Merkel plantea que si Syriza no cumple con las obligaciones
adquiridas por los dirigentes griegos en relación con las reformas y el pago de
la deuda, Grecia saldrá del euro. Sin embargo, Alemania no parece estar muy
preocupada por este escenario. Por el contrario, expertos económicos norteamericanos establecen
que si Grecia abandona la moneda única, esto provocaría turbulencias
financieras similares a las acaecidas en 2008 tras el derrumbamiento de Lehman
Brothers. Para estos especialistas, el euro es un fracaso histórico y su crisis
está todavía lejos de arreglarse.
Pero el temor a que el euro desaparezca ya viene de lejos.
Cuando estalló la crisis en 2008 y Grecia empezó a dar signos de estar tocada y
hundida, no sólo no abandonó la moneda única, sino que ésta se convirtió en un
gran negocio. Tal y como establece el profesor Vicenç Navarro:
“Y la causa de que no hubiera ningún peligro de que cayese [el
euro]
era muy fácil de ver. Al capital financiero alemán, el eje del poder financiero
(y político) europeo, le iba pero que muy bien la continuidad del euro, con este
desequilibrio de fuerzas dentro de la Eurozona. En realidad, no le podía ir
mejor. Estaba creando un flujo de dinero de la periferia al centro que
beneficiaba al establishment financiero y económico alemán. El euro, lejos de
estar muriendo, tenía una salud muy robusta”.
Si Grecia no paga la deuda debido a una hipotética expulsión
del euro, a pesar de lo que dice ahora Merkel, el problema será también de la banca
germana. ¿Por qué? Pues porque, como continúa comentando Navarro, “tiene
invertidos 700.000 millones de euros en los PIGS, Portugal, Irlanda, Grecia y
España (200.000 millones en este último). Esto es mucho dinero. Si Grecia es
expulsada, es lógico que Grecia no pague esta deuda. Y el que tiene entonces un
grave problema no es Grecia, sino Alemania. En realidad, todo el rescate a la
banca española (para el que la UE ofreció hasta 100.000 millones de euros) era
para pagarle la deuda a la banca alemana (como así constó en los discursos en
el Parlamento Alemán, en el momento en que se tenían que aprobar tales fondos)”.
Grecia y España tienen más poder del que nos han contado. La
política griega podría también afectarnos a nosotros (un cambio de rumbo podría
alentar el discurso de Podemos e IU contra las reformas) y, al deber tanto dinero, si no pagamos
tendríamos un problema; pero al que le debemos- nuestros acreedores-, también,
y gordo. Por lo tanto, a nadie le interesa una salida del euro de ningún país
que haya adquirido dichas obligaciones. Es cierto que salir del euro podría
provocar un desastre peor que la enfermedad; pero, claro, mantenernos dentro
bajo los dictámenes de la visión estrecha de Merkel tampoco puede llevarnos por
buen camino. ¿O lo ha hecho?
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