martes, 26 de junio de 2018

¿Queremos desparecer de Internet?



Tras las polémicas de Facebook y su relación con  la privacidad se ha alentado de nuevo, por enésima vez, el debate sobre la necesidad urgente que tenemos de preservar nuestra intimidad en las redes sociales. Pero, ¿realmente queremos eso?

En un informe publicado por Telefónica, se analizaba cómo Internet está incrementando nuestro egocentrismo, nuestro individualismo y nuestro exhibicionismo. No es nada sutil, porque lo vemos todos los días en las redes sociales. Se publican fotos – incluidos menores- cuando no se sabe bien quién las verá, en ese afán de  muchos  de contar su vida en directo. El subidón de los “Me Gusta” es una sensación más placentera que la espartana prudencia. Eso sí, luego nos echamos las manos a la cabeza cuando Facebook comparte nuestros datos. Protegernos a nosotros y a los nuestros es esencial para poder construir una nueva identidad digital.

Todos entramos dentro de este juego, incluido yo, aunque intento siempre reducir al máximo mi exposición personal. Pero cuando viajo sí me gusta colgar alguna foto; total, terminarán en mi blog cultural en el que relato mis escasas experiencias viajeras ( pero ampliamente satisfactorias).

Todos, al fin y al cabo, caemos en ocasiones en un postureo. Postureo en el insulto o en la alabanza, a la hora de predicar o de hacer chistes, de mostrar indignación o alegría. Parece que, si no comparto lo que pienso ni lo que hago en las redes, dejo de existir. Y entonces nos topamos de bruces con la realidad, que no es otra que ver cómo nuestra intimidad se hace pública y nuestra identidad se digitaliza siendo esta, nos pese lo que nos pese, la que realmente quedará en la retina de la gente.

Por eso pienso que por mucho que se multe a compañías como Facebook, es nuestro impulso de derribar nuestros muros y exhibir nuestras vidas y, por extensión, conocer la vida de los demás, la que mantiene vivo este negocio. Quizás poco a poco nos vayamos adaptando y veamos que la realidad de Internet es una arista más de nuestra vida, también real, no un juego de artificio ajeno a nosotros. Lo que opinas en las redes es lo que piensas y así te juzgan.

De todas formas, por si decidís empezar el camino y desparecer de Internet, en el siguiente artículo se dan unos cuantos consejos. Yo prefiero controlar mi presencia a eliminarla, porque siempre queda rastro y no sabemos bien qué se dice de nosotros si no estamos alerta.

viernes, 15 de junio de 2018

Formación y paro juvenil


fuente:20 minutos


“El sistema educativo español tendrá que crear 150.000 nuevas plazas de Formación Profesional en una primera fase para acabar con una tasa del 37% de paro entre los menores de 25 años, lo que hace que España sea el segundo país de la Unión Europea con más desempleo entre los jóvenes, solo después de Grecia.”

La verdad es que los datos de desempleo juvenil pueden parecer, a priori, escandalosos. Y lo son. Pero no es menos cierto que la necesidad de formación  es un reto que tenemos  todas las generaciones. El mundo tecnológico en el que vivimos imprime cambios a velocidades de vértigo y la formación continua y permanente es obligatoria para poder capear el temporal.  No se entiende que nadie que esté desempleado no se esté formando, de la misma forma que cada vez tenemos que, incluso los  que estamos ocupados, dedicar cada vez más tiempo libre a ponernos al día en nuevos conocimientos. Lo que hay es un progreso del conocimiento y por lo tanto un crecimiento de la complejidad. Quien prometa repartir premios sin esfuerzos nos está timando. Otra cosa es dar las máximas facilidades para que nadie se quede en la cuneta: más formación a precios accesibles, facilitar la contratación y la inserción profesional de los colectivos en riesgo de exclusión,  fomentar que todas las personas puedan mejorar sus competencias digitales, etc.

¿Por qué no se crean más plazas de formación profesional? Seguramente por falta de iniciativa política en implementar unas políticas expansivas en el gasto de la educación pública. Pero, además, tenemos problemas culturales, como muchas veces he repetido. Se considera que quien no quiere estudiar se pone a trabajar incluso sin tener la ESO. Y esto es muy peligroso, porque los trabajos poco cualificados son los más castigados por la precariedad y los primeros que están siendo sustituidos por la automatización y la digitalización.

Sigamos leyendo:
“Actualmente, sólo existen 33 plazas de formación profesional por cada 100 estudiantes, una cifra muy inferior a las 60 que ofertan el resto de países del entorno. En un contexto en el que el nivel máximo de estudios alcanzado determina el dato de paro, hasta un 26% de los españoles entre 25 y 34 años con la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) acabada está en paro, 15 puntos más que aquellos con una carrera universitaria o un grado superior.”
Quizás el nuevo ministerio, que se llama de Educación y formación profesional tenga en mente, al incorporar la FP a su título, implementar medidas que consigan minimizar el problema anteriormente descrito. No lo sabremos, pero ya tiene otra asignatura pendiente.



jueves, 7 de junio de 2018

Nuevo gobierno de Pedro Sánchez: el medio es el mensaje


Fuente: 20 minutos. 
En pasados artículos os hablé, de forma somera, de algunas de las ideas de Marshall McLuhan El autor canadiense no sólo hablaba de que vivíamos en una Aldea Global como consecuencia de la evolución de los medios de comunicación, sino que sentenció algo más que interesante: el medio es el mensaje.

Para McLuhan, los medios de comunicación son extensiones del ser humano: la televisión, del ojo; el teléfono, del oído; etc. Dichos medios generan contenidos, pero dichos contenidos se modifican, o sea, que cambian la forma en la que son emitidos y metabolizados por la gente dependiendo del medio en el que se crean. No es lo mismo informarse por la televisión -imagen- que leyendo el periódico -palabra escrita- o escuchando la radio. Los medios como la televisión generan un impacto superior al contenido ofrecido, transformando, por tanto, la sociedad. Toda tecnología comunicativa latera la forma de relacionarnos, no digamos Internet. Pero eso sería material para otro artículo.

Yendo al grano, Pedro Sánchez, el cual debe de estar bastante “bien asesorado”, configura un gobierno en untiempo récord que se convierte en un fenómeno mediático. Nos manda un mensaje. También le favorece haber ganado unas primarias y no debe nada a ninguna familia dentro del PSOE. El impacto durará algún tiempo, puesto que los nombres que regirán los ministerios y secretarías de estado no han dejado indiferente a nadie. En este caso, Sánchez prepara un gobierno para empezar su campaña electoral, como si fuera una casa, reforzando  todas sus paredes para soportar el embate de la derecha, pero, en cierta manera, alejado -por lo menos, en las formas- de los partidos que apoyaron su moción de censura, sobre todo de Podemos. Todo es estrategia pensada al milímetro.
 La foto de los ministros es, ahora mismo, el mejor mensaje de partida para la candidatura de Pedro Sánchez para las próximas elecciones. Pero, ¿acertará en su estrategia? ¿Acaso estaba tan infravalorado el presidente del gobierno que la sorpresa ha sido por su capacidad de articular algo estratégicamente valioso?

No es inocente escoger a más mujeres que hombres. Es un guiño al movimiento feminista que inundó las calles y convocó una huelga el pasado 8 de marzo. Tampoco elegir a Borrell, una de las mejores mentes del gobierno con dilatada experiencia en Europa y azote del separatismo catalán. O a Grande-Marlaska, un juez que se ha movido dentro de la órbita del PP y que ha jugado un papel destacado en la lucha contra ETA (aunque con algunas controversias que podéis leer aquí); o a Pedro Duque, un famoso astronauta metido a político. Qué decir del periodista colaborador de Ana Rosa Quintana y escritor Maxim Huerta, quizá una de las mayores sorpresas. El secretario de Estado de comunicación es otro periodista, Miguel Ángel Oliver, presentador hasta hace nada de Noticias Cuatro. Dos periodistas de Mediaset en las filas de Sánchez: ¿casualidades? Hablando de secretarios de Estado, el analista Pedro Baños, coronel en la reserva y experto en yihadismo, es nombrado Secretario de Estado de Seguridad Nacional. Muchos lo conoceréis porque ha salido en los medios de comunicación bastantes veces. Desde mi punto de vista, es un interesante divulgador.  

Por el lado de las ministras hay que destacar a la Ministra de Economía, Nadia Calvino, antigua directora general de Presupuesto de la Comisión Europea, un perfil tecnócrata, por lo que se dice, muy afín a la órbita que funciona por ahora en Bruselas. Se coordinará con la ministra de Hacienda, María Jesús Moreno, antigua consejera de la misma área en la Junta de Andalucía. Hay que destacar también que solo existe una vicepresidencia, ostentada por  Carmen Calvo y con competencias en Igualdad. Aunque no hay espacio para hablar de todos los ministros, no quiero soslayar dos nombramientos también interesantes: la Ministra de Justicia, la fiscal Dolores Delgado, que, con 28 años de servicio, 25 de ellos los ha pasado en la Audiencia Nacional trabajando en temas de narcotráfico, terrorismo de ETA y terrorismo yihadista; y, por otro lado, Teresa Ribera, que ostentará el nuevo Ministerio de Cambio Climático.   

Como os decía, todo es estrategia, y parece que los guiños de Sánchez al feminismo y al sector de votos que ha perdido por el centro son notables. La cuestión es si este impacto mediático se solidificará con medidas también de calado o, simplemente, intentará articular algunas leyes y llegar a las elecciones en el momento más propicio, pillando al PP en plena renovación y a un Ciudadanos también a traspié en su estrategia. El nombramiento de Grande-Marlaska sitúa un dique potente contra las posibles críticas que iban a estar enfocadas hacia el mantra de que Sánchez es presidente gracias a los filoetarras y a los separatistas. Como digo, es un gobierno preparado para resistir a Ciudadanos y al PP. Poco tiempo, pero resistir.

No obstante, ahora mismo el PSOE puede encontrarse con todo el resto del parlamento como oposición. Quizás le falta pensar bien cómo luchar para recuperar ese electorado que se fue a Podemos. La formación morada lo tiene ahora más fácil que cuando estaba Rajoy: simplemente tiene que tomar la iniciativa legislativa y ver hasta dónde puede llegar negociando con Sánchez. No obstante, es posible que el huracán levantado con este nuevo gabinete también coja inercia recogiendo votos donde parecía que los había perdido indefinidamente.
La política española, ahora mismo, es una partida de ajedrez con momentos de auténtica Yincana.
Continuará…
Lecturas de interés:


domingo, 3 de junio de 2018

Moción de censura y nuevo gobierno: seguimos con la incertidumbre


Es curioso todo lo que ha cambiado la política en esta semana. Un día nos acostamos con Rajoy como presidente y otro, tras una moción de censura exprés, nos levantamos con Pedro Sánchez líder de un nuevo gobierno.

Tras la sentencia de Gürtel, todo apuntaba a un PP muy herido y a un Rajoy totalmente amortizado. Excepto Ciudadanos, en una nube tras las elecciones catalanas y con ganas de hacer realidad el apoyo de las encuestas, nadie quería elecciones anticipadas, sobre todo un PNV que no deseaba quedarse como el único partido nacionalista que apoyaba al PP. Por otro lado, que Rajoy dimitiera sería reconocer que tiene problemas  y que los demás partidos tienen razón sobre él y su relación con la corrupción y el amigo Bárcenas. Su relato, que va a ser el apuntalado por su partido en la oposición, es que ha sido desalojado el poder sin merecerlo por un grupo de amigos de terroristas y separatistas. Por eso se encerró en un restaurante y no salió hasta la noche, para no validar lo que para él es un espectáculo antidemocrático. Y es posible que dentro de su partido no le perdonen que no dimitiera y que impida una regeneración del PP tan necesaria en ese partido como urgente. Lo sabremos pronto.  

Pedro Sánchez, el renacido tras las cenizas y superviviente de unas primarias contra Susana Díaz,  es presidente con el apoyo de 180 diputados. Rajoy lo era con 170 y, por cierto, con la abstención de un PSOE miedoso de volver a entrar en un ciclo electoral. Ni se van a poder realizar grandes gestas hoy –no entiendo la euforia de muchos-, ni se va a hundir España como consecuencia del cambio de ciclo político -cuando se pierde el poder se llora mucho-, simplemente porque la correlación de fuerzas no da mucho margen para nada más que aprobar alguna ley y convocar elecciones anticipadas (la legislatura, de por sí, es corta). Máxime cuando se gobernará con el mismo presupuesto aprobado por el PP y otras fuerzas parlamentarias –aunque el PP ya amenaza con boicotear su propio proyecto-. La política es así, una lucha por el sillón sin cuartel.

Aunque hubiera elecciones mañana mismo, seguiríamos con la incertidumbre. El problema no es votar y votar hasta que alguien saque mayoría absoluta, sino que los españoles hemos votado dos veces y el parlamento que existe, en este contexto, obliga a que los actores pacten y se pongan de acuerdo. Difícil, pero necesario, a pesar de que muchas cabezas prefieran embestir a pensar.
Otro elemento que no quisiera soslayar es el  hecho de que Podemos, por ejemplo, haya cambiado de idea sobre el apoyo a Sánchez. Este bandazo se debe, en mi opinión, a que ha aprendido del error que cometió permitiendo que se repitieran elecciones y que Rajoy sumara más apoyos. Si lo importante era desalojar al PP de las instituciones y pactar luego ley por ley, este era el momento.

La oposición del PP, a espera de más sentencias que quedan sobre las corruptelas, será bronca. Debe competir con Ciudadanos en canalizar un voto ideológicamente contrario al nuevo gobierno. Algunos investigadores ya  afirman que al Partido Popular le espera el mismo futuro que a la UCD. No me atrevo a suponer tanto, pero su regeneración es necesaria y es importante que el centro-derecha español renueve sus liderazgos. Por otro lado, Albert Rivera ha recibido un revés importante, porque esperaba aprovechar al máximo el problema enquistado en Cataluña para conseguir votos en el resto de España. Si el PP vuelve a convertirse en el voto útil o no, lo sabremos en los próximos comicios.

 Como os decía,  dentro de la agenda que querrán mantener los conservadores y sus grupos mediáticos afines se hablará principalmente de terroristas y separatistas. Sí es cierto que es posible que el tema no se pueda alargar demasiado, todo dependerá del devenir de los acontecimientos. La economía –a espera de las reacciones de bolsa y prima de riesgo y partiendo de que las cifras macroeconómicas han mejorado con Rajoy-, las pensiones, la calidad y creación de empleo (temas principales en este blog) y otras materias como la Ley Mordaza, la desigualdad o la financiación autonómica se quedan en el aire y ahí es donde el nuevo gobierno  se centrará en su breve mandato. Sin olvidar, obviamente, que el tema catalán está encima de la mesa. Tenemos que tener claro que los independentistas catalanes, tras el 155 y la cantidad de personas que están pasando por la cárcel, está deseando llegar a algún acuerdo al estar en un callejón sin salida por su propia unilateralidad ciega y el inmovilismo de Rajoy; si no, no se entiende el apoyo a una moción de censura liderada por uno de los partidos del 155. También dudo que Sánchez haga algo que ponga en peligro de nuevo su situación dentro del PSOE. Un acuerdo mal visto fuera de Cataluña será el fin de los socialistas. Aunque nunca se sabe, no podemos soslayar que Pedro Sánchez es presidente con el peor resultado en número de escaños del PSOE en la democracia.

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