lunes, 24 de julio de 2017

Tecnología, competencias profesionales y sociedad líquida


Hace unos días tuve la ocasión de leer un genial artículo de Xose Alberte Cea sobre los cambios de nuestro mundo contemporáneo que me ha dejado reflexionando. Una de las ideas principales que plantea en su escrito es lo rápido que se desfasan nuestras competencias profesionales. Los cambios tecnológicos son exponenciales y plantean retos constantes a nuestro aprendizaje.

No obstante, tenemos una ventaja añadida: el ser humano es humano como tal gracias a la cooperación de miles y millones de personas. Tal y como establece Xose, disponemos de “nuestra capacidad para crear redes de cooperación intersubjetivas de carácter global. La red no solo ha cambiado nuestras vidas en lo inmediato. También nos ha dado la posibilidad de multiplicar nuestras cooperaciones. La cooperación es lo que nos ha traído hasta aquí como especie, tal y como dice Yuval Noah Harari.” Y es que, según Harari, vivimos tres dimensiones: subjetiva, objetiva e intersubjetiva. Las patrias, la religión, el dinero… son creencias intersubjetivas que facilitan la creación de redes de cooperación inmensas y que son un elemento puramente humano. ¿Qué pasará cuando la Inteligencia Artificial consiga no solo igualar, sino mejorar las capacidades humanas en ámbitos tan selectos como la creatividad o la imaginación? Quizás este sea un escenario muy pero que muy lejano, pero también es cierto que la biotecnología y los avances en la genética pueden estar acercándonos al fin del Homo Sapiens tal y como lo conocemos. ¿Surgirá una nueva especie?

Este verano he tenido la oportunidad de leer "Homo deus" y "Sapiens", del autor ya mencionado Yuval Noah Harari, aprendiendo mucho de la evolución histórica de nuestra especie. Son dos libros que os recomiendo. No obstante, los cambios constantes en nuestra sociedad, que abarcan no solo el mercado de trabajo, sino que influyen en la forma en la que nos planteamos nuestras relaciones afectivas, de consumo, etc., me recuerdan mucho al término "sociedad líquida" acuñado por Bauman. Si no existe la seguridad, ¿hacia dónde vamos? ¿No estamos viviendo cambios tan acelerados que prácticamente capas inmensas de la población se quedarán fuera del progreso? 

Xose Alberte lo establece en su artículo y yo estoy muy de acuerdo: no podemos evitar la incertidumbre. No es que vivamos tiempos de transición hacia lo desconocido, es que esa sensación de vivir continuamente en un hilo de inseguridad es lo que más caracteriza a las sociedades tecnológicamente avanzadas. Antiguamente, un profesional aprendía algo y lo repetía durante 30 años; en la actualidad eso está desapareciendo a marchas forzadas. La continua evolución y la formación permanente son una necesidad inexorable. La ventaja es que Internet nos está permitiendo conectar con innumerables profesionales de nuestro sector, accediendo así a fuentes inagotables de conocimiento a las que, hasta no hace muchos años, era imposible acceder desde un simple ordenador. En el otro lado de la balanza está nuestra mentalidad. ¿Estamos preparados para la incertidumbre y el cambio constante? O, mejor dicho, ¿aguantará la sociedad lo que esté por venir sin romperse del todo?

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