El lunes comenté un artículo
interesante sobre impuestos y déficit que recogía la revista Emprendedores. También pude leer otra
información sobre el futuro del empleo que creo no dejará indiferente a nadie (pág.
14 y ss.). Según muchos estudios, el 47% de los empleos actuales serán
automatizados y más de 700 actividades laborales tienen altos niveles de riesgo
de ser efectuadas por máquinas en vez de personas. Esto significa que o bien
nos da el temblor o bien podemos intentar adaptarnos. Mi opinión es
equilibrada: no debemos caer en el luddismo,
pero tampoco en el optimismo infundado. Por ahora, la tecnología está
destruyendo más empleo del que crea. Es posible que, en décadas posteriores,
esto se revierta, pero la gente necesita comer todos los días y no podemos
obviar las posibilidades de desórdenes sociales que pueden venir debido al
desempleo y la precariedad laboral.
Cada vez que se pretende
solucionar los problemas sociales esperando a que todo se resuelva por arte de
magia me acuerdo de Homer Simpson. Cuando le preguntaron qué haría si tuviera
un desastre nuclear en su central, la respuesta fue contundente: esconderse
hasta que todo pasase. No podemos hacer eso.
Como podemos ver en el gráfico
anterior, entre 2015 y 2020 se destruirán más de 7,16 millones de puestos de trabajo;
por el contrario, se crearán tan sólo 2,02 millones. Es curioso que una de las labores
que más sufrirá con la tecnología es la que desempeñan los administrativos,
seguida muy de cerca por la producción y la manufactura. La automatización puede
con todo lo que se le ponga por delante, ya no es sólo cuestión de fábricas dominadas
por robots. Hoy en día, gracias a Internet y a las distintas aplicaciones,
vemos cómo muchísimas tareas reservadas para humanos ahora son perfectamente asumibles
por máquinas. Además, Internet ha supuesto una desintermediación, o sea, que no
necesitamos a muchos intermediarios para adquirir bienes y servicios, lo que conlleva
el cierre de muchos negocios. Ya podemos prescindir del periódico en papel, de
la tienda de la esquina y de muchos lugares físicos para consumir. Internet es
un enorme canal de ventas y de compras.
Los optimistas piensan que la
robotización todavía está muy lejos de terminar con puestos de trabajo en los
que se requieran creatividad y ciertas capacidades emocionales humanas. Pero me
pregunto: ¿la creatividad da para tanto? Me explico, ¿se crearán millones y
millones de empleos relacionado con estas habilidades? No sé qué pensar.
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