viernes, 22 de julio de 2016

Habrá gobierno: ¿nacionalistas y PP llegarán a un acuerdo?


Parece, por ahora, que los que supuestamente quieren romper España llegarán a acuerdos con los defensores de la unidad nacional cueste lo que cueste. La política tiene este tipo de cosas: hace amigos a cualquiera que quiera acercarse al pesebre del poder. ¿A cambio de qué vienen estos colegueos?, ¿habrá nuevas inversiones económicas para determinados territorios? Supongo que Ciudadanos se negará a esto, ¿o callará?  Y para los nacionalistas catalanes, ¿ya no hay problemas con las escuchas del Ministro del Interior? La política es negociación, no critico esto, lo que aborrezco es que determinados representantes públicos se tiren los trastos a la cabeza y donde dicen digo, luego es Diego.

La cara de tonto que se le quedará a Pedro Sánchez tras renunciar apoyarse en independentistas, si Rajoy consigue este acuerdo, será monumental. Es lo que pasa cuando uno hace más caso a determinados barones que a otras cuestiones. Las alianzas en política son esenciales. No culpo a Sánchez de la falta de acuerdo, ya he comentado otras veces que el exceso de tacticismo de Iglesias tampoco ponía fácil un pacto con la formación morada, pero si corres a firmar  con Ciudadanos, en vez de ver todas las posibilidades con los demás, te metes en un callejón sin salida. Tanto querían acercarse a Rivera que no se dieron cuenta en el PSOE del pragmatismo de los nacionalistas, de que era posible un acuerdo de mínimos para gobernar y que era legítimo ir buceando las posibilidades de acuerdo entre todos. Pero ya es tarde.

No es la primera vez que el PP se  entiende con los nacionalistas. Ya lo hizo Aznar en su primera legislatura como presidente del gobierno. Por mucho que hablen unos de otros ejerciendo la hipocresía que siempre caracteriza al que quiere mantenerse en el sillón, al final, gobernar es la prioridad de cualquiera que se presenta a las elecciones y para ello se negocia hasta con el demonio.

La pregunta que estoy barajando desde hace tiempo no es si Rajoy será investido como presidente - estoy seguro de que sí-, sino cuál será el nuevo presupuesto. Negociar inversiones está muy  bien, pero, ¿quién asumirá el coste de los recortes que, con toda probabilidad, se tendrán que implementar en nuestro país? Y no digo ninguna tontería. La última noticia es que se ha vuelto a meter la mano en la caja de las pensiones por falta de liquidez. ¿Hasta cuándo aguantaremos así?



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