martes, 4 de enero de 2022

Y tú, ¿qué aportas?

 Es interesante ver cómo hay gente bastante exigente en sus pretensiones, ya sea laborales, sentimentales o de la vida en general. Ante estas situaciones, siempre me pregunto: “bueno, y tú, ¿qué ofreces?, ¿qué diablos aportas?”. Porque digo que si quieres que te paguen una pasta o que tu pareja sea producto idealizado de una imaginación poderosa, será porque eres un o una crack. Nos pasamos el día pidiendo pero, realmente, ¿ofrecemos tanto valor como para lo que demandamos? 

Si consideras que vales mucho, como decía Rocky, sal a la calle y pelea por lo que te mereces (aguantando los golpes, como afirmaba el campeón). Pero haz realmente un estudio objetivo de tus posibilidades y del mercado en el que te mueves. Haz un análisis DAFO, pregúntate por el valor que generas y entonces podrás hablar. Sé objetivo: una cosa es lo que diga tu abuela y otra, lo que realmente aportas a los demás. Todos hemos pasado por esa racha de pensar que somos unos fenómenos. Me ocurrió cuando terminé la carrera. Y luego no sabes hacer la “o” con un canuto y tienes que especializarte para mejorar en competencias que creías que no servían para nada pero -¡oh, sorpresa!- sí que sirven. 

Así que, cuando alguien te pregunte “y tú, ¿qué aportas?”, más vale que tengas bien preparado tu elevator pitch. 



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