No existen los milagros, y menos en una
coyuntura económica tan desastrosa como la que estamos pasando, para poder
hacernos con un puesto de trabajo. El auge de los Social Media en la búsqueda de empleo es imparable pero vender las redes sociales como si fueran un
producto curalotodo de “teletienda” es simplemente quedarse con el personal. Una última noticia dice que más de la mitad de
los usuarios acceden a las redes sociales para buscar trabajo, por lo que hablamos de mucha
gente. Ante estos datos me pregunto: ¿son
eficaces? Mi tesis defiende que pueden ayudar no tanto en la clásica dualidad buscar-encontrar trabajo, sino como un
salto cualitativo a la hora de desarrollar nuestro
perfil profesional. Por todo ello y tras un dilatado tiempo dedicado a las
redes y a los blogs, creo que puedo trasladaros una serie de reflexiones sobre
lo que puede aportar todo este mundillo a nuestra búsqueda de empleo. No digo
nada nuevo, pues muchos han escrito antes sobre lo mismo, pero creo que es bueno que recoja en
este blog mis impresiones. Empiezo:
1.
El currículum tradicional está
cada vez más desfasado. No es por nada pero, si me permitís un símil deportivo, es muy
difícil contratar a un jugador de fútbol si no lo has visto jugar. Puede uno
leer un currículum con muchos títulos, mucha trayectoria… y seguiríamos
preguntándonos ¿cómo juega? Eso lo podemos trasladar a cualquier empleo.
2. Estamos de acuerdo en que para
que nos contrate alguien es mejor que
conozca cómo trabajamos, nuestras competencias, nuestras habilidades y destrezas,
entre otras habilidades. Aquí, tradicionalmente, han servido mucho entrar como
becario en la empresa, las recomendaciones profesionales o, lo que es lo mismo,
el “networking” o red de contactos. Ésta
última, según muchos estudios, cubre más del 70% de las vacantes de empleo, lo
que reduce mucho el potencial
intermediador de las otras vías existentes para encontrar un trabajo como son: los servicios públicos de empleo, las
Empresas de Trabajo Temporal, las agencias de colocación o procesos tan
clásicos como el envío masivo de currículum.
3.
Teniendo en cuenta los puntos 1 y 2, indispensables para conocer cómo
funciona el mercado laboral en su variable de intermediación en la contratación, es cuando entran en juego las redes sociales
y los blogs o, lo que es lo mismo, el mundo 2.0. Los social-media nos ofrece la posibilidad de generar un currículum distinto.
Podemos desarrollar, por ejemplo, un
blog temático en el que el tema principal
sea tu especialidad profesional. Si eres un politólogo, como es mi caso, puedes
convertirte en un “blogger” para demostrar tus conocimientos y tus habilidades
analíticas en el análisis político, sociológico o lo que se precie ( cosa que
intento cada día con mayor o menor acierto), a la vez que te sirve para ponerte
las pilas trabajando en un proyecto. Así, de golpe
y porrazo y trabajando duro, claro está, pasamos de un currículum tradicional a
ofrecer una imagen de nuestro trabajo. Ya nos pueden ver jugando.
4.
El blog está muy bien. Ya tenemos un soporte en el que ofrecemos
nuestra imagen profesional, pero ahora
nos tenemos que dar a conocer. Crear
marca personal o “branding”personal no es sencillo. Aquí entraría Twitter, Facebook
y Linkedin, por nombrar 3 de
las redes más conocidas, para ayudarnos
a dar difusión a nuestros proyectos. Buscamos que nos
conozcan, que nos lean y que nos
recomienden. Es hora de empezar a tejer esa telaraña de la que
hablábamos, el “networking”
5.
Concluyendo, el currículum 2.0
es un currículum por competencias y
las redes sociales y los blogs tienen un potencial increíble para poder desarrollarlo.
Por lo tanto, no es que encontremos empleo estando en Twitter o nos lluevan las
ofertas empezando a escribir en un blog, sino que todo esto nos ayuda a crear
un perfil profesional mucho más rico en matices, como bien explicaAlfonso Alcántara en este post. Pero, evidentemente, no se consigue nada en 24 horas; el trabajo es duro y
puede, a veces, parecer que no lleva a ningún lado. Es mejor que nuestras horas
escribiendo entradas o navegando en las redes las dediquemos a una materia que
nos guste de veras y a una profesión que veamos que es nuestra vocación. Porque
en caso contrario es posible que trabajar por amor al arte nos queme.
Héctor Jerez
Losada. Politólogo y Consultor Laboral
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