miércoles, 28 de febrero de 2018

Redes sociales y democracia



Hace tiempo escribí sobre los motivos que pudieron facilitar que  Trump aterrizara  en la Casa Blanca.  En dicho artículo citaba distintas causas: descontento generalizado, destrucción de puestos de trabajo, globalización… pero no destaqué algo interesante: el poder de las redes sociales y la injerencia de potencias extranjeras.

Enrique Dans analiza en su blog las pruebas más que palpables de que Rusia ha utilizado sofisticadas herramientas para influir en la elección de Trump:

La influencia de Rusia en el resultado de las últimaselecciones presidenciales norteamericanas es ahora, a la luz de lasinvestigaciones, completamente innegable: el presidente que ocupa la Casa Blanca está ahí como resultado de una campaña especialmente diseñada para humillar y destrozar la democracia norteamericana, y en realidad, nunca debería haber llegado a su puesto. Para que pudiese llegar a hacerlo, una agencia gubernamental rusa, la Internet Research Agency, creó miles de cuentas falsas en redes sociales, compró publicidad, contactó e influenció a cientos de miles de norteamericanos y manejó un presupuesto de millones de dólares destinados a crear división en el electorado y a influenciar el resultado de las elecciones. Lo hizo, además, con tanta facilidad y de manera tan rutinaria, que resulta evidente que se trata de procedimientos desarrollados no solo en su propio país a lo largo de varios procesos electorales, sino en elecciones en otros muchos países de su órbita y, posiblemente, de todo el mundo."

Es cierto que sin determinado caldo de cultivo social, estas prácticas poco hubieran triunfado. Pero no es menos cierto que Internet se ha convertido en un espacio crucial en la política,  generando espacios de opinión de una forma bastante potente lo que, a la postre, pueden inclinar la balanza hacia uno u otro candidato.

Es curioso, porque EEUU es un experto en meterse en la política de terceros estados así que nos reiríamos hasta la saciedad si no estuviéramos ante un escenario bastante lúgubre: ¿Qué se puede hacer para evitar estas prácticas? ¿Hasta dónde puede llegar el poder de influencia a través de las redes?

De todas formas, manipulación de la opinión pública ha existido desde que se habla de opinión pública, y ahí estaría el ejemplo de la Guerra de Cuba en 1898 y el papel de magnates mediáticos como Hearst, entre tantos otros.  No obstante, el hecho de que Facebook o Twitter, por no querer eliminar cuentas para no reducir sus números, sean indirectamente coparticipes de prácticas dañinas para la democracia debe ponernos en alerta. El único antídoto ante la manipulación es contrastar la información y educación. Pero claro, cuando la gente quiere leer su opinión en los medios en vez de informarse, cualquier manipulación es posible. 

miércoles, 21 de febrero de 2018

Redes sociales y búsqueda de trabajo: consejos básicos



Según podemos leer en un artículo publicado en el diario El País, el 70% de las empresas observa las redes sociales de los candidatos. ¿Qué se busca? Pues profundizar en el conocimiento real de estos. La pregunta es si esta información encontrada en el mar de contenidos de Facebook, LinkedIn, Twitter, etc., sirve para escoger o más bien para descartar. Veamos más datos a ver si damos con la respuesta.

Evidentemente, si tengo mis redes sociales abiertas a todos y me paso el día con fotitos fiesteras y comentarios insidiosos, beneficiar, lo que se dice beneficiar, no lo van a hacer. Yo siempre estimo que tenemos que separar muy bien las redes sociales de las profesionales e implementar una buena estrategia profesional. Más que obsesionarnos con montar una página y forrarnos con publicidad, debemos ver las redes como ramas de un árbol cuyo tronco debe ser un buen blog profesional o, en su defecto, una web que hable de nosotros, de nuestra experiencia y de nuestras especialidades. Mis consejos, en algunas de las redes, son:
  • Si tienes Facebook: utiliza una foto comedida si sabes que tu perfil puede ser visitado por empresas y personas de fuera de tu entorno. Crea listas para poder discriminar tu contenido en función de tus intereses. Si decides utilizarla para trabajo, explota bien los grupos y sigue aquellas páginas de interés en función del sector en el que te centres. También debes exteriorizar en tu biografía a qué te dedicas y enlazarlo con tu blog o web. En este artículo desarrollo más el tema de Facebook: 

  • En Twitter: evita caer en el síndrome barra de bar cada vez que haya polémica. Escribe una buena biografía relacionada con tu perfil y crea enlaces para tus blog o web. Te paso un enlace:


  • LinkedIn: desarrolla muy bien este perfil, pues hacer una chapuza no te va a ayudar. Escribe una buena presentación profesional aprovechando el extracto: analiza qué sabes hacer y cuáles son tu objetivo profesional y tus competencias; participa en grupos, anímate a conocer y mantener una buena red de contactos aprovechando el potencial de esta red. Más info:


El empleo 2.0, área en la que se encuadran las redes sociales para buscar empleo, requiere actividad y calidad en los contenidos que se crean y que se comparten.
Quizá no debamos ser pesimistas y pensar que buscan trapos sucios en nuestras redes. Principalmente, según el artículo, “un estudio llevado a cabo en 2017 entre responsables de recursos humanos en Estados Unidos reveló que las empresas se fijaban fundamentalmente en tres cosas en un candidato: lo que escribía o publicaba en redes, su actividad en Organizaciones No Gubernamentales o voluntariado y las conexiones (sus amigos).” Buscaban candidatos bien conectados y que generaran valor añadido.

También es importante evitar ciertos temas o, por lo menos, tratarlos con sentido común, como pueden ser las drogas o la política o estar todo el día luciendo compras y viajes. También es necesario no escribir con faltas de ortografía,Y, ojo, no tener actividad en las redes sociales tampoco te va a ayudar a ser contratado, tal y como se muestra en otroestudio.



jueves, 15 de febrero de 2018

La tecnología digital en España y en el mundo.




Según podemos leer en un artículo publicado  Trece Bits  que, a su vez, menciona un estudio de la consultora We Are Social y Hootsuite, en España hay  39,4 millones de usuarios activos de Internet, de los cuales 27 millones utilizan redes sociales. Esta cifra es descomunal, pues partimos del hecho de que en nuestro país la población total es de 46,38 millones de personas. Por lo tanto, el 85% de la población es internauta. Habría que especificar bien los rangos de edad, puesto que sería interesante conocer cuándo se inician los niños en Internet y cuándo los podemos llamar oficialmente internautas, más allá de ver vídeos con el móvil que les han dado el padre para que se callen.
En cuanto a los hábitos de consumo, “al día pasamos 5,20 horas en Internet, 1,38 horas en redes sociales, 2,53 horas viendo la televisión y 45 minutos escuchando música en streaming”.






De los internautas, el 58% usa redes sociales. No obstante, si consideramos WhatsApp una red social, yo diría que el porcentaje se incrementa, aunque aquí estamos siempre moviéndonos por conceptos difusos, puesto que la mensajería móvil y Facebook pueden parecer cosas distintas. En mi opinión,  al fin y al cabo, son redes sociales por igual.
A nivel mundial, tenemos a 4000 millones de personas que utilizan Internet.




El 53% de la población mundial es usuaria de internet. Casi 3200 millones de personas, el 42% de la población mundial, utiliza redes sociales. Si nos centramos en el teléfono móvil, el 68% de la población es usuaria de esta tecnología. Si os habéis dado cuenta, en la imagen pone billion en vez de million, como debía ser. En EEUU, un billion equivale a 1000 millones (no un billón para nosotros, que sería un millón de millones), por lo que evidentemente es una errata que luego, en el resto de estadísticas regionales, no se ha reproducido, o entenderemos que el punto es una coma, o sea, 7,593 billions o, lo que es lo mismo, 7.593 millones de personas. 
Por regiones, como no podía ser de otra manera, hay claras diferencias. El estudio distingue entre África, América, Europa, Asia-Pacífico y Oriente Medio.

ÁFRICA


AMÉRICA

ASIA PACÍFICO  


EUROPA




A continuación, expongo una tabla comparativa con las regiones.










miércoles, 7 de febrero de 2018

Tecnología, crecimiento y futuro


Si partimos del hecho de que la tecnología ha buscado, busca, y buscará la forma para ahorrarnos esfuerzos, sí, destruye trabajo humano. La cuestión es si realmente queremos que así sea, si deseamos ir librando horas de esfuerzo y trabajo repetitivo que realizan las máquinas mucho mejor, para poder desempeñar otras actividades más creativas. O, siendo más pesimistas, si las máquinas adquieren cada vez más competencias que anteriormente eran humanas, ¿sobramos la población en este planeta como productores? Y claro, si no somos productores, será difícil seguir siendo consumidores si no tenemos ingresos. 

Reflexionaba Enrique Dans sobre la tecnología y el empleo en un artículo en su blog. En él planteaba que si nuestro objetivo es mantener el trabajo por mantenerlo, debemos paralizar todo desarrollo tecnológico. No obstante, no parece que eso sea “lo deseable”. ¿Por qué no? Porque estamos obsesionados con un progreso lineal y científico en el que creemos que la innovación nos salvará de muchos problemas. Es la nueva religión, que apareció ya con la revolución industrial y que está llegando su máximo apogeo: la tecnología nos librará de todos los males.  El  crecimiento no puede pararse, y nos encontramos en un mundo, en palabras del sociólogo Anthony Giddens, desbocado.

El historiador Yuval Noah harari, en su interesantísimo libro “Homo Deus”, plantea que el ser humano ha conseguido enfrentarse a sus tres grandes males, el hambre, la peste y la guerra, con un carácter científico, no buscando justificaciones, como en otras épocas, religiosas. Una persona enferma llega al médico y se le chequea buscando un fallo en su organismo, no se le dice que tiene “la muerte acechándole con la guadaña”. En el siglo XIV, cuando la peste asolaba Europa, se la pintaba como un ser maligno, no como una enfermedad que procedía de las pulgas. La ciencia y la tecnología buscan que el ser humano se acerque a lo que en otras épocas solo podían hacer los dioses y sui  miramos hacia atrás, los avances son incontestables. 

Pero entonces, ¿todo desarrollo económico y tecnológico nos acerca a ser divinidades? No, porque no somos capaces de poder analizar con detalle las externalidades de cada progreso. ¿Fue la bomba nuclear un avance? Según Harari la amenaza nuclear ha conseguido una paz internacional que nunca antes se había conseguido pero eso no nos exonera de un desastre cualquier día. El reloj del Juicio Final está como en épocas de la Guerra fría, y a casi nadie le importa. Al potencial holocausto nuclear habría que sumarle los daños del cambio climático. 

Además,  ¿qué pasará cuando la manipulación genética y la biotecnología nos permitan mejorar al ser humano? 

Si nos centramos en el mercado de trabajo, no sólo debemos pararnos en el hecho de que robots androides nos sustituyan. Hay algo también muy preocupante y es el deterioro de las condiciones laborales de amplias capas de la población. Millones de personas no podrán reciclarse y corren el peligro de convertirse en población “superflua” (en palabras de Hanah Arendt). 

¿Qué nos deparará el futuro?



Para profundizar:






Diez obras de teatro que no me canso de recomendar

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