viernes, 23 de diciembre de 2011

EL PELIAGUDO ASUNTO DE LA LEGALIZACIÓN DEL CANNABIS


Analizando la historia de la humanidad, pienso cada vez más que el “por qué” unas drogas son legales y otras ilegales tiene más de arraigo cultural y elementos morales que de cuestiones de salud pública realmente. Todo el mundo es consciente de los problemas del alcohol y, sin embargo, integrado en nuestra cultura (liturgia religiosa incluida) parece que no se cuestiona su ilegalización en la actualidad. En los famosos años 20 en EEUU, la Ley Seca provocó muchos más desastres que cuando el alcohol era legal. Se manipulaba la bebida transformando los líquidos espirituosos en auténticos venenos, provocando, entre otras enfermedades, ceguera. Mientras tanto, las mafias encontraron una forma de hacer fortuna. ¿Por qué se ilegalizó el alcohol entonces? Pues por una campaña moral iniciada por colectivos específicos que culpaban al alcohol de los desmanes de las personas. El eterno debate de culpar a cualquier cosa de las irresponsabilidades que se cometen. La Ley Seca provocó que todo fuera a peor. ¿Conclusiones? La ley se terminó aboliendo.

A lo largo de la citada historia de la humanidad, siempre se han consumido sustancias con poderes para alterar los estados de conciencia: alucinógenos, como el peyote en la cultura india-americana; o el opio, que era consumido en la época de los romanos y en la antigua China. De hecho, cuando China decidió restringir el comercio del opio, Gran Bretaña inició una guerra descarnada contra el país asiático, conocida como “La guerra del opio”. A Occidente no se le puede dejar sin el producto que estime oportuno.

No hay ninguna cultura libre de drogas. Ya sea como divertimento colectivo o como ritual religioso, el consumo de sustancias es generalizado en la historia del ser humano. No hay nada más que ver la biografía de muchísimos artistas. Muchos acabaron mal, esta claro.

Esta introducción me sirve para comentar un asunto de actualidad, y es que el gobierno vasco ha decidido desarrollar una ley que regule el cultivo y consumo del cannabis.
El cannabis será seguramente la droga ilegal más consumida en España. Alrededor de la “Mariguana” o del “Hachís” hay una cultura arraigada que va desde la música a la ropa, pasando por todo tipo de utensilios para fumar. Sin embargo, su consumo está penado y el comercio de esta droga está sometido a los controles del mercado negro y de las mafias. ¿Se puede seguir más años así, invirtiendo miles de millones en una guerra que no se ganará? ¿No se controlaría y se lucharía mejor contra el consumo siendo el estado el que controle el cultivo, la distribución y la información sobre lo que se consume?

Que conste que yo no estoy a favor del consumo de ninguna droga, pero tampoco estoy en contra de que un adulto responsable e informado lo haga, si eso no provoca daños a terceros. No estoy en contra de una copa o unas cañas, pero sí de que un borracho coja un coche y se lleve a tres por delante. Lo más importante es la cantidad y la calidad de lo que se consume y, para ello, debe haber una labor pedagógica e informativa que el Estado ha centrado en resaltar los problemas brutales que acarrea iniciarse en la droga, estableciendo un discurso que no termina de arraigar en muchísima juventud ávida de vivir “otras experiencias”. Así, al final se ha legado la información de estas sustancias a traficantes. Cuando compro un paquete de tabaco, es la administración responsable de la salud la que me informa. Si alguien compra hachís u otra droga, es el colega de turno el que te informa. No basta diciendo “no consumas”, es mejor informar sobre qué es realmente lo que se consume y mitigar los efectos negativos en la medida de lo posible. En Holanda el cannabis es legal. Habría que preguntarse si este país está peor que otros, si los holandeses son menos productivos trabajando o su sociedad está más desquiciada. Son temas para reflexionar

Alguien me dirá que lo óptimo es que nadie consuma drogas. Estoy de acuerdo, pero el mundo no funciona así. Miles de años lo demuestran. El ser humano necesita sustancias excitantes, calmantes o psicodélicas. El café, por ejemplo, fue ilegal durante muchos años en Rusia, estando muy castigado su comercio. La gente, debido a que era ilegal y había que amortizar el gasto, consumía café como para tumbar a un elefante. Las consecuencias para la salud son evidentes. ¿Alguien piensa en prohibirlo en España?
Hace falta la regulación del cannabis para centrarse en otras drogas más peligrosas. Si somos mayores de edad para beber, votar, trabajar o hipotecarnos, el consumo de las drogas blandas no debería de ser una objeción a la libertad de acción de todo individuo. Pero, claro, es más fácil prohibir que educar, es más sencillo encarcelar que regular.

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