Que gane la derecha en Grecia y termine pactando con el
Partido Socialista Griego (PASOK), ambos defensores de los recortes impuestos
desde Bruselas, demuestra a los mercados que, bajo un clima de miedo, los
ciudadanos son capaces de tragar con cualquier cosa. Por eso, considero que no
van a terminar los recortes, ni la crisis de deuda, ni las tensiones de nuestra
prima de riesgo; simplemente, cuando alguien se levante en contra de la
austeridad y a favor del crecimiento, todos los medios lo acusarán de querer un
sistema peor. El miedo sólo sirve al que tiene algo que perder, a los que no
tienen nada. La solución es bien distinta. ¿Hasta cuando se podrá aguantar?
Las fuerzas contrarias al memorándum en Grecia han obtenido
buenos resultados, siendo SYRIZA un refrescante impulso al ideario de izquierda
que, con todo el aparato del poder en contra, ha conseguido multiplicar su
número de votos hasta situarse en segundo lugar en la carrera electoral. La
bipolaridad en la sociedad griega, reflejo de lo que podría pasar aquí en España
dentro de muy poco entre partidarios de los recortes y no partidarios, entre
excluidos y no tan excluidos, no sólo provoca una fractura social, sino que
puede tener un desenlace violento y dramático. No quiero centrarme mucho en los
resultados de la extrema derecha -“Amanecer dorado”- que obtiene el 6,92% de
los votos y 18 escaños, puesto que creo que está siendo un experimento
reaccionario que cuenta todavía con poco apoyo social; eso sí, es muy violento
y empieza a ser demasiado mediático. Hay que estar muy atentos a su desarrollo.
Si los ciudadanos, a
través de los canales de participación democrática, no damos un golpe en la
mesa, la crisis y sus medidas antisociales irán carcomiendo la convivencia
social poco a poco hasta que todo se derrumbe como el castillo de naipes que
es. Duda siempre de los que te dicen que sólo existe una única salida.
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