miércoles, 15 de julio de 2015

Empleabilidad y universidad




La empleabilidad es la combinación de factores que capacitan a los individuos para conseguir un empleo, para permanecer empleados y para progresar a lo largo de sus carreras laborales”. Así define la Comisión Europea la empleabilidad, y así lo recoge un interesante artículo sobre dicho concepto y su relación con los titulados universitarios. 

En los últimos 40 años, no sólo hemos vivido diversos cambios económicos de calado. El número de titulados universitarios se ha multiplicado de forma sustancial: “a mediados de los 70 eran apenas unos 170 mil jóvenes titulados universitarios menores de 30 años, en la actualidad son unos 800 mil, pero llegaron a alcanzar 1,1 millones antes del inicio de la recesión”. Y a pesar de la cantidad de nuevos títulos y del desarrollo económico, parece que existen problemas evidentes de empleabilidad.
En primer lugar, la tasa de paro de titulados universitarios es demasiado elevada. Aunque con la crisis la brecha entre los parados que tenían estudios y los que no se incrementó debido a que se destruyó mucho más empleo que no requería cualificación, al día de hoy la tasa de desempleo entre universitarios es de alrededor del 25%, sin contar con los que han tenido que emigrar para trabajar fuera. 

Pero esto puede ir a peor. Según el artículo, la salida de la crisis supondrá también una competencia muy dura entre titulados. De hecho, “en la actualidad, tenemos más de 700 mil parados con titulaciones universitarios, más del doble que a principios de la crisis, cerca de la mitad tienen 11 años o más de experiencia laboral potencial, por sólo un 23% de los titulados recién graduados”.
Además del paro, otro problema es la sobrecualificación, o sea, trabajar en ocupaciones que requieren mucha menos cualificación que la que tienes. Desde los 80, sólo algo más del 40% de los universitarios trabaja en algo relacionado con sus estudios.  ¿Por qué se da esta situación?  “Las razones de este desajuste son múltiples, pero en primer término está el hecho de que, en la actualidad, tenemos unos 6 millones de activos con titulación universitaria, por sólo 3 millones de empleos de profesionales y 770 de directivos”. Hay más universitarios que puestos o, si lo vemos desde otra óptica, España no crea trabajo cualificado en la proporción en que genera personal formado. 

Si a todo lo anterior le sumamos la caída del empleo público -que era una vía importante de inserción de titulados-, el poco nivel de emprendimiento y la inestabilidad laboral, entonces el cóctel está servido.
Otro aspecto importante, a modo de conclusión,  es la escasa movilidad geográfica que tenemos dentro de España:

“Cerca del 73% de los titulados viven en su provincia de nacimiento y cerca del 80% lo hacen en su CCAA de nacimiento. Si a estos sumamos aquellos que residen en otro lugar pero trabajan como funcionarios los porcentajes aumentan hasta el 80% y el 85%, respectivamente”.

Claro que no todas las carreas tienen el mismo nivel de empleabilidad, tal y como recogí en este artículo del blog sobre el informe deempleo de Adecco. De hecho, las empresas se quejan de que no encuentran profesionales con la formación específica que requieren. Este desajuste también debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de reformar lo que concebimos como formación universitaria y potenciar, por ejemplo, la formación profesional. Pero este debate daría para muchos artículos más.

3 comentarios:

  1. Es cierto. Hay una "titulitis" endémica; todos aspiran a tener su título universitario. Cuando la realidad es bien distinta: no hay puestos de trabajo para esa cantidad de graduados. Aunque, bien pensado, tampoco hay puestos de trabajo para los de formación profesional, ni para los que sólo tienen la ESO, ni para los que no se sacaron ni ESO.
    Una "sobrecualificación" no es buena, pero quedarse corto es mucho peor. ¿Entonces cuál es la solución? Mientras la gente está desempleada, intenta formarse; pero no encuentran una guía, o una orientación, que les indique en qué formarse.
    ¿Estudio algo que me guste? ¿O estudio algo que tenga salidas? ¿O emigro?
    Yo soy de la opinión de "estudia algo que te guste", y tarde o temprano terminarás trabajando en ello si le pones el entusiasmo, el optimismo y las energias necesarias.

    ResponderEliminar
  2. Hace poco vi una viñeta cómica sobre las opciones laborales; muy buena, por cierto. Se trataba de un triángulo, y en cada uno de sus vértices había escrita una opción: buen sueldo, divertido y legal. Te debes quedar con dos opciones, y la otra será lo contrario. Por ejemplo, un trabajo divertido y con buen sueldo...no será legal. Ja,ja!!

    ResponderEliminar
  3. Gracias por los comentarios, Pepe. La verdad es que es complicado esto de la empelabilidad, pero no queda más remedio que estudiarlo con detenimiento.
    Un saludo!

    ResponderEliminar

Diez obras de teatro que no me canso de recomendar

  Diez obras de teatro que no me canso de recomendar