Si en diciembre de 2015, justo el
mismo día de las elecciones, vaticiné que se repetirían los comicios dado el
panorama, me atrevo a contemplar la posibilidad de que el resultado de junio
tampoco satisfaga a nadie.
Como podemos leer en el Diario. es, “un 14,3% de los votantes de
Albert Rivera y un 12,2% de los de Alberto Garzón reconocen que habrían votado
a otros partidos de haber sabido cuál sería el resultado, según el CIS”. Sin
embargo, poca gente que votó al PP hubiera cambiado su voto. Mi interpretación,
arriesgándome a sacar la bola de cristal, es que el PP saldrá claramente
fortalecido de la repetición de las elecciones, tal y como he venido
defendiendo desde hace tiempo en distintos foros. Dudo que el PSOE se recupere,
incluso es posible que baje más. Lo que está por ver es el reparto de poder del
resto: tenemos que ver si IU y PODEMOS suman de forma sustancial o, por otro
lado, si Ciudadanos es capaz de canalizar más voto que el que el que le llegó
del Partido Popular (se prevé una alta abstención y esto no favorece a los
nuevos). Me da la impresión de que vamos a seguir igual este verano y esto
empieza a aburrir. Eso sí, que Rajoy siga de presidente le obligará a llegar a
acuerdos con varias fuerzas, y no sabemos si los indicadores de crecimiento
económico seguirán así de por vida.
¿Por qué creo que el resultado será este?
En primer lugar, a pesar de que
Rajoy repite y de que los casos de corrupción del PP salen día sí y otro también,
el miedo a una hipotética victoria de PODEMOS hará volver una cantidad
importante de voto que el PP perdió a favor de Ciudadanos o de la abstención.
Qué cantidad no lo sé, pero hay que leer muy bien las encuestas, puesto que la
ley electoral y la circunscripción provincial beneficiarán una concentración de
voto conservador en las filas del Partido Popular. No obstante, estará lejos de
la mayoría absoluta, o eso creo. Mientras tanto, Rivera necesitará movilizar al
abstencionista y al votante de otros partidos, incluido el PSOE. Pienso que los
de Rivera van a perder apoyos; ya veremos si tengo razón. No digo nada de
nuevos votantes porque, dado el poco tiempo que ha trascurrido desde las otras
elecciones, no creo que sea un voto decisivo aún. Otra opción es que Ciudadanos
canalice algo del descontento del votante medio del PSOE, pero sigo pensando
que este escenario es poco probable.
El PSOE lo tiene complicado desde
hace tiempo. A la estampida de nombres de sus listas se añade esa extraña
situación de llegar a campaña electoral sin poder criticar a Ciudadanos, “esa
derecha tan malvada” que al final firmó un acuerdo con él. Por otro lado,
Sánchez ha intentado maniobrar todo lo hábilmente que ha podido, sin apenas
margen y aprisionado, por un lado, desde su mismo partido y, por otro, desde el
tacticismo de PODEMOS. El PSOE ha preferido pactar sólo con Rivera; seguramente
la opción de Iglesias tampoco le convenía.
A pesar de alguna encuesta, me da
la impresión de que PODEMOS perdería voto. No olvidemos que las confluencias
son un pilar básico en la formación morada, pero que PODEMOS como tal sigue
siendo un partido que necesita consolidarse y asentarse. Que un porcentaje de votos
de Iglesias fuera a Garzón me parece que es el
principal motivo para que ahora estén locos por converger. El pacto entre ambas
formaciones puede materializar elsorpasso al PSOE. Es evidente que el tándem Garzón-Iglesias puede -habrá que
verlo- funcionar muy bien electoralmente. Por cierto, tampoco olvidemos que el
PSOE ya ha sido superado por PODEMOS y confluencias en algunas comunidades
autónomas más que importantes, como Cataluña.
También es cierto que la imagen
de PODEMOS no para de cambiar, emborronándose y cambiando su estrategia a favor
del objetivo nítido de alcanzar cuotas crecientes de poder. Quedan atrás la
transversalidad a favor de una bipolarización clásica del eje izquierda-derecha.
Esto nos indica que vamos a unas elecciones duras, llenas de tensión que
favorecerán, como comento, al PP, pero perjudicarán al PSOE en beneficio de PODEMOS.
Todo está por ver.
Postdata:
No olvidemos que el gobierno que
salga tiene una serie de obligaciones y no sólo la de bajar el paro. ¿Qué
pasará con el déficit? Como manifiesta José Carlos Díaz, el
nuevo gobierno entrará con un déficit de 20.000 millones, principalmente en la Seguridad
Social, lo que hace peligrar las pensiones.
Y otra pregunta. ¿Y si la táctica no es ganar las elecciones ahora ( hablo de la coalición P e IU), si no encabezar la oposición hasta que el gobierno de Rajoy se desgaste debido a la obligación de implementar más recortes? Ahí dejo la pregunta.
Lecturas recomendadas
Algún sondeo
http://www.elespanol.com/espana/20160514/124737671_0.html
Muchas gracias por el artículo, Héctor. Muy intersante la reflexión final. Un saludo!
ResponderEliminarGracias, Pepe. Un saludo y a ver cuándo nos vemos :)
ResponderEliminar