Se ha publicado la EPA del primer trimestre de 2016. Los
resultados no son nada alentadores. Veamos algunas cifras:
- · El número de ocupados se reduce en 64.600 personas en el primer trimestre de 2016 respecto al cuarto del año anterior (un –0,36%) y se sitúa en 18.029.600
- · La ocupación sube este trimestre en 17.600 personas en el sector público y desciende en 82.100 en el privado
- · El número de parados sube este trimestre en 11.900 personas (0,25%) y se sitúa en 4.791.400
- · La tasa de paro se sitúa en el 21,00%, lo que supone una décima más que en el trimestre anterior.
- · El número de activos disminuye este trimestre en 52.700 hasta 22.821.000. La tasa de actividad baja 14 centésimas hasta el 59,29%. En el último año la población activa ha descendido en 78.400 personas.
- · Los hogares que tienen a todos sus miembros activos en paro aumentan este trimestre en 54.300, hasta un total de 1.610.900. Son unipersonales 392.400.
- · Por su parte, el número de hogares en los que todos sus miembros activos están ocupados desciende en 20.000, hasta 9.510.400. De ellos, 1.837.800 son unipersonales
Pues sí, estos son algunos datos…y volvemos a las elecciones
con este panorama. Ya no es que deje de preocuparnos tener cifras de desempleo por encima del 20%, ni que el número de
hogares con todos sus miembros en paro esté en 1.610.900 personas y no nos
sorprenda, ni tampoco que la población activa se reduzca. Simplemente debería preocuparnos
que, lejos de salir del agujero, con el problema de déficit que tenemos y con
una economía que no crea empleo como debiera, nos esperan momentos más que
duros. Como se puede ver, se han ganado más de 17.000 empleos en el sector
público, mientras que se han destruido más de 80.000 en el privado. ¿Qué pasará
cuando se tenga que meter de nuevo la tijera? Todavía puede ser peor: ¿se
cumplirán las previsiones de crecimiento aun cuando la inflación está por los suelos?
Aunque se nos vende que existe un cambio de tendencia,
llevamos muchos años de crisis y es necesario revertir la situación de forma
urgente. Que se enquiste el problema social del desempleo en multitud de
familias sólo nos puede provocar más daño, como sociedad y como país. El nuevo gobierno que salga de las urnas sigue
teniendo la misma obligación que el que entró hace cuatro años y pico: luchar
contra el principal problema de este país.
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