Llevo tiempo con ganas de plantear un debate en función de
los nuevos retos del mercado laboral en
España, sobre todo tras los datos que reflejan que somos campeones en trabajotemporal. Aunque es cierto que las tasas de desempleo han bajado, seguimos
teniendo problemas estructurales muy importantes.
En mi opinión, existen
retos globales y locales. Globales, puesto que estamos inmersos en una
revolución tecnológica que nos obliga a todos los profesionales a una continua
formación, a la par que nos presenta un panorama en el que se destruye empleo
más rápido de lo que se crea. Las nuevas profesiones todavía no son esas
grandes dinamizadoras de empleo digno, y esto puede generar frustración en
todos los países industrializados, incluida, cómo no, España. Por otro lado, a
nivel más local, nuestro país tiene altas tasas de desempleo incluso en épocas
de bonanza económica. Desde que estalló la crisis, se han puesto de relieve
problemas relacionados tanto con nuestro modelo económico (demasiado
dependiente del turismo y del ladrillo) como con unas políticas activas de
empleo que se quedan cortas a la hora de afrontar, por ejemplo, el elevado paro
juvenil y un desempleo de larga duración que parece hacerse crónico en muchas
personas.
Más allá de si son necesarias políticas pasivas o activas de
empleo, quizás la reflexión más profunda es si se creará o no empleo digno suficiente para todos. ¿Renta básica, trabajo garantizado? O, por
otro lado, ¿liberalización total del mercado laboral?
En la sociedad de la
información, gestionar el conocimiento es la clave; la duda es si esto está
al alcance de todos. La brecha digital hoy en día no es tener o no tener un
dispositivo, sino hacer un uso correcto y crítico de la información que se
puede conseguir con él. Aunque la brecha digital no es un factor excluyente
similar a no poder comer, influye en nuestra relación con los demás y con
nuestro mercado de trabajo, por lo que es necesario tomarse muy en serio luchar
contra ella.
En síntesis, planteo para el debate que nuestros principales
retos son: afrontar la revolución tecnológica para que beneficie a la mayoría,
acabar con la precariedad laboral e implementar políticas que permitan insertar
laboralmente a colectivos que se quedan fuera de un mercado laboral
tremendamente dinámico.
Me gustaría conocer tu opinión.
Respecto a la brecha digital creo que afecta no sólo al uso de la muevas tecnología sinó también al acceso a las mismas. Los niveles de pobreza alcanzados dificultan que muchos hogares puedan acceder a Internet .Igualmente las zonas rurales están afectadas doblemente por el alto precio que se paga por el servicio .
ResponderEliminarGracias por el comentario, Cristina.
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