Fuente: Eldiario.es |
No existen medidas simples para problemas complejos, pero la
Unión Europea parece no querer enterarse de que la crisis de los refugiados,
empujados por la guerra y el hambre, no se solventa ampliando verjas y
alambradas. Lo único que se está consiguiendo, como si del tráfico de drogas se
tratara, es animar a las mafias a ser despiadadamente creativas para lucrarse
con el dolor ajeno, a la vez que acumulamos miles de personas en territorios
sin ningún tipo de servicios mínimos.
Ya no es sólo la cuestión de los inmigrantes que intentan
cruzar el Mar Mediterráneo buscando trabajo. Es que tampoco podemos abordar una
crisis humanitaria provocada por una guerra enquistada en Siria. La utilización
del “extranjero” como elemento de miedo político es algo que alimenta la
xenofobia y las ideologías extremistas. Cuando se ataca un centro de refugiados
en Alemania y se grita a Merkel -que pasaba por ahí- “preocúpate por los tuyos”es evidente que no hay visos de que la solución esté cerca. Es cierto que no
podemos abordar la llegada a Europa de millones de personas de golpe sin que
estallen conflictos y problemas sociales añadidos a los que ya tenemos. Pero,
¿no hay más medidas posibles? ¿Qué pasa con la ayuda al desarrollo? Con la
excusa de que no podemos dar trabajo y comida a todo el que llega, estamos
permitiendo que se vaya amontonando cada vez más gente desesperada capaz de
cualquier cosa con tal de cruzar una frontera. Y hablamos de millones de personas.
Además, es evidente que no estamos radiografiando la
situación con todos los matices. No se trata ya de inmigrantes, los refugiados se rigen por diversas normativas y tienen unosderechos que se está tardando mucho tiempo en abordar.
En España tuvimos una guerra civil y miles de refugiados se
fueron de aquí. Europa atravesó una de sus páginas más oscuras con la Segunda
Guerra Mundial, con millones de desplazamientos, y se nos ha olvidado. Si
pretendemos que nuestras democracias occidentales sean ejemplo, más nos vale
poder ser flexibles a la hora de afrontar problemas graves. Pero parece que no
estamos por la labor.
Merkel plantea que esta crisis humanitaria pone en peligroSchengen con las siguientes palabras: "Cuando un país deja pasar a los
refugiados sin registrarlos y otro construye una alambrada, hay algo que no
funciona". Y es cierto, porque tampoco hay una voz unida dentro de unos
países que se hacen llamar avanzados. España podría dejar de ver este problema
desde las gafas del electoralismo interno, como esa idiotez del efecto llamada
si se aceptan cupos de refugiados -no hay más efecto llamada que el hambre, a
ver si nos enteramos- y poner en la agenda europea la cuestión de la
inmigración y de los refugiados como un asunto que nos afecta a todos los
países miembros. Pero incluso en esto no veo el liderazgo necesario.
Más lecturas
No hay comentarios:
Publicar un comentario