Fuente: 20 minutos. |
En pasados artículos os hablé, de forma
somera, de algunas de las ideas de Marshall McLuhan El autor canadiense no sólo
hablaba de que vivíamos en una Aldea Global como consecuencia de la evolución de
los medios de comunicación, sino que sentenció algo más que interesante: el medio es el mensaje.
Para McLuhan, los medios de comunicación son extensiones del
ser humano: la televisión, del ojo; el teléfono, del oído; etc. Dichos medios generan
contenidos, pero dichos contenidos se modifican, o sea, que cambian la forma en
la que son emitidos y metabolizados por la gente dependiendo del medio en el
que se crean. No es lo mismo informarse por la televisión -imagen- que leyendo
el periódico -palabra escrita- o escuchando la radio. Los medios como la
televisión generan un impacto superior al contenido ofrecido, transformando,
por tanto, la sociedad. Toda tecnología comunicativa latera la forma de
relacionarnos, no digamos Internet. Pero eso sería material para otro artículo.
Yendo al grano, Pedro Sánchez, el
cual debe de estar bastante “bien asesorado”, configura un gobierno en untiempo récord que se convierte en un fenómeno mediático. Nos manda un mensaje. También
le favorece haber ganado unas primarias y no debe nada a ninguna familia dentro
del PSOE. El impacto durará algún tiempo, puesto que los nombres que regirán
los ministerios y secretarías de estado no han dejado indiferente a nadie. En
este caso, Sánchez prepara un gobierno para empezar su campaña electoral, como
si fuera una casa, reforzando todas sus
paredes para soportar el embate de la derecha, pero, en cierta manera, alejado
-por lo menos, en las formas- de los partidos que apoyaron su moción de censura,
sobre todo de Podemos. Todo es estrategia pensada al milímetro.
La foto de los
ministros es, ahora mismo, el mejor mensaje de partida para la candidatura de
Pedro Sánchez para las próximas elecciones. Pero, ¿acertará en su estrategia?
¿Acaso estaba tan infravalorado el presidente del gobierno que la sorpresa ha
sido por su capacidad de articular algo estratégicamente valioso?
No es inocente escoger a más mujeres que hombres. Es un
guiño al movimiento feminista que inundó las calles y convocó una huelga el
pasado 8 de marzo. Tampoco elegir a Borrell, una de las mejores mentes del
gobierno con dilatada experiencia en Europa y azote del separatismo catalán. O a
Grande-Marlaska, un juez que se ha movido dentro de la órbita del PP y que ha
jugado un papel destacado en la lucha contra ETA (aunque con algunas controversias que podéis leer aquí);
o a Pedro Duque, un famoso astronauta metido a político. Qué decir del
periodista colaborador de Ana Rosa Quintana y escritor Maxim Huerta, quizá una
de las mayores sorpresas. El
secretario de Estado de comunicación es otro periodista, Miguel Ángel Oliver,
presentador hasta hace nada de Noticias Cuatro. Dos periodistas de Mediaset en
las filas de Sánchez: ¿casualidades? Hablando de secretarios de Estado,
el analista Pedro Baños, coronel en la reserva y experto en yihadismo, es
nombrado Secretario de Estado de Seguridad Nacional. Muchos lo conoceréis
porque ha salido en los medios de comunicación bastantes veces. Desde mi punto
de vista, es un interesante divulgador.
Por el lado de las ministras hay que destacar a la
Ministra de Economía, Nadia Calvino, antigua directora general de
Presupuesto de la Comisión Europea, un perfil tecnócrata, por lo que se dice,
muy afín a la órbita que funciona por ahora en Bruselas. Se coordinará con la
ministra de Hacienda, María Jesús Moreno, antigua consejera de la misma área en
la Junta de Andalucía. Hay que destacar también que solo existe una
vicepresidencia, ostentada por Carmen Calvo
y con competencias en Igualdad. Aunque no hay espacio para hablar de todos los ministros,
no quiero soslayar dos nombramientos también interesantes: la Ministra de Justicia,
la fiscal Dolores Delgado, que, con 28 años de servicio, 25 de ellos los ha
pasado en la Audiencia Nacional trabajando en temas de narcotráfico, terrorismo
de ETA y terrorismo yihadista; y, por otro lado, Teresa Ribera, que ostentará el
nuevo Ministerio de Cambio Climático.
Como os decía, todo es estrategia, y parece que los guiños
de Sánchez al feminismo y al sector de votos que ha perdido por el centro son
notables. La cuestión es si este impacto mediático se solidificará con medidas
también de calado o, simplemente, intentará articular algunas leyes y llegar a
las elecciones en el momento más propicio, pillando al PP en plena renovación y
a un Ciudadanos también a traspié en su estrategia. El nombramiento de Grande-Marlaska
sitúa un dique potente contra las posibles críticas que iban a estar enfocadas
hacia el mantra de que Sánchez es presidente gracias a los filoetarras y a los
separatistas. Como digo, es un gobierno preparado para resistir a Ciudadanos y
al PP. Poco tiempo, pero resistir.
No obstante, ahora mismo el PSOE puede encontrarse con todo
el resto del parlamento como oposición. Quizás le falta pensar bien cómo luchar
para recuperar ese electorado que se fue a Podemos. La formación morada lo
tiene ahora más fácil que cuando estaba Rajoy: simplemente tiene que tomar la
iniciativa legislativa y ver hasta dónde puede llegar negociando con Sánchez. No
obstante, es posible que el huracán levantado con este nuevo gabinete también
coja inercia recogiendo votos donde parecía que los había perdido
indefinidamente.
La política española, ahora mismo, es una partida de ajedrez
con momentos de auténtica Yincana.
Continuará…
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