A muchos no nos gusta WhatsApp como herramienta, aunque la
utilicemos. Tu número de teléfono lo tiene cualquiera, si tienes la mala pata
de ser introducido en uno de esos grupos que se crean y de los que terminas
formando parte sin darte cuenta. Aun así, solemos pasar por el aro. Cuando Facebook decidió comprar WhatsApp por unos 19.000 millones de dólares, muchos
se echaron las manos a la cabeza. Sin embargo, esta operación tenía un objetivo
claro: obtener información de tu número de teléfono.
¿Por qué debe tenerla? Pues, tal y como se explica en un interesante
artículo escrito hace tiempo en la BBC, a Facebook le interesa:
- · Conocer tus contactos, así podrá sugerirte amistades que no tenías en la red social si sabe con quién te escribiste a través de la red de mensajería instantánea.
- · Saber cuándo te conectas, lo que puede ser relevante para enviarte publicidad personalizada. También las búsquedas en Google pueden llevar a una personalización de la publicidad en WhatsApp.
- · Más información derivada de tus conexiones para elaborar estadísticas
Aunque, según la compañía, tus mensajes están encriptados y
nadie puede leerlos, se obtiene bastante información aunque no sepan lo que
digas.
En 2016 cambió la política de privacidad en WhatsApp y ahí
se incluía la cuestión de compartir información con Facebook. A pesar de esto, la
agencia de protección de datos ha multado a ambas con 300.000 euros. Parte de la sentencia es clara:
“La aceptación de esas nuevas condiciones se impuso como
obligatoria para poder hacer uso de la aplicación de mensajería, y esa
comunicación de datos personales a Facebook, que no tiene relación con las
finalidades determinadas en la recogida de datos original, se realizó sin
ofrecer a los usuarios una información adecuada y sin la opción de mostrar su
negativa a las mismas.”
Esto es grave, más de lo que pensamos, puesto que puede afectar
a empresas y autónomos que utilicen WhatsApp para comunicarse con clientes.
“A partir del próximo 25 de mayo, fecha de entrada en vigor del nuevo reglamento, los autónomos y empresas que
utilicen WhatsApp con sus clientes podrían ser multados al ser éstos
los responsables del tratamiento de los datos de sus clientes, sobre todo si no
se ha requerido el consentimiento del afectado de forma libre, informado y específico.
Es decir, hay que advertir que WhatsApp puede compartir sus datos con la red
social de forma clara para que el usuario consienta dicho traspaso de
información.”
No obstante, las malas noticias para Facebook no paran aquí.
Hay un escándalo bastante aparatoso que implica a la red social en otra polémica
relacionada,cómo no, con el señor Trump. La noticia saltaba el pasado 19 de marzo a la prensa española:
“El pasado viernes, Facebook suspendió de su red, de manera
preventiva, a Strategic Communication
Laboratories y a su filial, Cambridge
Analytica, dedicada al análisis de datos con fines políticos. El motivo
es la posible violación de las políticas de Facebook acerca de
la recolección de datos, lo cual podría estar relacionado con las
pasadas elecciones presidenciales en EEUU.”
La cuestión es que los asesores de Trump obtuvieron información
detallada de miles de usuarios de una forma bastante peculiar:
“Según Facebook, en 2015, un profesor de psicología de la
Universidad de Cambridge llamado Aleksandr Kogan, creó una aplicación de
predicción de la personalidad llamada “This is your digital life”. Unas
270.000 personas que descargaron la aplicación se loguearon a través
de Facebook, dejando sus datos a merced de la app.”
“Gustos, ciudad de residencia, amigos… Toda esta información
fue transferida de Kogan a SCL, lo que constituye una violación de las reglas
de Facebook en cuanto al tráfico y la venta de datos. Cuando Facebook
descubrió la maniobra, eliminó la aplicación y exigió garantías de la
destrucción de la información recopilada, ante lo cual, los involucrados
aseguraron que la habían destruido.”
Cambridge Analytica
pudo obtener información de cerca de ¡50 millones de usuarios! obteniendo una
capacidad para elaborar un perfil sociológico de lo que puede ser un votante
medio, facilitando la creación de campañas de marketing político bastante
eficaces.
La polémica con Facebook está servida, pero siempre es
importante resaltar que el mayor enemigo de nuestra privacidad en la red somos
nosotros mismos. Cuanta menos información relevante demos y menos aplicaciones de
terceros utilicemos, mejor.
En el siguiente enlace podéis leer una serie de recomendaciones
para evitar que Facebook se pasede la raya con nuestros datos.
Para leer más:
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