Keynes estableció ya por la década de los años 30 del siglo
XX que podíamos enfrentarnos a un panorama en el que los cambios tecnológicos
conllevaran una destrucción de empleo sin que diera tiempo a sustituirlos por
los nuevos puestos de forma inminente. Ese periodo de transición supondría un
incremento del desempleo, pero esta vez sería un “paro tecnológico”.
Leo en la prensa que “la falta de formación digital impide
el crecimiento del sector IT en España”.
Y seguimos leyendo: “Los especialistas en IT, en concreto los
programadores, son ya y serán uno de los perfiles profesionales más demandados
durante los próximos años, según el Informe IMMUNE sobre el estado del Coding,
que, además, revela cómo esta demanda, que crece año a año, se está viendo
desatendida por los actuales sistemas educativos. En España, las titulaciones
universitarias relacionadas con el sector IT suponen solo un 1% del total.”
La cuestión no es solo la importancia de las carreras y la
formación puramente tecnológica,
sino que debemos profundizar mucho más y darnos cuenta de que las competencias
digitales son transversales. Ya no cabe la excusa de que no se tiene tiempo
para aprender sobre las TIC o, incluso, desentender la formación permanente
para la actualización. El profesional que no se vaya poniendo al día en nuevos
conocimientos tecnológicos se irá quedando obsoleto a una velocidad pasmosa.
Hablamos de transformación
digital en el ámbito del profesional como individuo. En mi opinión, los
profesionales que nos movemos en la sociedad red debemos aprender, independientemente
de nuestro sector, una serie de ideas:
- · El papel que juega nuestra identidad digital en Internet. Las redes sociales son herramientas importantes que pueden ayudarnos a desarrollarnos profesionalmente o destrozarnos por completo.
- · Trabajar en la nube. No tiene sentido andar con papeles. Ni, Por ejemplo, llevar mi currículum fotocopiado o en un pendrive que casi siempre se me olvida en casa. Señores, casi todos tenemos un ordenador en el bolsillo llamado Smartphone. Con plataformas como Google Drive puedo gestionar cualquier documento desde mi móvil y enviarlo en el momento en el que me haga falta.
- · Trabajo colaborativo. Muy ligado a lo anterior. Trabajar en equipo es básico y la digitalización, vía videoconferencia, Google Calendar o similares me permite trabajar de una forma mucho más eficaz. La agenda de papel es del siglo pasado. Podemos apuntar notas en Keep y compartirlas con nuestros compañeros, así como anotar nuestras citas en Calendar y, mediante colores, tener distintas líneas de programación de actividades.
- · Un blog profesional. Sí, amigo, lo repito mucho, pero es la mejor carta de presentación de un profesional que quiera digitalizarse a un nivel superior.
- · Cuestiones básicas de seguridad informática. No esperes a que el informático te diga que no debes descargar cualquier adjunto de un correo raro y cargarte el ordenador de la oficina. Deberías saberlo ya. Como tantas otras cosas. ¿Sabes controlar tu privacidad en la red?
- · Herramientas de gestión de la información, como Feedly o las alertas de Google, te facilitarán gestionar mejor los contenidos que te interesen por tu sector profesional.
- · Y muchas más.
Digitalizar un negocio no es solo tener página web, así que
un profesional puede adquirir competencias digitales que no tienen que
centrarse en programar. Hay un abanico de servicios en la nube que nos ayuda mucho
en nuestro día a día, sin desatender las herramientas ofimáticas.
Puedes no querer salir de la cueva, hasta que te veas desesperado.
Hay que ponerse las pilas ya (si no te las has puesto).
Para leer más:
No hay comentarios:
Publicar un comentario