Hace unos días tuve la ocasión de
leer un genial artículo de Xose Alberte Cea sobre los cambios de nuestro mundo contemporáneo que me ha dejado
reflexionando. Una de las ideas principales que plantea en su escrito es lo
rápido que se desfasan nuestras competencias profesionales. Los cambios
tecnológicos son exponenciales y plantean retos constantes a nuestro
aprendizaje.
No obstante, tenemos una ventaja añadida:
el ser humano es humano como tal gracias a la cooperación de miles y millones de
personas. Tal y como establece Xose, disponemos de “nuestra capacidad para
crear redes de cooperación intersubjetivas de carácter global. La red no
solo ha cambiado nuestras vidas en lo inmediato. También nos ha dado la
posibilidad de multiplicar nuestras cooperaciones. La cooperación es lo que nos
ha traído hasta aquí como especie, tal y como dice Yuval Noah Harari.” Y es que, según Harari, vivimos tres dimensiones: subjetiva, objetiva e intersubjetiva.
Las patrias, la religión, el dinero… son creencias intersubjetivas que
facilitan la creación de redes de cooperación inmensas y que son un elemento
puramente humano. ¿Qué pasará cuando la Inteligencia Artificial consiga no solo
igualar, sino mejorar las capacidades humanas en ámbitos tan selectos como la
creatividad o la imaginación? Quizás este sea un escenario muy pero que muy lejano,
pero también es cierto que la biotecnología y los avances en la genética pueden
estar acercándonos al fin del Homo Sapiens tal y como lo conocemos. ¿Surgirá una
nueva especie?
Este verano he tenido la
oportunidad de leer "Homo deus" y "Sapiens", del autor ya
mencionado Yuval Noah Harari, aprendiendo mucho de la evolución histórica de
nuestra especie. Son dos libros que os recomiendo. No obstante, los cambios
constantes en nuestra sociedad, que abarcan no solo el mercado de trabajo, sino
que influyen en la forma en la que nos planteamos nuestras relaciones
afectivas, de consumo, etc., me recuerdan mucho al término "sociedad
líquida" acuñado por Bauman. Si no existe la seguridad, ¿hacia dónde
vamos? ¿No estamos viviendo cambios tan acelerados que prácticamente capas
inmensas de la población se quedarán fuera del progreso?
Xose Alberte lo establece en su
artículo y yo estoy muy de acuerdo: no
podemos evitar la incertidumbre. No es que vivamos tiempos de transición
hacia lo desconocido, es que esa sensación de vivir continuamente en un hilo de
inseguridad es lo que más caracteriza a las sociedades tecnológicamente
avanzadas. Antiguamente, un profesional aprendía algo y lo repetía durante 30
años; en la actualidad eso está desapareciendo a marchas forzadas. La continua
evolución y la formación permanente son una necesidad inexorable. La ventaja es
que Internet nos está permitiendo conectar con innumerables profesionales de nuestro
sector, accediendo así a fuentes inagotables de conocimiento a las que, hasta
no hace muchos años, era imposible acceder desde un simple ordenador. En el
otro lado de la balanza está nuestra mentalidad. ¿Estamos preparados para la incertidumbre
y el cambio constante? O, mejor dicho, ¿aguantará la sociedad lo que esté por
venir sin romperse del todo?
Artículos interesantes
https://www.enriquedans.com/2017/07/los-temibles-peligros-de-la-inteligencia-artificial.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario