El fin de semana anterior vi una de esas películas
que mezcla algo de comedia, crítica social y tragedia en dosis casi perfectas. Así, el
director consigue eso tan difícil que es que ningún género se coma al otro. Hablo de la
película Arcadia, dirigida por el
director de cine franco-griego Costas-Gavras.
Arcadia es una película que nos cuenta la
historia de Bruno Davert, un ingeniero de más de 40 años especializado en la
industria del papel. Además de ingeniero, ocupa desde hace tiempo un cargo de
alto ejecutivo. De golpe, a consecuencia de la deslocalización de la empresa,
lo despiden. Su jefe, y mucha gente, le dice que no habrá problema, con su
currículum encontrará trabajo enseguida. Pero no lo tenía tan fácil, sin darse cuenta transcurren dos años y medio
y todavía se encuentra en paro. La desesperación se adueña de nuestro
protagonista.
Al darse por vencido -tras enviar miles de currículum
y patearse muchas empresas- decide trazar un macabro plan. Se entera de que hay
una empresa llamada Arcadia, que trabaja el sector del papel. Así que pone un
falso anuncio diciendo que necesita ingenieros para un puesto determinado en
dicha compañía. Conforme van llegando los currículum, Davert decide ir matando
a lo que se supone es su competencia. Uno por uno, irá liquidando a aquellos
ingenieros que pueden robarle el puesto.
Costa-Gavras lleva hasta el extremo la
cuestión de competir por un puesto de trabajo. Pero tiene razón, hoy en día se
habla tanto de diferenciarte, de marca personal y de tantas historias, que se
pierde la noción de que, cuando no hay trabajo, las probabilidades de encontrar
uno se reducen mucho, estés o no estés cualificado. Además, la película traza
muy bien el tema del desempleo en determinadas clases sociales que se consideraban
intocables. Gente con mucha formación,
con experiencia laboral, viviendo en urbanizaciones selectas, pero al fin y al
cabo, desempleados.
Los problemas personales por consecuencia del desempleo no se hacen
esperar, sobre todo con la familia, pero
Bruno sólo piensa en “liquidar” a la
competencia. ¿Puede el fin justificar
los medios? En uno de los extraordinarios diálogos de la película, Bruno
charla con una de sus víctimas, un ingeniero que trabaja de camarero hasta que
le salga “otra cosa”. El camarero le dice que en vez de agruparse los de abajo,
compiten entre ellos, y mientras tanto, los de arriba se ríen. Interesante
reflexión.
Arcadia es una fábula muy real que pone
delante de nuestros ojos un panorama desolador
pero cierto: la guerra del “todos contra
todos”. Yo siempre he pensado que cooperando se consigue más que
compitiendo, y conforme pasa el tiempo, estoy más convencido de ello. Os animo
a ver la película, pasaréis un rato lleno de intriga y reflexión. No tiene
desperdicio.
me podrías decir cuales son los problemas que tiene con la familia? gracias
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