El grado de eficacia de una red como LinkedIn dependerá de la calidad de los contactos que podamos crear en ella. Si solicitamos a alguien que nos agregue o aceptamos un perfil, debe ser única y exclusivamente porque nos interesa profesionalmente, no por acumular números.
Dicho lo anterior, me doy cuenta desde hace bastante tiempo de que, una vez alguien acepta mi solicitud o yo acepto la suya, cuando agradezco el interés o simplemente digo buenos días, el 99% de la gente no contesta. Quizás alguno se encontréis en este porcentaje. Ni que decir tiene que, cuando alguien en el mundo offline te da los buenos días o te agradece algo, lo normal es responder. No hacerlo en el mundo online significa lo mismo. Poned vosotros el adjetivo.
No sirve quejarse de que una red de networking no sirve cuando la usamos solo para el stalkeo básico de perfiles o grupos y nos da miedo mantener una conversación. Colgamos nuestro perfil, quizá pongamos algún extracto lleno de motivaciones y ganas de tener oportunidades y se acabó. Si no es para aprender de otros profesionales y ganar visibilidad, LinkedIn es casi inútil; pero, para conseguir esos propósitos, lo mínimo es poder hablar. Si alguien os vende algo u os hace spam, entonces es momento de bloquearlo o ignorarlo. Creo que decir “gracias por agregarme” no conlleva la venta de una aspiradora, por poner un ejemplo.
Vale, me creo que sois profesionales sin tiempo. Que recibís una cascada de solicitudes abrumadoras y, entre descanso y descanso de vuestra larga jornada, mientras os tomáis el café, aceptáis solicitudes en LinkedIn y no tenéis cinco minutos saludar e interactuar de forma somera . Si implementáis esta estrategia, estáis generando una red totalmente incontrolable. De todas formas, si vuestro objetivo es llegar al mayor número de personas con vuestro producto y LinkedIn es otro Twitter o página de Facebook, me parece perfecto y me callo. considero que no es el caso de la mayoría de perfiles con los que me encuentro en mi día a día. Entre otras cosas, porque comparten muy poco contenido.
Me he encontrado perfiles dentro del mundo de los recursos humanos cuyos extractos hablan de la empatía, del liderazgo y de la comunicación que, al agradecerles haberme agregado, ven el mensaje y se olvidan de uno sin decir ni mu. Lo más importante son las personas; si no nos tomamos un tiempo en ellas, es predicar sin el ejemplo. Máxime cuando, al aceptar una solicitud, se supone que me interesa ese contacto.
Somos mucho de modas. En cuanto se extendió la idea de que todos los profesionales debían estar en LinkedIn, nos fuimos corriendo hacia ella como turistas ávidos de playa en agosto. Pero, ¿realmente nos interesa estar por estar?
¿Os ha pasado alguna vez lo que cuento aquí o es solo cosa mía? Animaos y dejadme algún comentario.
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