Últimamente, cuando uno ve las cifras de desempleo
facilitados por la EPA, se le viene a la
cabeza la siguiente pregunta: ¿es que esto no va a terminar nunca? Las5.639.500 personas que engrosan el desempleo estimado en España, lo que se traduce en una tasa de paro del 24,44%, supone una
cifra vergonzosa para cualquier país civilizado. Pero el análisis no debe pararse sólo en si sirven o no sirven
las medidas de recortes implementadas por un gobierno guiado por las sendas
ortodoxas del control del déficit, por un lado, y por una estrecha visión
ideológica, por otro, que lo ciega y lo lleva a pensar que éstas son las
medidas que más interesan a España. Ya sabemos que en este país, más papistas
que el papa. Como decía, no, el análisis también debe profundizar mucho más e
intentar responder cómo es posible que con estas cifras de paro no haya habido
una revolución social ya. Porque, desde luego, es para preguntárselo todos los
días.
En Andalucía, la comunidad autónoma donde vivo y
trabajo, por ejemplo, tenemos una tasa de paro
del 33.17%. En algunas provincias como Cádiz, esta tasa es del
36.37%, siendo la más golpeada por el desempleo y seguida en segundo lugar
por Almería, con un 35.28%. ¿Cuánto tiempo puede sostenerse esta
situación? ¿Son cifras reales? ¿No es para que todo el mundo está en la calle
protestando día sí y otro también?
Hay otro dato que arroja la EPA que resulta
totalmente demoledor. El número de hogares con todos
sus miembros activos en paro aumenta en 153.400 en el trimestre y se sitúa en
1.728.400.
¿Puede sostenerse una situación en la que tantas familias carecen de ingresos
para poder vivir?
Que existe economía sumergida que amortigua esta situación parece de lógica, algunos estudios la estiman en el 24% del PIB.
No podemos
mantener un estado avanzado y social con esta situación y la prioridad debe ser
combatirla con fuerza. Si no, habrá un momento en que la situación será tan
grave, que ni siquiera la economía sumergida y la red familiar de apoyo (en la
que los abuelos, con su humilde pensión, empiezan a ayudar de forma activa a los
hijos y nietos convirtiéndose así en
protagonistas de dicha red) podrá mantener cifras de paro de casi la mitad de
la población activa sin que todo reviente. Vivimos un drama unido a una olla a presión a
punto de explotar.
Pero sigamos
observando la EPA de este trimestre en busca de la comunidad con menos paro.
Ésta es el País Vasco, con un 13.55%, muy por debajo de la media española. ¿Por
qué hay estas disparidades entre regiones? ¿Qué políticas de empleo se llevan a
cabo en las distintas zonas? ¿Qué caracteriza al tejido empresarial de uno y
otro lado? Está claro que una respuesta posible es la existencia de un tejido
industrial que tira fuerte del empleo. Si es así, ¿para cuándo un plan nacional
que prime la industrialización de España, atendiendo a criterios de
sostenibilidad ambiental y aumento del
I+d+i? Pues seguramente para nunca, porque los recortes impiden generar
una inversión fuerte que ayude a crear empleo, renta y riqueza. Éste es el
círculo vicioso en el que estamos metidos.
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