Es curioso que ahora, aunque ya se anunció hace varios meses, la red de Zuckerberg acabe de anunciar que van a etiquetar aquel contenido que sea “gubernamental”. Claro, no se trata de eliminar, simplemente de que el usuario sepa cuál es la fuente y si esa noticia tiene visos de ser verdad o no. Estas acciones son necesarias. Y son necesarias porque, aunque el negocio de las redes sociales pasa por la viralidad y el click continuo, pueden perfectamente, al menos, avisar sobre la fiabilidad de los posts.
Lo que ocurre es que estoy con la mosca detrás de la oreja. Se etiqueta, según leo, las noticias que son comunicadas por medios controlados parcial o totalmente por los gobiernos. ¿Diferenciará Facebook la BBC, medio público e independiente, de otros medios que, además de ser públicos, son voceros del gobierno de turno?
Tras la pandemia, y no me cansaré de decirlo,
nos hemos dado cuenta, , de que la información falsa puede ser perjudicial para
la salud, como (sucedió con la gente que bebió lejía tras las declaraciones del
presidente de EEUU. Pero
también tenemos que hacer un ejercicio de análisis profundo sobre el papel de las instituciones a la hora de
comunicar. Por ejemplo, la OMS, que parece que cambia de criterio cada dos por
tres: hoy los asintomáticos son los principales propagadores de,
virus, mañana no; hoy mascarillas no, mañana sí. A veces estos
vaivenes hacen que la gente busque fuentes alternativas de información que no
siempre son fiables, porque lo que se buscan son certezas. Sabiendo que en la
vida, por ahora, la única certeza es que vamos a morir todos, las instituciones
deben tener en cuenta el público al que se dirigen para intentar que sus
cambios de opinión (en muchas ocasiones, justificados) no creen más confusión.
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