Si sólo quieres trabajar en lo
que te gusta, es posible que, o bien no encuentres trabajo, o bien cobres
demasiado poco. No obstante, también cabe la probabilidad de que trabajes en
sectores que no te agradan por salarios de miseria. Tires por donde tires, hay
un problema.
Pero parece que, como se suele
decir por aquí en el sur, “sarna con gusto no pica”. Si te apasiona lo que
haces -tal y como establece este artículo publicado en El Confidencial-, todo indica que caerás en una especie de
autoexplotación perpetua. ¿Puedes llegar a aborrecer una pasión? No lo creo,
pero te quedas sin tiempo libre con una alegría descomunal.
La tecnología ha conseguido
eliminar muchas barreras y la existente entre la vida laboral y el ocio es una
de ellas. Si estoy comiendo y, en vez de ver el telediario o leer un libro o
hablar con mi acompañante, me pongo a consultar mi agenda, a chequear redes
sociales, a contestar correos o a lo que tenga que ver con mi trabajo, al
final, estoy integrando ambas vidas de forma paulatina. Como lo moderno es
estar todo el día conectado y trabajando, lo puedo vender como que soy cool, junto con el running y los aparatos de
Apple. Pero, ¿es sano estar todo el día en tensión?
Está muy bien eso de encontrar
una pasión y trabajar por ese camino. El problema es cuando lo que te gusta no
es lo que demandan las empresas. O, quizás, montas tu propio negocio pero
tampoco hay suerte con la clientela. A pesar de todo, siempre he creído que si
tienes una gran afición y quieres encontrar tu camino profesional ahí, tu nivel
de desarrollo será mucho mayor, porque pondrás
toda la carne en el asador.
En mi caótico caso profesional-personal,
invierto mucho tiempo y trabajo en cuestiones que por ahora sólo han conseguido
proporcionarme un gran “autodesarrollo”, pero tengo amplias dificultades para
conseguir convertir todo este capital social en un generador de ingresos
interesante. ¿Soy víctima del mantra de la autorrealización o un mal gestor? Porque,
claro, a veces las estrategias de las escuelas de negocios funcionan en teoría,
pero no son adaptables a todo el mundo. ¿O cualquiera puede convertirse en un
Steve Jobs de la noche a la mañana, sólo con esfuerzo y pasión?
Ulrich Beck hablaba en su libro
“Un nuevo Mundo Feliz” sobre la utopía que defiende la importancia de ser jefe
de uno mismo, de la libertad de la inseguridad, etcétera. ¿Y si estamos
luchando como locos por encontrar una fantasía? La reflexión es necesaria
porque nadie está libre de caer en la alienación.
No obstante, pese a todo y concluyendo,
mi opinión al respecto siempre ha sido la misma: o tienes tu propio proyecto o eres esclavo del de otra persona.
Prefiero romperme el espinazo para trabajar en lo que creo, aunque eso lleve a
financiar mis ideas con otros trabajos no tan agraciados. Y tú, ¿qué opinas?
Opino que debemos sobrevivir, trabajar y cobrar un salario por tu trabajo. Mi kaos profesional es peor que el tuyo, segurisimo,lo que nos gusta no da dinero, por ahora. Una cosa es segura, solo con la genialidad no se come, hay que unir genialidades.
ResponderEliminarOpino que debemos sobrevivir, trabajar y cobrar un salario por tu trabajo. Mi kaos profesional es peor que el tuyo, segurisimo,lo que nos gusta no da dinero, por ahora. Una cosa es segura, solo con la genialidad no se come, hay que unir genialidades.
ResponderEliminarGracias, Antonio por tu comentario. Es cierto, hay que unir genialidades y esfuerzos. Un saludo!
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