Soy cada vez más escéptico con el
concepto de nativo digital. Utilizar el móvil con dos años o ser un crack
compartiendo fotos en Instagram con dieciséis no es sinónimo de saber hacer un
buen uso de Internet. Hay cuestiones importantes como la privacidad, la gestión
de emociones, la prudencia y la solidaridad con quien es víctima del ciberacoso
en la red que no se heredan a través de los genes, tienen que ser adquiridas
necesariamente mediante la educación. Aquí los padres son fundamentales, como
no podía ser de otra manera.
Que un niño con menos de catorce años
tenga un perfil en redes sociales es algo que no está permitido, a no ser que
el padre o la madre lo hayan autorizado. No obstante, muchos menores ya tienen
sus cuentas en las redes, pero, ¿saben utilizarlas? Con la excusa de que los
niños saben mucho, algunos adultos se han despreocupado de aprender qué red
social es la que utilizan, de sentarse con ellos para ver cómo se abren el perfil,
de controlar las horas de conexión y saber en todo momento cuál es el uso que
los niños le dan a su dispositivo. Se pasa de darle el móvil al chaval para que
se calle a intentar prohibirlo todo por las malas, como si no fuera fácil
conectarse a Internet desde decenas de sitios: videoconsolas, móviles, ordenadores,
en casa del amigo…
Es más importante dar consejos
prácticos sobre cómo actuar en la red combinados con reglas claras. Y esto debe
ser también aprendido por los adultos, si no lo hacen, ya que muchos pecan de
imprudentes y son a veces más infantiles que los propios niños.
Por otro lado, creo que el mayor problema
al que se pueden enfrentar las madres y los padres es el derivado del uso, o no
uso, del móvil. Si el niño no tiene móvil parece que está marginado. Pero, ¿es
necesario que sea Smartphone? ¿Es necesario que lo tenga con menos de quince
años? Y si tiene Smartphone, ¿es necesario que sea de contrato y no de tarjeta
prepago? No olvidemos que el móvil es de los padres del menor, no del chaval, y
eso tiene que quedarle claro.
Veamos cuáles pueden ser algunos problemas
derivados del uso de la red y consejos para prevenirlos:
- Grooming. El grooming es un adulto que se hace pasar por niño para ganarse la confianza de los menores. Las intenciones no son buenas, como es lógico. El primer consejo que debemos dar a un chaval es que no acepte invitaciones en redes sociales de extraños. Eso tan manido que nos decían nuestros padres y abuelos de “no hables con extraños en la calle”. De sentido común. Si utilizamos las redes sociales para conectarnos con gente que de verdad conocemos fuera de Internet, reducimos la posibilidad de que nos pase esto.
- Sexting. Se trata de compartir fotos íntimas y que se hagan virales en la red. Un problema mayúsculo. La mejor forma de evitarlo es NO COMPARTIR FOTOS CON NADIE, aunque sea de nuestra confianza más absoluta, si son íntimas, o sea, si salimos como nuestra madre nos trajo al mundo o haciendo cosillas que no nos gustaría que viera la gente.
- Adicción. Soy muy escéptico cuando se habla de adicción a Internet, pero es lógico que si alguien está todo el día con el móvil que ni come ni duerme, podemos estar ante un problema.
- Ciberacoso. No solo hay que trasmitir confianza a un chaval para que le cuente a sus padres si es víctima de acoso, sino que también hay que combatir que esos chicos sean partícipes. Si ven comentarios hirientes o fotos perversas de alguien, lo mejor es no compartir y no formar parte de esa rueda de ignominia.
Hay muchos más consejos, y para ello
os dejo varios vídeos. Seguro que os resultarán interesantes.
Vídeo sobre el sexting
Vídeo sobre el Grooming
Decálogo por la ciberconvivencia
positiva y contra la violencia digital
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