Fuente: wikipedia |
Coches inteligentes que seconducen solos, robots que tienen cada vez más capacidad para pensar, manipulación
genética, miembros del cuerpo humano biónicos… Suena a ciencia ficción, pero estamos
más cerca de este universo propio de la mente de Isaac Asimov, Philip K. Dick o
Aldous Huxley que de un mundo real y actual. Por cierto, dentro de poco
escribiré y hablaré en mi canal de YouTube sobre la fantástica serie Black Mirror que tanto interés está
generando, sobre todos a los que nos fascinan la ciencia ficción y el diseño de
sociedades distópicas que, aunque futuristas, tienen mucho de crítica al mundo
actual.
El debate sobre la tecnología no
deja de ser una reflexión sobre los usos de esta. No nos dejemos llevar por el
ludismo; los seres humanos somos complejos y las herramientas tecnológicas lo
que hacen es permitirnos llegar cada vez más lejos: ya sea para bien, ya sea
para mal. El móvil nos hiperconecta a un mundo lleno de posibilidades, pero
también facilita el acoso y el fin de la privacidad. Los elementos éticos de la
biotecnología y de las posibilidades de manipulación genética deben ser
debatidos, pero, ¿todos los estados a nivel mundial serán capaces de guiarse
por motivos éticos y morales? En un planeta donde proliferan las bombas nucleares
no podemos esperar nada bueno.
La tecnología, a priori, es neutral. Un martillo puede
servir para clavar clavos o para abrirle la cabeza a alguien. Todo, como os
comentaba, es cuestión de usos y abusos. Pero la reflexión necesaria, que se
debe plantear en todos los foros posibles, ¿dónde empieza? ¿En los colegios?, ¿en
los medios de comunicación masivos y tradicionales (televisión, radio, prensa
en general)? ¿En la familia? ¿En el Congreso de los Diputados?
Por otro lado, está la cuestión
del empleo. He escrito mucho sobre la búsqueda de empleo a través de Internet,
aunque el mayor interés está, cómo no, en si la tecnología destruye o crea
empleo. Se ha publicado recientemente que en el sector de las telecomunicaciones, por primera vez en mucho tiempo, el empleo cae. Es posible
que sí, que realmente el saldo de empleo es negativo. La Revolución Tecnológica
tiene visos de que haber entrado en una dinámica que desembocaría en cada vez
menos puestos de trabajo, tal y como, por ejemplo, alertaron Jeremy Rifkin y también sociólogos españoles como José Félix Tezanos en su interesante ensayo “El trabajo perdido”.
Por tanto, ¿no deberíamos actuar en consecuencia
o estamos esperando a que vengan tiempos cada vez más duros? ¿Es todo un grito
exagerado?
Lecturas para la reflexión
Hola Hector!
ResponderEliminarBuena pregunta, donde empezamos con esa reflexión necesaria acerca de la tecnología y lo que nos aporta? Nos dejara sin trabajo? Me gusta la reflexión de Enrique Dans acerca de ello. Y creo que acabaremos explorando e investigando.
Personalmente creo que cuanto antes mejor. Si empezamos en los coles a pensar sobre ello, acabaremos en el congreso tomando decisiones.
Noraboa por el post. Hace pensar!
Muchas graicas por el comentario, Gorka. ¡Un saludo!
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