Vamos a analizar hoy los principales datos publicados por la
Encuesta de Población Activa correspondiente al primer trimestre de 2015.
Por un lado, “la ocupación desciende en 114.300 personas en
el primer trimestre de 2015 respecto al cuarto del año anterior (variación del
-0,65%), situándose el total de ocupados en 17.454.800. En términos
desestacionalizados la variación trimestral es del 0,43%. El empleo ha crecido
en 504.200 personas en los 12 últimos meses. La variación anual es del 2,97”.
Que baje la ocupación es mala noticia, puesto que demuestra
que se está creando menos empleo, pero es algo que venimos viendo desde hace
tiempo. Al bajar la población activa, es posible que el espejismo de que se
reduce drásticamente el paro se acentúe. Hay que recordar a qué se debe que los
activos disminuyan en España: emigración,
vuelta de los inmigrantes a sus países o
abandono la búsqueda de empleo por cansancio al no encontrar nada. También que se incrementen las jubilaciones,
evidentemente. De hecho, “el número de activos disminuye este trimestre en
127.400 hasta 22.899.400. La tasa de
actividad baja 0,32 puntos hasta el 59,45%”. Eso sí, según la EPA, “en el último año la población activa ha
aumentado en 15.500 personas”. Datos muy débiles, como todo el mundo entiende.
Más información: “el total de asalariados con contrato
indefinido aumenta en 25.300 este trimestre, mientras que el de asalariados con contrato
temporal baja en 114.500. En el último año
el empleo indefinido se ha incrementado en 289.700 personas y el temporal en 174.800”. Si bien es cierto que el incremento
de la contratación indefinida es una buena noticia, todavía sigue siendo
insuficiente.
En cuanto a los sectores
económicos, “la ocupación aumenta
este trimestre en la Construcción
(30.300 más) y la Industria (2.300), y baja en los Servicios (135.400 menos) y la Agricultura (11.500). En el último año ha subido en los Servicios (334.900 ocupados más), la Industria (142.500) y la Construcción
(118.500) y ha descendido en la Agricultura
(91.700 menos)”. Esto refleja una cuestión que no me interesa soslayar. De
nuevo, parece que estamos reproduciendo el modelo económico que nos ha traído
hasta esta crisis, siendo la construcción el sector que mejor se ha comportado
en este trimestre y de los principales en los últimos doce meses. ¿No hemos
aprendido nada sobre nuestro deficiente modelo productivo? ¿Terminaremos con
otra burbuja?
En cuanto al número
de parados, “baja este trimestre en 13.100 personas respecto al cuarto (variación del -0,24%) y se sitúa en
5.444.600. En términos desestacionalizados la variación trimestral es del -2,51%. En los 12
últimos meses el paro ha disminuido en 488.700
personas”. Si hablamos de la tasa de
paro, ésta “sube siete centésimas y se sitúa en el 23,78%. En los 12 últimos
meses ha descendido 2,15 puntos”. Con
esta tasa de paro, parece un insulto hablar de recuperación.
Más elementos interesantes para el análisis: “en los 12
últimos meses el número de asalariados ha subido en 464.400 y el de
trabajadores por cuenta propia en 40.700, fundamentalmente debido al aumento de
44.500
empresarios sin asalariados o trabajadores independientes”. Esta
tendencia puede llevarnos a pensar que el espíritu emprendedor se infla por
instantes, pero creo que es más correcto decir que están proliferando los
falsos autónomos y los económicamente dependientes, lo que es una forma
encubierta -en un porcentaje importante de los casos- de eludir la contratación
laboral tradicional que conllevaría respetar unos derechos adquiridos.
En cuanto a los hogares con todos sus miembros activos en
paro, estos aumentan este trimestre en
27.300, hasta un total de 1.793.600. Por otro lado, el número de hogares en
los que todos sus miembros activos están
ocupados disminuye en 18.700, hasta 9.091.400. Este dato es estremecedor, a
pesar de que “en los últimos 12 meses, el número de hogares con al menos un miembro activo en los que todos
están en paro se ha reducido en 185.400, mientras que los que tienen a todos
sus activos ocupados ha crecido en
431.800”. De nuevo, una bajada claramente insuficiente que refleja un
enquistamiento de la situación desesperada de muchas familias.
Conclusiones
En primer lugar, podemos leer en la prensa con datos de la EPA que, al menos, el 57% de los
empleados a tiempo parcial en España lo hace a su pesar, o sea, que querría
trabajar más horas. Como es lógico,
un contrato a tiempo parcial significa un empleo peor remunerado que a jornada
completa. Que un porcentaje tan elevado eche en falta más horas de trabajo
demuestra que el modelo flexible de contratos parciales no está contentando al
grueso de los trabajadores que se ven abocados a escoger esta vía. Este
subempleo, como se denomina, afecta en España a 2,2 millones de personas y
también abarcaría a los que trabajan en empleos inferiores a su cualificación.
De hecho, “uno de cada tres trabajadores con un empleo precario es
licenciado”. En fin, lamentable. Si nuestros mejores cerebros se ven obligados
a elegir entre paro, precariedad o marcharse, se terminarán yendo. Así no
levantaremos cabeza.