciones interconectadas
parecen un mar de confusión. Pero nos estamos organizando más rápido que
ellas. Tenemos mejores herramientas, más ideas nuevas, y ninguna regla que
nos detenga.
- Estamos
despertando y conectándonos. Estamos observando. Pero no estamos
esperando.
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