martes, 11 de junio de 2019

El futuro del trabajo o el trabajo del futuro



La transformación de nuestras vidas debido a la tecnología es algo que no podemos soslayar. Según un estudio de ManPower, analizado por la sección de El País Retina:
“Para 2026, se crearán en España 2,6 millones de nuevos empleos y la mayoría de ellos serán para profesionales técnicos y trabajadores cualificados. En especial, tendrán más tirón aquellos relacionados con el derecho, las ciencias, la salud y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).”

Además de los nuevos empleos, es importante analizar cómo se verán transformados los antiguos que, aunque no desaparezcan, es evidente que no serán los mismos. Y esto es la madre del cordero. No tanto qué de nuevo hay, sino como lo viejo  se va resquebrajando y nos pilla a todos desprevenidos. ¿Es un periodista el mismo profesional que antes de que surgiera Internet? Y digo más, ¿hace el mismo trabajo desde que emergieron las redes sociales? Pues así con tantos y tantos empleos. Aunque nos empeñemos en no cambiar, la ola de la tecnología es transversal y nos afecta a todos. Cuanto antes nos pongamos las pilas, mejor.

Big Data,  robótica o inteligencia artificial son sectores que siempre están en el debate. El común denominador  que mueve la nueva economía no es otro que el conocimiento y, por extensión, el talento. ¿Cómo atraer talento? ¿Cómo formarlo? ¿Cómo fidelizarlo?
Las condiciones laborales son importantes, y no sólo hablamos de salario: posibilidades de promoción en la empresa, reputación de la empresa, horario… también son variables que se deben tener en cuenta. Sí, a veces parece utópico sobre todo en España pero en un mundo globalizado, la fidelidad a la empresa de profesionales de valía no está garantizada.
Pero, en mi opinión, hay algo que es básico en una economía basada en el conocimiento: el aprendizaje permanente. Adquirir competencias y repetirla durante 30 años no funciona. El reciclaje  es básico y la empresa tiene que tener eso cuenta. EL talento tiene que airearse porque puede caducar demasiado pronto si no se renueva.

Los cambios de escenarios, que llevan a miles de profesionales a trabajar en la distancia y coordinarse con otras personas que no comparten el mismo espacio físico, modifica la gestión de equipos de forma sustancial. Saber liderar escenarios tan cambiantes es difícil, pero marcará la diferencia. ¿o no?



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