fuente: https://bit.ly/2ChSxGH |
Hace poco leí un interesante artículo de Andrés Pérez Ortega
sobre la necesidad de plantear una estrategia a la hora de organizar nuestra
carrera profesional y, evidentemente, nuestro día a día.
Nos pasamos la jornada haciendo cosas, leyendo noticias en
redes sociales, filtrando información, enviando correos o contenido… En fin, sumergidos
en mares de datos que nos hacen perder poco a poco el tiempo y reducen nuestra
productividad.
Ante todo esto, lo importante es la estrategia. Esta es la
clave. Hacia dónde vamos y qué queremos. Una vez lo tengamos claro, un plan nos
ayudará. Estamos rodeados de ladrones de
tiempo, pero, sin duda, querer hacerlo todo a la vez es el peor. La cuestión, sobre todo a la hora de buscar
trabajo o desarrollarnos profesionalmente, es
que no nos tomamos en serio una serie de preguntas:
- En qué quiero trabajar.
- Qué formación y competencias debo tener para trabajar ahí. Ojo, no confundamos formación con titulitis. Se puede saber inglés muy bien y no tener certificado, pero en una entrevista es necesario demostrarlo.
- Qué personas puedo conocer que sean referentes de ese sector.
La primera pregunta,
sobre todo cuando se es muy joven, puede diluirse. Muchos me dicen que no lo
saben; otros, que les da igual trabajar en lo que sea (si estamos desesperados,
es normal). Si no aclaramos esta cuestión, no nos sirven de nada los posteriores
pasos.
En relación a la formación
y competencias, es posible que, si soy universitario, me plantee opositar.
Bien, no necesito más que el título y echarle un montón de horas. Pero si quiero
otra cosa, necesitaré: másteres, idiomas, informática… El título solo no será suficiente.
Aunque no seas universitario, la formación es fundamental trabajemos en lo que
trabajemos. Mediante formación profesional o cursos especializados no solo se adquieren
competencias para desarrollar el empleo, sino que además podemos conseguir
realizar prácticas, que son ideales para adentrarnos en la experiencia profesional.
Personas referentes.
Hasta que las máquinas nos quiten el trabajo, las personas somos lo más
importante de las organizaciones. Si me dedico a un sector concreto, debo
conocer a los máximos exponentes, seguir las publicaciones más importantes que
me hablen de mi área de especialización y buscar en LinkedIn como loco a
aquellas personas que puedan ser de mi interés profesional.
Una vez aclararadas estas tres cuestiones, solo debemos organizarnos:
cuánto tiempo dedicaré a la formación, cuánto tiempo a buscar contactos, cuánto
tiempo a filtrar y estar al día de contenidos de interés y cuánto tiempo al
ocio. Si trabajo 40 horas a la semana, debo seguir profundizando: mi formación debe
continuar y mi red de contactos obligatoriamente tiene que crecer y
consolidarse.
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