Parece
que el resultado electoral nos dejó el domingo por la noche más o menos
igual que antes, con la única excepción de un descalabro monumental de
Ciudadanos y un ascenso notorio de Vox. Pero la sorpresa llegó el mismo martes,
apenas unas horas después de los comicios, cuando Pablo
Iglesias y Pedro Sánchez se abrazaron para sellar un acuerdo. Esto no
supone que vaya a consolidarse un gobierno, puesto que todavía le faltan muchos
apoyos, pero significa un cambio de estrategia a nivel nacional en el PSOE.
¿Por qué Pedo Sánchez da su brazo a torcer? Principalmente,
por varios motivos:
El porqué
1.- Las elecciones no le han servido para incrementar
notablemente sus apoyos. El hundimiento de Ciudadanos y la resistencia de
Podemos hace que no tenga otra opción que explorar un acuerdo con Iglesias.
2.- El Partido Popular jamás pactará con Sánchez, ni llegará
a una gran coalición. Esto supondría un descalabro electoral para las fuerzas
más representativas del bipartidismo. Seguramente Pedro Sánchez creía que un
fuerte incremento del PSOE y del PP obligaría a Casado a abstenerse tal y como
hizo el PSOE con Rajoy. Pero el no es no, también en la derecha.
3.- El fortalecimiento de Vox. Vox supone un terremoto sobre
todo en el bloque de la derecha, puesto que reduce el margen de trabajo del PP
para llegar a acuerdos con otras fuerzas, incluidos los nacionalistas. Además
ha dividido su voto. Este terremoto no ha movilizado el voto
útil hacia el PSOE, como estoy seguro que esperaban desde filas socialistas. Es un histórico argumento del PSOE apelar a que vienen los malos.
El acuerdo
El acuerdo de gobierno se ha plasmado en un documento
de mínimos. Fortalecer PYMES, cambio
climático, políticas sociales, políticas de feministas… lo que supone un conjunto de esperanzas
ideológicas que todavía se tienen que desarrollar. Desde mi punto de vista, el
acuerdo tiene una serie de obstáculos:
A) Dentro del
posible gobierno habrá posturas muy encontradas, como podrida ser la defendidas
por la ministra de
Economía, Calviño, y los miembros de Unidas-Podemos. Es la eterna lucha
entre las derivas liberales de la socialdemocracia y las posturas
socialdemócratas clásicas, defendidas, estas últimas, por la izquierda del PSOE y que podrían
encontrar un buen representante en Alberto
Garzón (aunque se considere a sí mismo comunista, el programa político de
Izquierda Unida en su momento, y de Unidas Podemos ahora, se aleja de posturas
tan peregrinas como asaltar el palacio de invierno. Aunque para sus enemigos esto
sería solo una estrategia para
infiltrarse en el poder y proceder a la llamada a la acción de los soviets
bolivarianos. ) Para ver algunas diferencias y similitudes entre
ambos programas pinchad aquí
B) No tiene el
apoyo de toda la cámara. La suma entre PSOE y Unidas Podemos es de 155 escaños,
le faltarían 11 para la mayoría absoluta.
Si se le sumara más país, con sus 3, serian 158. Si el PNV apoyara al gobierno,
que tiene 7, se quedaría en 164, junto con Teruel Existe y el partido liderado
por Miguel Ángel Revilla, 166. Solo le faltarían 10, los que tiene Ciudadanos,
que si apoyara la investidura de Sánchez
daría pie al inicio de un nuevo gobierno que no dependería para nada del voto
del independentismo. ¿Será posible? No lo creo.
C) Si Ciudadanos no apoya la investidura, entra en escena el
independentismo. El acuerdo de gobierno de Sánchez e Iglesias habla de diálogo,
sí, pero dentro de la constitución. Aunque mentes imaginativas retuerzan la
constitución hasta la extenuación, un referéndum de independencia y de ruptura
de España no entraría dentro de ella. No obstante, lLas comunidades autónomas ( recogidas en
el Título VIII de la constitución, ) son parte de la organización de
nuestro estado democrático, pero lo que ocurre es que la necesidad de
estabilidad en Madrid ha llevado a dar muchas concesiones al nacionalismo
catalán y vasco, que han supuesto un
agravio comparativo con otras comunidades.
Ya hablé en su momento sobre
la pobreza en nuestro país y las dos
Españas, sí, pero las divididas por la pobreza y el desempleo. Si hablamos de infraestructuras
pues lo mismo. Esto la izquierda tiene que tenerlo en cuenta cuando hable de diálogo,
puesto que zonas ricas que quieren independizarse de zonas pobres no sería un
movimiento de liberación al uso como los que recoge la ONU, sino algo muy
distinto. De hecho, en Italia hay un partido que quería siempre la independencia
del norte, más rico, del sur. Se llamaba Liga Norte y entre
sus filas está el ex ministro del Interior Mateo Salvini.
Cada persona se puede sentir como quiera, pero de los
sentimientos no se come, se come de la realidad y de instituciones fuertes
frente a una economía globalizada.
d) ¿Puede el independentismo apoyar a Sánchez sin
contrapartidas? No, sería el fin de ERC. De hecho, hace tiempo que el independentismo
está en la calle ajeno del todo a sus políticos. Rufían
fue abucheado en su momento y esto es muy significativo. Que te acusen de traidor
( una palabra que debería desterrarse en democracia pero que ahí sigue) es un
estigma, y antes se va a más elecciones que pasar por ese trago. Además, ¿no le
iría mejor al independentismo más radical con un gobierno hostil? ¿No se
retroalimentan VOX y ERC? Ahí dejo esas preguntas.
Posibilidades de
éxito de un nuevo gobierno
El analista Daniel Bernabé expone algo interesante en un
reciente artículo
sobre las elecciones. No serán banderas, ni soflamas, ni decir que viene el
lobo o la trampa de la diversidad lo que
consiga hacer que un gobierno de izquierdas tenga éxito y gane apoyos entre las
clases populares, si no políticas sociales bien gestionadas y eficaces. Y aquí
es donde habría que poner el acento, en la gestión. Para muchos ideólogos la
gestión, o hablar de ella, es cosa de neoliberales, pero dirigir instituciones supone
controlas parte del dinero de los españoles y hay que hacerlo con el máximo
rigor, evitando tarjetas black, corruptelas, despilfarro y recortes que sean
nocivos para la mayoría de nosotros.
Para ello, a veces, habrá que asumir contradicciones y
plantear presupuestos que estén en la línea de Bruselas. Se puede intentar salir
por la tangente, pero puede ocurrir como ya le pasó a SYRIZA, que de partido ultraizquierdista
que iba a sacar a Grecia del euro terminó en un gestor de la crisis que asumió
todo el coste de aplicar lo que se le impuso. Ojo con las expectativas y la
realidad.
Postdata:
Seguiremos analizando la actualidad política. Mientras
tanto, os recomiendo la siguiente lectura:
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