miércoles, 20 de noviembre de 2019

Análisis poselectoral. ¿Nuevo gobierno? Primera parte


Parece que el resultado electoral nos dejó el domingo por la noche más o menos igual que antes, con la única excepción de un descalabro monumental de Ciudadanos y un ascenso notorio de Vox. Pero la sorpresa llegó el mismo martes, apenas unas horas después de los comicios, cuando Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se abrazaron para sellar un acuerdo. Esto no supone que vaya a consolidarse un gobierno, puesto que todavía le faltan muchos apoyos, pero significa un cambio de estrategia a nivel nacional en el PSOE.
¿Por qué Pedo Sánchez da su brazo a torcer? Principalmente, por varios motivos:

El porqué
1.- Las elecciones no le han servido para incrementar notablemente sus apoyos. El hundimiento de Ciudadanos y la resistencia de Podemos hace que no tenga otra opción que explorar  un acuerdo con Iglesias.

2.- El Partido Popular jamás pactará con Sánchez, ni llegará a una gran coalición. Esto supondría un descalabro electoral para las fuerzas más representativas del bipartidismo. Seguramente Pedro Sánchez creía que un fuerte incremento del PSOE y del PP obligaría a Casado a abstenerse tal y como hizo el PSOE con Rajoy. Pero el no es no, también en la derecha.

3.- El fortalecimiento de Vox. Vox supone un terremoto sobre todo en el bloque de la derecha, puesto que reduce el margen de trabajo del PP para llegar a acuerdos con otras fuerzas, incluidos los nacionalistas. Además ha dividido su voto. Este terremoto no ha movilizado el voto útil hacia el PSOE, como estoy seguro que esperaban desde  filas socialistas. Es un histórico argumento del PSOE apelar a que vienen los malos.  

El acuerdo

El acuerdo de gobierno se ha plasmado en un documento de mínimos. Fortalecer PYMES, cambio climático, políticas sociales, políticas de feministas…  lo que supone un conjunto de esperanzas ideológicas que todavía se tienen que desarrollar. Desde mi punto de vista, el acuerdo tiene una serie de obstáculos:

A) Dentro del posible gobierno habrá posturas muy encontradas, como podrida ser la defendidas por la ministra de Economía, Calviño, y los miembros de Unidas-Podemos. Es la eterna lucha entre las derivas liberales de la socialdemocracia y las posturas socialdemócratas clásicas, defendidas, estas últimas,  por la izquierda del PSOE y que podrían encontrar un buen representante en Alberto Garzón (aunque se considere a sí mismo comunista, el programa político de Izquierda Unida en su momento, y de Unidas Podemos ahora, se aleja de posturas tan peregrinas como asaltar el palacio de invierno. Aunque para sus enemigos esto sería  solo una estrategia para infiltrarse en el poder y proceder a la llamada a la acción de los soviets bolivarianos. ) Para ver algunas diferencias y similitudes entre ambos programas pinchad aquí

B) No tiene el apoyo de toda la cámara. La suma entre PSOE y Unidas Podemos es de 155 escaños, le faltarían 11 para la mayoría absoluta.  Si se le sumara más país, con sus 3, serian 158. Si el PNV apoyara al gobierno, que tiene 7, se quedaría en 164, junto con Teruel Existe y el partido liderado por Miguel Ángel Revilla, 166. Solo le faltarían 10, los que tiene Ciudadanos, que si apoyara la  investidura de Sánchez daría pie al inicio de un nuevo gobierno que no dependería para nada del voto del independentismo. ¿Será posible? No lo creo.

C) Si Ciudadanos no apoya la investidura, entra en escena el independentismo. El acuerdo de gobierno de Sánchez e Iglesias habla de diálogo, sí, pero dentro de la constitución. Aunque mentes imaginativas retuerzan la constitución hasta la extenuación, un referéndum de independencia y de ruptura de España no entraría dentro de ella. No obstante, lLas comunidades autónomas ( recogidas en el Título VIII de la constitución, ) son parte de la organización de nuestro estado democrático, pero lo que ocurre es que la necesidad de estabilidad en Madrid ha llevado a dar muchas concesiones al nacionalismo catalán y vasco, que  han supuesto un agravio comparativo con otras comunidades.  Ya hablé en su momento sobre la pobreza en nuestro país  y las dos Españas, sí, pero las divididas por la pobreza y el desempleo. Si hablamos de infraestructuras pues lo mismo. Esto la izquierda tiene que tenerlo en cuenta cuando hable de diálogo, puesto que zonas ricas que quieren independizarse de zonas pobres no sería un movimiento de liberación al uso como los que recoge la ONU, sino algo muy distinto. De hecho, en Italia hay un partido que quería siempre la independencia del norte, más rico, del sur. Se llamaba Liga Norte y entre sus filas está el ex ministro del Interior Mateo Salvini.


Cada persona se puede sentir como quiera, pero de los sentimientos no se come, se come de la realidad y de instituciones fuertes frente a una economía globalizada. 

d) ¿Puede el independentismo apoyar a Sánchez sin contrapartidas? No, sería el fin de ERC. De hecho, hace tiempo que el independentismo está en la calle ajeno del todo a sus políticos. Rufían fue abucheado en su momento y esto es muy significativo. Que te acusen de traidor ( una palabra que debería desterrarse en democracia pero que ahí sigue) es un estigma, y antes se va a más elecciones que pasar por ese trago. Además, ¿no le iría mejor al independentismo más radical con un gobierno hostil? ¿No se retroalimentan VOX y ERC? Ahí dejo esas preguntas.

Posibilidades de éxito de un nuevo gobierno
El analista Daniel Bernabé expone algo interesante en un reciente artículo sobre las elecciones. No serán banderas, ni soflamas, ni decir que viene el lobo o la trampa de la diversidad  lo que consiga hacer que un gobierno de izquierdas tenga éxito y gane apoyos entre las clases populares, si no políticas sociales bien gestionadas y eficaces. Y aquí es donde habría que poner el acento, en la gestión. Para muchos ideólogos la gestión, o hablar de ella, es cosa de neoliberales, pero dirigir instituciones supone controlas parte del dinero de los españoles y hay que hacerlo con el máximo rigor, evitando tarjetas black, corruptelas, despilfarro y recortes que sean nocivos para la mayoría de nosotros.

Para ello, a veces, habrá que asumir contradicciones y plantear presupuestos que estén en la línea de Bruselas. Se puede intentar salir por la tangente, pero puede ocurrir como ya le pasó a SYRIZA, que de partido ultraizquierdista que iba a sacar a Grecia del euro terminó en un gestor de la crisis que asumió todo el coste de aplicar lo que se le impuso. Ojo con las expectativas y la realidad.
Postdata:
Seguiremos analizando la actualidad política. Mientras tanto, os recomiendo la siguiente lectura:



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