domingo, 12 de junio de 2016

Equilibrios y escenarios de futuro tras las elecciones del 26J


Fuente: Wikipedia
En su vídeoblog, Iñaki Gabilondo retrataba lo que podía ser el escenario de futuro tras las elecciones de junio. Da algunas claves que me parecen importantes si queremos realizar un análisis realista y lúcido de lo que nos vamos a encontrar. Veamos las hipótesis marcadas por el periodista:

  • ·         En primer lugar, las elecciones las ganará el Partido Popular. Eso casi nadie lo pone en duda. La cuestión es si crecerá mucho más con respecto a los anteriores comicios. En mi opinión, subirá lo suficiente como para que Rajoy siga de presidente.
  • ·         Ciudadanos apoyará al PP. No veo muy claro un posible pacto con el resto de fuerzas para desalojar a los populares de la Moncloa. Además, la entrada de lleno de Rivera en la campaña crispada del PP contra Podemos (Venezuela, terrorismo…) beneficia a Rajoy y a Iglesias, pero perjudica a la opción naranja.
  • ·         EL PSOE de Pedro Sánchez dejará gobernar a Rajoy, por lo que intentará, junto con Rivera, pactar alguna reforma de cara a la galería.
  • ·         Entre todos pueden situar a Podemos como el único contrapoder, por lo que la estrategia de Iglesias  de volver a las elecciones le saldrá redonda. Para la formación morada, estar en la oposición y mantenerse cohesionada será una ardua tarea, y veremos si el partido aguanta o se verá diluido. Hasta el momento Podemos sólo era una reacción de moda contra lo establecido, les falta poder asentarse con fuerza. Pero parece que todos los partidos están empeñados en que gane las elecciones. En vez de agudizar las contradicciones entre todas las fuerzas que componen la coalición  de Unidos Podemos, están consiguiendo lo contrario. Ya lo escribí hace tiempo por las redes, las artes marciales japonesas aprovechan la fuerza del contrario en su contra. El tiempo parece darme la razón, aunque, como siempre digo, nunca se sabe. Es difícil mantener una alternativa política  de estas características  si no hay apoyo mayoritario en la calle.

Lo que hay que preguntarse, una vez que Bruselas esperará a las elecciones para ver si nos castiga o no por el déficit, es la incógnita de hacia dónde irá nuestra economía y si los casos de corrupción terminarán definitivamente con la paciencia de los españoles. Si seguimos creciendo al 3%, no iremos mucho a peor, pero lo difícil es mantener ese crecimiento indefinidamente. Seguimos teniendo mucho paro y los problemas económicos son la principal preocupación para los españoles. Digo lo anterior porque la desafección en relación a la política es una constante en España. Es posible que el interesante escenario multipartidista, en el que todos tienen que llegar a consensos para poder gobernar, deje paso a una confrontación entre dos bloques. Para mí, esta dicotomía sólo beneficia al PP y a Podemos. Todas las estrategias encaminadas a descargar furia contra uno u otro desembocan en la teoría de los vasos comunicantes, por lo que, como establecía Gabilondo, los que no quieren que gane Iglesias están situándolo, queriendo o no, como el único contrapoder a lo establecido. Esto tiene tres consecuencias:

  • ·         Movilizar el voto útil del miedo. Vienen los peligrosos izquierdistas y hay que pararlos. Aquí el PP se beneficia.
  • ·         Movilizar el voto útil del cambio a la izquierda. Si la gente cree que Unidos Podemos puede dar el sorpasso al PSOE, todo el que quiera ver a Rajoy fuera de la Moncloa y cambiar las cosas de forma profunda optará por ellos.
  • ·         Tanto PSOE y Ciudadanos pueden verse perjudicados por esta tensión. La estrategia de ambos  es complicada, puesto que, por un lado, pueden ganar ventaja planteándose como partidos moderados entre los dos polos; por otro, es posible que den la sensación de que no van a cambiar nada. Difícil equilibrio; ambas formaciones deben trabajar mucho en esta campaña. Además, Ciudadanos parece obsesionado por mantener al votante más conservador y la estrategia de Venezuela, Cuba, Grecia, etc. puede no serle de mucha ayuda. Para detener a los radicales ya está el PP.

No nos olvidemos de que en España se vota más en contra de que a favor de.
Creo que, mientras sigamos confundiendo la realidad y el deseo, seguiremos equivocándonos en nuestros análisis políticos. Mi opinión es la del científico, que estudia la realidad en profundidad con las herramientas que tiene e intenta describir lo que ve. Si me preguntáis que es lo que prefiero, como demócrata diré que me inclino por un poder muy repartido gracias a un sistema de pesos y contrapesos y  una sociedad civil fortalecida, vigilante y activa. No me gustan nada ni la fe incondicional en que unos u otros van a salvarnos (o destrozarnos) ni la apatía política. Pero siempre os digo que la política es como el ajedrez, que los políticos que ambicionan el poder juegan con sus estrategias y que el que hoy es enemigo mañana puede ser un amigo íntimo. Siempre tendré presente 1984 de George Orwell. Espero que muchos también lo tengáis.  



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