No podemos decir que el resultado de las elecciones no fue interesante. Además, creo que no pudo satisfacer por completo -al día de hoy,
evidentemente- a nadie. Veamos un gráfico:
Fuente: eldiario.es
La misma noche electoral escribí lo siguiente en mi muro de
Facebook:
Mis conclusiones tras las elecciones son las siguientes:
- 99% de probabilidades de que se vuelvan a repetir los
comicios. No salen las cuentas con ninguna de las posibles coaliciones, ya sea
PP y Ciudadanos o Podemos y el PSOE, que tendrían que contar, estos últimos,
con apoyos nacionalistas.
- El bipartidismo PP-PSOE sale muy tocado pero aguanta. Veo
imposible una gran coalición entre ellos.
- Podemos y Ciudadanos obtienen buen resultado pero, a mi
entender, por debajo de sus expectativas.
- A pesar de la gran campaña realizada por Alberto Garzón,
sin apenas espacio en la TV pero con una gran estrategia en redes y en la
calle, IU se queda tremendamente golpeada.
Pero sigamos con
el análisis
En primer lugar, el batacazo del PSOE y el PP es
considerable. El Partido Popular pasa de 186 escaños a 123, reduciendo su
porcentaje de votos desde un amplio 44,63% a poco más del 28,72%. El desgaste del
gobierno de Rajoy -con los casos de corrupción y los recortes incluidos- puede explicar esta pérdida de apoyo. Además,
ya es una opinión generalizada que Mariano Rajoy no es el mejor candidato para regenerar
el PP y recuperar el apoyo perdido. Desde 1989, los populares no obtienen un resultado
tan malo. A pesar de todo, han ganado las elecciones siendo la lista más votada.
No obstante, aquí lo importante es formar gobierno y las cuentas no salen, como
veremos luego.
El PSOE baja de 100 escaños, situándose en los 90. Aguanta
la segunda posición, pero se queda demasiado cerca de PODEMOS. Se aleja de las
primeras posiciones en Madrid y en Cataluña. Es evidente que a Pedro Sánchez le
ha salvado, sobre todo, Andalucía. Es cierto que el espacio ideológico del PSOE
ha sido ocupado poco a poco por otras fuerzas, como la formación morada, pero
la campaña de Sánchez ha sido bastante mejorable y es posible que eso le haya
pasado factura. La obsesión por presentar a la ciudadanía a un PSOE víctima de
una conspiración para acabar con él -con todos los apoyos que tiene este
partido, incluidos los mediáticos- demuestra lo lejos que está de recuperarse
del golpe.
PODEMOS y Ciudadanos han obtenido unos resultados muy
buenos. Es la primera vez que entran en el Congreso y lo hacen por la puerta
grande. Pero por debajo de sus expectativas. Considero que los 69 escaños de
Iglesias y los 40 de Rivera saben a poco, sobre todo porque no son suficientes
para mover la balanza actual y conseguir la formación de gobiernos estables que
puedan implementar muchas de sus políticas prometidas. Por otro lado, es cierto
que el panorama electoral ha cambiado radicalmente. La pérdida de mayoría
absoluta del PP, una muy buena noticia porque no hay nada peor en España que la
prepotencia de un partido con mayoría absoluta, abre un campo de trabajo
interesante para ambas formaciones emergentes. A mi humilde entender, según trabajen en el Parlamento,
dure lo que dure esta legislatura, se traducirá en más o menos apoyos. ¿Cuáles serán sus propuestas fundamentales?, ¿y sus alianzas? Un gobierno en minoría
del PP sería muy difícil y desgastador. ¿Es este el escenario más interesante
para Ciudadanos?
Como se puede ver en el gráfico inicial, un pacto PSOE-PP
daría la mayoría suficiente para gobernar. Ni la suma del PSOE, PODEMOS e IU (161)
ni el apoyo de Ciudadanos al PP (163) consiguen alcanzar los 176 escaños. Es cierto
que la suma de Ciudadanos, PSOE y PODEMOS podría alcanzar los 199, pero me
parece imposible que eso se materialice.
Aunque Rajoy consiga ser investido presidente, será muy
difícil aprobar un presupuesto con la fuerza que tienen los nacionalistas en el
parlamento y con la suma de las izquierdas defendiendo otro proyecto. Además,
el PP se ha quedado solo y para dialogar haría falta mucha cintura, incluido
satisfacer a muchas partes con intereses contrapuestos.
Negociar con los independentistas le crearía a Pedro Sánchezgrandes problemas en Andalucía, y apoyar unos presupuestos en la negociación entre PSOE, PP
y Ciudadanos tampoco sería muy bueno para los socialistas, por lo que descarto
que Sánchez sea presidente.
Para que nos hagamos una idea, según la Constitución, el
proceso para investir al presidente es el siguiente:
Artículo 99
- Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
- El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara.
- Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza a dicho candidato, el Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple.
- Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.
- Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso
La ley electoral distorsiona mucho la voluntad del voto. Un caso especial es de IU que, con cerca de un millón de votos, se queda sólo con2 diputados. Ciudadanos también se ha quejado de la ley y, seguramente, se intentará
plantear una modificación de dicha normativa. Pero eso es algo que todavía no
termino de ver.
Alberto Garzón, a pesar de haber desarrollado una fantástica
campaña, con un uso excepcional de las redes sociales y gran capacidad para
movilizar a mucha gente en la calle, ha quedado muy lejos de su objetivo. Absorbido
su espacio por PODEMOS y ninguneado por los debates televisivos de máxima
audiencia, Garzón se presentaba también en las elecciones con una formación política
en clara decadencia, sobre todo tras los escándalos de Madrid, Bankia y las
tarjetas black; sin embargo, resiste,
aunque sin grupo propio, a las dinámicas de moda, aunque veo complicado que, a
corto plazo, IU sea decisiva para cambiar la política española si no suma apoyo
con PODEMOS.
En algunas comunidades autónomas IU iba coaligada con
Podemos y otras organizaciones, pero la sensación es que si hubieran sumado sus
fuerzas, Pablo Iglesias hubiera mejorado sus resultados sustancialmente. Nunca sabremos
si fue un interés electoralista lo que movió a PODEMOS a romper el pacto con IU
o si, por el contrario, fue un excesivo celo de IU la que bloqueó el acuerdo
ante el miedo de perder su identidad. Pero la realidad de los votos impone, una
vez más, la necesidad de plantear las elecciones desde una perspectiva estratégica
distinta, que no es otra que la de conseguir el mayor apoyo electoral posible
para poder gobernar.
Conclusiones
Hay un cambio generacional, unido a una revolución
tecnológica, que está trasformando la política. Es evidente que la gente ha
votado cambio. Pero el cambio exige mucho diálogo. ¿Estarán los políticos a la
altura de las circunstancias? ¿Se cambiará la ley electoral? El resultado electoral y la política de pactos
me recuerda al dilema del prisionero: se tome la decisión que se tome, siempre
habrá un coste que nadie quiere asumir.
Por cierto, demasiado se está hablando de Cataluña y del
derecho a decidir y poco de cuestiones
económicas y sociales. Una vez más, cuestiones identitarias ofuscan el debate
necesario sobre el modelo social y productivo que queremos.
Continuará…
Estupendo análisis; muchísimas grácias Héctor.
ResponderEliminarGracias, Pepe. Un saludo!
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