Es cierto que si viviéramos
en un país que se tomara ciertas cosas en serio, pillarte mintiendo
sobre un título que te han regalado, como ha sido, por lo que sabemos hasta
ahora, el caso de Cifuentes y su máster, debería ser motivo de dimisión
directa. Pero en España es difícil que haya políticos que asuman sus
responsabilidades. Es culpa nuestra, de la ciudadanía, que no se las exigimos
con energía. En el caso de los políticos, no sólo es sed de poder, sino de ego.
El caso de Cristina Cifuentes deja una serie de reflexiones
interesantes sobre nuestra universidad y el poder:
- · La crisis de marca de la Universidad Juan Carlos. Pobres estudiantes los que tengan título o aspiren a sacarse uno proveniente de allí. El cachondeo les perseguirá un tiempo aunque todo sea honrado.
- · El ego de los políticos no tiene fin. No es suficiente con tener poder, hay que aparentar tener más formación que la mayoría. Resalto lo de aparentar.
- · Si tienes contactos, no es que todo sea más fácil, es que viene chupado.
- · La financiación de las universidades no puede suplirse sacando estudios como churros a ver quién se matricula.
Cristina Cifuentes era la política que no cogía vacaciones y
que echaba, no sé, tropecientas horas al día de trabajo. Los que hemos hecho un
máster sabemos el esfuerzo que conlleva, así que es una proeza compaginarlo con
el trabajo a jornada completísima. Pero claro, hay gente que pinta de proeza lo
que es un fraude. Y esto es muy grave, porque intoxica el concepto de
meritocracia y mancha la universidad.
Independientemente del caso de la presidenta de Madrid, en
España tenemos un problema de titulitis. La señora Cifuentes tendrá sus
motivos, pero parece que le damos, en
líneas generales, más importancia a ostentar títulos que a aprender y
desarrollar competencias concretas. Una persona que quiera aprender, de
verdad, no debería permitir que le regalaran nada ni aprovecharse de sus privilegios
para que consten en su currículum méritos que no tiene en realidad. A no ser
que crea que sabe mucho y que el título ya le certifica algo que domina gracias
a su superior inteligencia y a su maravillosa capacidad. Pero aunque en España
abundan los que se creen unas lumbreras, la realidad es otra. Si no, que le
hagan un examen de idiomas a todo aquel que dice que sabe inglés.
Si hicieras una encuesta y la mayoría de los estudiantes
estuvieran a favor de pagar porque les regalaran el título universitario,
entonces tendríamos un problema. Lo que debe ser un centro de educación y
formación no debe convertirse sólo en un expendedor de títulos, que parece que
es lo que más importa.
Estoy de acuerdo. Lo importante es que aprendas y desarrolles habilidades. Para demostrar algo que ya dominas hay otras formas como escribir un blog y no necesitas comprar un título.
ResponderEliminartotalmente de acuerdo, Jorge. Un saludo!
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