¿Cuáles son los principales problemas de los españoles? ¿Y
los principales problemas del país según ellos? El último barómetro del CIS puede darnos unas cuantas pistas.
Como primer problema se sitúa el paro (60%), seguido de los
políticos en general (45%), los problemas de índole económica (25,3%) y la
corrupción (25,1%). La inmigración se sitúa más lejos (15,6%) y la
independencia de Cataluña obtiene solo un 5,8%.
Vamos a ver, antes del análisis, qué problema afecta más a
los españoles, según su percepción.
En este caso, podemos ver que los que más afectan son los
económicos, el paro, la sanidad y la calidad del empleo. La inmigración solo
afecta al 2,9%.
Nuestros problemas son económicos y sociales, es lo que nos
preocupa, pero cuando vemos las noticias solo se habla de Cataluña.
Que se piense que uno de los principales problemas de España
es la clase política es fruto de la desafección, lo cual, a corto-medio plazo,
genera un buen campo de cultivo para fenómenos políticos radicales y populistas
con recetas milagrosas que no suelen triunfar.
Pero, ¿son los políticos tan diferentes a la sociedad que representan? Dejo ahí la pregunta.
La percepción de los problemas tanto sociales como
individuales influye a la hora de votar. En un
reciente artículo en el diario El País se vincula el ascenso de Vox a tres
preocupaciones: Cataluña, inmigración y
la clase política. En mi opinión,
creo que pesa más Cataluña, sobre todo en el sur de España. No obstante, en el propio artículo cita un estudio que sí encuentra una
vinculación entre aumento de la inmigración y el incremento de los apoyos a
fuerzas de extrema derecha. ( EL
caso de Francia, campo es estudio de esta investigación, es paradigmático).
Es necesario entender que los problemas sociales son
complejos, y que no tienen fácil solución. Cuando un partido político cree que
lo arreglaría todo con solo llegar al gobierno está mintiendo, de forma
consciente, pero lo hace porque hay gente que quiere creer en eso. Al final
todo se resume en ostentar el poder para que no esté el enemigo, entrando en
esta dinámica tan tóxica de elegir entre lo malo y lo peor.
Lo necesario sería un análisis detallado y profundo tanto de
los problemas como de las soluciones, con un debate racional y sosegado. Pero esto es utópico. Como en el cuadro de Goya, a veces preferimos darnos de
garrotazos.
Duelo a garrotazos, de Francisco de Goya. |
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