martes, 24 de octubre de 2017

Quién se encargará de nuestras redes cuando no estemos



"Cada año mueren al menos 3 millones de usuarios de Facebook en todo el mundo. Tres millones de perfiles que permanecen abiertos, aunque no activos. Un investigador de la Universidad de Massachusetts, Hachem Saddiki, publicó un estudio en Fusion en el que proyectó el crecimiento del número de cuentas de Facebook en el tiempo, los millones de perfiles actuales y las tasas de defunción y llegó a esta conclusión de que en 2098 la red social tendrá más usuarios muertos que vivos. "

Se puede crear un testamento para dejar las posesiones materiales que cada cual tenga a aquella persona que quiera. Pero la pregunta obligada en esta sociedad red es: ¿qué pasará con nuestras redes sociales cuando hayamos muerto?

Quizá no nos hayamos planteado nunca dicha cuestión, pero es importante conocer que alguna red social, como si fuera una aseguradora, ya ha pensado en nuestro “futuro”. No es ciencia ficción.

Si nos centramos en Facebook, la red social más popular (por ahora), existe la forma de que puedas legar tu cuenta a una persona en caso de fallecimiento. Veamos cómo se hace:



Dentro del menú “Configuración”, debemos entrar en “Administrar cuenta”.
Una vez dentro de “Administrar cuenta”, se puede, o bien elegir un heredero, o bien pedir a Facebook que elimine tu cuenta. Pongamos por caso que queremos elegir un heredero. Tan solo hay que pinchar en “Agregar” y buscar al amigo que deberá seguir con nuestro legado en la red social de Mark Zuckerberg.


Una vez agregado, aparecerá una ventana emergente como la de arriba. En el recuadro de mensaje se explica el motivo de este. Podemos dejarlo o editarlo, pero, como se ve, el que Facebook establece por defecto es bastante aclaratorio.

La opción de testamento no nos impide, aunque no se elija a nadie, que algún familiar o conocido pueda eliminar nuestra cuenta. Tal y como secomenta en este artículo, podemos solicitar a redes como Twitter, Facebook o LinkedIn que eliminen la cuenta de un usuario tras su fallecimiento.

Hay otras redes que también actúan por su cuenta. Por ejemplo, Twitter. Cuando detecta que una cuenta no tiene actividad durante seis meses, automáticamente la cierra, pero todavía no he encontrado la opción de que alguien se encargue de nuestro perfil en la red de microblogging.

Sugiere multitud de reflexiones filosóficas el hecho de que, a pesar de haber fallecido, podamos seguir estando presentes en la red. Nuestros mensajes, nuestro contenido compartido, nuestros amigos y nuestras páginas sugeridas. Todo un rastro que se quedará grabado en los servidores de alguna red social, ahí suspendido, resguardado quién sabe dónde durante un tiempo indefinido. La vida sigue; nuestros datos, tanto si seguimos en ella como si no, ya dejaron de ser de nuestra propiedad hace tiempo.


lecturas recomendables

domingo, 22 de octubre de 2017

Las desigualdades territoriales en España



España es un país en el que las desigualdades territoriales son evidentes. Hay dos tipos de divergencias: entre el Norte y el Sur; entre el campo y la ciudad.


Como bien podemos leer en el artículo publicado en El Diario.es, “con las excepciones de Madrid y Cataluña, donde varios municipios con más de 100.000 habitantes tienen rentas por debajo de la media de la comunidad, en la mayoría de autonomías se sucede una regla: los más poblados siempre están entre los que más ingresos declaran”. Por lo tanto, las ciudades acumulan más riqueza, lo que se traduce en más empleo y más oportunidades. No es de extrañar, porque una de las consecuencias de la Revolución Industrial fue el éxodo masivo del campo a la ciudad. Que el ámbito rural se mantenga es un reto para las administraciones.

No obstante, hay otro dato más importante para entender este país, que es la desigualdad Norte-Sur, estadística que también se puede ver cuando se analiza el desempleo1. 




La mayoría de los municipios de Extremadura, Andalucía y Murcia están por debajo de la renta bruta media de los 2.932 municipios analizados. En Madrid y Cataluña, casi todos por encima de esa media.” Si alguien tiene la inclinación de hablar de economía sumergida, le doy la razón, puesto que puede existir y debe combatirse. Pero este asunto debe analizarse con rigor y conocer si lo que arroja la Agencia Tributaria se acerca a la realidad exacta. También hay empresas en todos los territorios que pueden evadir impuestos; si analizamos  el dinero opaco para el Estado, debemos analizarlos y buscarlos en todos los sectores, no solo en un desempleado  del sur de España. 

Hay una reflexión que se pueden derivar de estas cifras. La primera, que una zona a todas luces rica como Cataluña se quiera independizar, o acuse a España de robarle, nos debe hacer sospechar. Es evidente que las rentas más elevadas son las que más aportan, pero esto entra dentro de la lógica de un estado con un sistema fiscal que debe ser progresivo. Si gano mucho y me quiero independizar para no pagar un impuesto, eso tiene un nombre; pero si es un conjunto de ciudadanos más o menos amplio de un territorio, le damos otro e incluso lo justificamos desde sectores progresistas.

¿Cómo combatir estas desigualdades? Esa es la pregunta clave cuya respuesta debería ser el principal debate entre las fuerzas políticas de este país.

1 para mejor los datos del paro por territorios, véase la siguiente tabla: 


jueves, 5 de octubre de 2017

Situación grave en Cataluña: ¿cuál puede ser el peor escenario?


Vivimos la crisis política más dura de nuestra democracia. Cataluña es un hervidero y toda España se acerca al abismo. Si el gobierno de Generalitat, como todo parece indicar, declara la independencia unilateralmente, podemos acercarnos al siguiente escenario:
  • ·         Que el gobierno aplique el 155 de la Constitución. Solo necesitaría mayoría absoluta en el Senado y el PP la puede conseguir sin problemas. Lo más probable es que se proceda a detenciones masivas de cargos electos y mandos de la policía catalana y, por extensión, se intente convocar elecciones. Las protestas serán tan masivas que seguramente tendrá que participar el ejército, puesto que la policía y la Guardia Civil se verán desbordados.

  • ·         Creo -y ojalá me equivoque- que el gobierno, si la situación se pone muy fea, tiene en mente declarar el  estado de excepción o de sitio en Cataluña, tal y como se prevé en el artículo 116 de la Constitución. No obstante, como necesitaría el apoyo del Congreso, el conflicto se trasladará al parlamento español, donde algunos acusarán de desleales y antipatriotas a otros. La campaña electoral ya estará servida. Mientras tanto,  la protesta en Cataluña adquirirá una radicalidad creciente, la cual provocará disturbios inimaginables que tendrán que seguir siendo apagados por la fuerza. Todos estos hechos tensarán y romperán aún más las sociedades catalana y española con consecuencias económicas, políticas y sociales que todavía no somos capaces de prever. Si el gobierno no tiene apoyo mayoritario en el Congreso…

  • ·         Rajoy convocará elecciones más pronto que tarde, saldrá fortalecido tras mostrar fuerza y se verá legitimado para seguir retorciendo la situación. Si dispone de mayoría suficiente en el Congreso -por ejemplo, mayoría absoluta-, podrá instaurar el estado de sitio en Cataluña sin problemas; lo que ocurre es que para eso todavía falta tiempo y no tenemos mucho, así que forzará al PSOE a que le apoye a la hora de afrontar con mano dura la situación. Nos acercamos a algo parecido a una guerra. Que nadie piense en la imagen internacional: el daño ya está hecho.

El gobierno de la Generalitat ha dado un golpe de estado institucional que ha encontrado enfrente a un gobierno inepto. Proclamar la independencia tras un referéndum sin garantías, sustentado únicamente en que hubo mucha gente en la calle y que la policía se sobrepasó con las cargas, es un suicidio. Pero las patrias están llenas de mártires y Puigdemont preferirá ser detenido y llevar la situación al extremo antes de “traicionar” a los suyos.

Todo lo anterior solo podría pararse con una mesa nacional de negociación. Las empresas ya empiezan a reaccionar y bancos como el Sabadellestán cambiando su sede.
Romper un estado es traumático y quizá ahora muchos empiecen a darse cuenta de dónde estamos metidos. Pensar que Europa se va a meter, tras lo que vimos con la crisis de deuda y la intervención de la Troika en España, es ser muy optimista.  Los intereses políticos de algunos se superponen a la paz de nuestro país. Soy pesimista.

Para profundizar


domingo, 1 de octubre de 2017

Estado de excepción


Parece que hacer análisis en los que exponer todas las opiniones e intentar coger distancia del tema catalán te hace ser equidistante. Voy a ser lo más objetivo posible, intentando ver por qué cada actor político en Cataluña y en el resto de España actúa como actúa.

Las imágenes de la Policía Nacional y la Guardia Civil descargando contra gente que quiere votar hacen sonrojar. Ha sido una irresponsabilidad por parte del gobierno catalán intentar hacer ver a la sociedad catalana que un referéndum sin acuerdo con el estado podía desarrollarse sin problemas; pero el gobierno central ha perdido el norte si piensa que esto se va a parar mandando a  los cuerpos y fuerzas de seguridad. La movilización está siendo masiva y no lo podemos obviar. Esto no va solo de unas élites enfrentadas entre ellas. Es más profundo.

Cataluña ha sido una región insumisa siempre. Sucesos como la semana trágica de Barcelona e innumerables movimientos como fue el anarquista, con una fuerza considerable,  han dotado a los catalanes de una historia en la que la relación con el estado español ha sido tensa (la historia es para tenerla en cuenta). Pero el franquismo o los problemas que vivimos en el siglo XIX los soportaron todas las clases populares españolas. En Andalucía, por ejemplo, también se reprimió fuertemente el movimiento obrero y la pérdida de libertades en la dictadura fue para todos los españoles. Nadie tiene el carné de reprimido oficial por el estado español. Dicho esto, vamos a analizar la jornada de hoy.
¿Buscaba el gobierno de la Generalitat realmente un referéndum vinculante tras la negativa del gobierno español y la ley?  Según la Generalitat,  sí, pero pienso que la estrategia es otra a la declaración unilateral de independencia con un referéndum a todas luces irregular. La estrategia puede tener la mira en unas elecciones autonómicas en las que la imagen de la policía dando palos se convierta en un revulsivo electoral para fortalecer al polo independentista. ¿O alguien creía que la policía no iba a actuar y que el referéndum tenía garantías? Si el independentismo se hace hegemónico, será imparable una declaración unilateral.  O quizás no quieren esperar a elecciones autonómicas; entonces, habrá que ver qué pasa. Dentro del independentismo seguramente no hay una hoja de ruta única. El día de hoy también es un pulso dentro de este movimiento.  
El gobierno español está siendo reactivo, pero no propone nada. No está marcando la agenda y la batalla de la imagen en Cataluña la perdió hace mucho, pero ahora más. Los movimientos sociales, y el nacionalismo lo es, se alimentan de “agresiones”.  “España nos roba y nos reprime” contra “qué malos son los catalanes, que ponen en peligro la unidad de España”.  

Por otro lado, habría que preguntarse cuál está siendo la imagen de España en Europa, porque esto debe preocuparnos. ¿Parecemos un estado fallido en el que no podemos afrontar una rebelión separatista? O, por el contrario, ¿el estado aparecerá como un mecanismo represor de los derechos y libertades más básicas? ¿ hay término medio?

El gobierno español, parapetado tras los jueces, parece que no se ha enterado de lo que pasa. ¿Qué será lo siguiente?, ¿bombardear Barcelona? Estamos en el siglo XXI, en un sistema democrático, y los canales democráticos tienen que servir para dirimir conflictos. Yo no quiero que España se rompa ni que los catalanes se vayan, pero reprimiendo solo se  consigue que tengan más ganas de irse y que la escalada de tensión llegue a situaciones muy desagradables que nadie quiere. No digo que no haya que cumplirse la ley, pero una rebelión del calado de la que estamos viviendo en Cataluña debe afrontarse con inteligencia o la fractura será cada vez mayor y terminará afectando a toda España.  

No sabemos lo que va a pasar de aquí a una semana. Esto es un fracaso colectivo y la incertidumbre, máxima. La fractura en la sociedad catalana y entre Cataluña y el resto de España es profunda.
Lecturas para profundizar





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