En muchas ocasiones nos lanzamos a buscar
empleo sin tener un plan. Queremos trabajar en lo que sea y luego nos damos
cuenta de que “lo que sea” no es un empleo concreto. Nadie busca este perfil.
- Definir mi perfil y proyecto profesional. ¿En qué quiero trabajar? ¿Qué piden para ocupar ese puesto?, ¿necesito más formación?, ¿necesito hacer prácticas para adquirir experiencia?, ¿tengo experiencia de sobra? Este paso es complicado; en ocasiones, se nos puede dar bien, no sé, la docencia, pero no querer dar clases. Debemos aunar lo que quiero hacer con lo que se me daría bien. Este tema lo veremos en otras entradas.
- Un segundo paso estaría relacionado con la autocandidatura y la construcción de red de contactos. Nada es más eficaz en la búsqueda de empleo que tener bien localizadas las empresas que pueden contratarme, pero también conocer gente del sector, profesionales de RRHH u otros empleados puede ser esencial de cara a ocupar una vacante. Se estima que alrededor del 80% de los puestos se ocupan mediante la red de contactos, principalmente, y la autocandidatura.
- En el tercer paso iremos a los portales de empleo, intermediarios (ETT, agencias de colocación, servicios públicos de empleo…) y las redes sociales de Internet.En este paso es donde se pueden fusionar estrategias, como utilizar LinkedIn para hacer red de contactos o seguir a empresas de interés en las redes sociales para estar al día. Si se quiere ganar visibilidad, el blog es una buena opción.
- Evaluación de mi búsqueda. Es hora de saber si nuestro perfil es lo suficientemente empleable, si mi ámbito geográfico es demasiado reducido, si me falta formación, etc. Es posible que en mi fase de evaluación me di cuenta de que me falta, por ejemplo, un nivel de inglés aceptable para trabajar en lo que quiero. Si me pongo a estudiar este idioma, todavía estoy encuadrado en la búsqueda de empleo. Es decir, que mi estrategia no descansa nunca, independientemente de que me esté formando o no.
Tenemos que ser realistas. En muchas
ocasiones, sobre todo los que somos soñadores, nos perdemos esperando un
trabajo ideal que nunca llega. Nos desesperamos cuando pasa el tiempo y
empezamos a buscar trabajos para los cuales no nos hemos preparado pero que, al
no necesitar cualificación, nos resultan parece más probable acceder a ellos.
No obstante, la capacidad de variar la estrategia y de adaptarnos es esencial
en los tiempos en los que vivimos. Os repito lo de antes: creo que este plan,
junto con el DAFO que veremos en otra entrada, fueron esenciales de cara a
plantearme qué hacer con mi carrera profesional.
Os dejo un mapa conceptual que ilustra mejor
lo que os comento:
Muy buena reflexión, Héctor. Creo que el plantearse un plan es fundamental para la búsqueda de empleo, y poquísima gente lo realiza. En mi caso concreto, el simple hecho de plasmar sobre el papel varios puntos importantes hizo que tuviese las cosas mucho más claras. Y no sólo en qué me gustaría trabajar, sino también en qué no me gustaría trabajar. Eso me ahorrò gran cantidad de energía al focalizar mis esfuerzos (qué formación necesito y cuál no, qué ámbito geografico, què disponibilidad...). Y al final dió sus frutos: trabajo en lo que me gusta, donde me gusta y cuando me gusta. Nunca pensé que fuera posible. Pero el crear un plan (muy básico, por cierto) me ayudó muchísimo. Gracias por el artículo, Héctor. Un saludo!
ResponderEliminarMil gracias, Pepe! A mi también. Desde luego es muy útil.
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