Víctor Candel escribió hace poco una entrada en su blog
sobre la búsqueda de empleados a través de la red que me pareció bastante
interesante. En ella, nos comenta las formas que puede tener un reclutador para
rastrear nuestros pasos en Internet sin que nos demos cuenta.
No es necesario que nos sigan en Twitter ni que sean
nuestros amigos de Facebook ni que veamos su cara en nuestro blog. Tampoco que nos
pidan contacto en Linkedin. Un reclutador puede rastrear y leer nuestro
contenido, observar detenidamente nuestra reputación digital sin que lo veamos.
Si es un cazatalentos, es muy probable que nuestro perfil pueda estar en su
punto de mira. Pero, si existen miles de perfiles y personas compartiendo
contenido, ¿cómo destacar? Esta es la eterna pregunta.
No basta con tener redes sociales abiertas: hay que hacerse
con un blog. No basta con el blog: hay que actualizarlo con relativa
frecuencia; si es todas las semanas, mejor. No basta con actualizar: tienes que
buscar calidad, difundir, entrevistarte con gente y establecer una buena red de
contactos. En fin, ya lo hemos comentado
muchas veces, todo esto de la búsqueda de clientes exige una buena planificación.
Cuando hablamos de visibilidad, lo hacemos fundamentalmente
para que ese reclutador que anda por la red se tope contigo en diversas
ocasiones. Que puedas llamar su atención favorablemente es crucial. Pero no
sólo tiene que ser un reclutador, imagínate que tienes una empresa y buscas a
alguien. Dentro de tu red de contactos corriente no encuentras el perfil que
deseas. Resulta que eres una persona activa
en las redes y decides darles un repaso a ver quién hay. Al toparte con un
profesional con bastante actividad, y de calidad, el siguiente paso será
entrevistarse con él. Pero el contacto ya está iniciado.
Que seas alguien visible, con contactos y dinámico, es
crucial en la sociedad laboral en la que vivimos. Sin menospreciar la
importancia de la formación y los idiomas, la constancia y el saber hacer,
considero que cada vez es más importante ser conocido por la gente adecuada que
pasar desapercibido incluso siendo un crack.
Las redes sociales, las que están dentro y fuera de la red,
se basan en la confianza. Tus amigos y familiares son gente que confía en ti y
tú en ellos. Las relaciones profesionales y laborales, también se basan en la
confianza. Si nadie confía en nosotros, difícil será que nos contraten. Y para
confiar en nosotros nos tienes que conocer, lo cual, en este universo 2.0 todo
parece más fácil de lo que realmente es. ¿Por qué digo esto? Porque desvirtualizarse es
más importante de lo que parece. Que esto de moverte por la red está muy bien,
pero conocer en persona a alguien multiplica tus posibilidades. Este es uno de
los motivos por los que considero que la planificación de la búsqueda de empleo
tiene que abarcar por igual el mundo online
y el offline. Si te curras mucho el segundo, es hora de dar el paso y empezar a
evolucionar en el primero y viceversa.
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