He decidido dedicar un mayor espacio en el blog
las próximas semanas, no sé cuántas, a películas de temática política y/o
social. A través del cine se han contado muchas historias interesantes que
merecen ser recordadas.
Hoy quiero escribir sobre la película Tierra y Libertad, dirigida por el director de
cine británico Ken Loach. Esta cinta está ambientada en la Guerra Civil española
y, por los acontecimientos que relata, específicamente en la zona de Aragón y
Cataluña. Adelanto que voy a contar el final de la película. Cuidado.
La película arranca en un piso británico en
el que una joven se encuentra a su abuelo gravemente enfermo en el sofá.
Durante el traslado al hospital, el abuelo muere y la nieta, de vuelta a la
casa, decide arreglar papeles viejos y documentos. Allí se encuentra con un
diario y recortes sobre la Guerra Civil
española.
El abuelo de la muchacha es David Carr que,
siendo un joven desempleado y militante del partido comunista británico, decide
irse a España a luchar contra las tropas de Franco. Al llegar, se une a una
milicia compuesta por miembros del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista ,
partido antiestanilista, que conectó muy bien con los anarquistas de la época.
Durante los combates de la milicia, consiguen
ganar a las tropas fascistas una batalla
en un pequeño pueblo. Allí, se establece una reunión sobre la colectivización
de las tierras de gran interés histórico, ya que fue un debate
que cogió mucha fuerza en el bando republicano durante la guerra. Algunos
priorizaron vencer a Franco, pero otros, anarquistas a la cabeza, también
querían hacer la Revolución. A través de las milicias se construyeron distintas
comunidades basadas en los principios del comunismo libertario y la Revolución
Social. En este debate, en un enorme salón donde hablan habitantes del
pueblecito y miembros de la milicia, se dan distintos puntos de vista: el del
pequeño propietario, que dice que él ha trabajado mucho para tener lo poco que
posee; los favorables a la colectivización; y el pragmatismo de otros, que
establecen que no es prioritaria la Revolución, puesto que a nivel
internacional se quiere el apoyo de las potencias antifascistas y lo mejor es
priorizar la derrota de Franco.
Más avanzada la película, una noticia llega a
la milicia: se decreta la eliminación de éstas y su integración en un ejército
con mando único y dirigido por los comunistas. La milicia vota seguir luchando
de forma autónoma. En esto, David Carr resulta herido. Debido a las malas condiciones del armamento del que disponían, se le revienta una escopeta en el
hombro. Al llegar a Barcelona para ser atendido por médicos, se retratará otro
elemento interesante de la Guerra Civil. En mayo de 1937, miembros del POUM y
la CNT ocuparon un edificio de la Telefónica en Barcelona, rebelándose contra
el gobierno republicano y el de la Generalitat. A tiros entre los que se suponía debían ser aliados contra Franco, la película
retrata muy bien esa Guerra Civil que se dio dentro del bando antifascista. Un
acontecimiento que, a ojos de un extranjero, debía de ser al menos para
sorprenderse. David Carr, al darse cuenta de que el Partido Comunista está
controlado por el Stalinismo, y de que este último sólo se interesa por los
intereses nacionales de la URSS, rompe su carné de militante del partido
comunista británico y vuelve a la milicia. Pero para entonces, la historia ya
llevaba un rumbo trágico.
David Carr tuvo también un romance con una
miliciana que murió en la guerra. En su
entierro, Carr cogió un puñado de tierra de España y la depositó en su pañuelo
rojo. Al terminar la película -y perdón por contarlo todo-, David Carr es enterrado.
Su nieta lee un poema y deposita sobre el ataúd ese puñado de tierra que
durante tantos años su abuelo conservó.
La película está basada en el libro de George Orwell, Homenaje a Cataluña , que todavía no he leído, pero
que está entre mis lecturas pendientes.
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