Los que estudiamos carreras de letras (en mi caso, mixtas,
porque me licencié en Ciencias Políticas), ya partíamos del hecho de que no
íbamos a tener tantas opciones de encontrar trabajo como con otros estudios. Todavía
sigue la misma tendencia.
Según los últimos datos, “quienes han cursado estudios de Veterinaria y de Matemática y
Estadística tienen menores tasas de paro en España que las personas que han
optado por otras especialidades o se han quedado en la formación básica, según
datos extraídos de la Encuesta de Población Activa (EPA)”. Vayamos viendo
el porcentaje detallado de inserción laboral de dichas carreras:
- Veterinaria: tasa de empleo del 80,48%.
- Matemáticos y estadísticos: tasa de empleo del 78,64%.
- Informáticos: tasa del 76,95%.
- Periodismo e información: 74,21%.
- Derecho: 73,5%.
Las personas que sólo tienen formación básica cuentan con
tasas de empleo del 34,1%, muy lejos de cualquier dato que refleje la formación
superior. Esto demuestra que estudiar amplía la probabilidad de encontrar trabajo.
Otro dato que me interesa resaltar es que el “62,12% de la población española de 16 o
más años cuenta con programas de formación básica”, o sea, que sólo tienen
la educación obligatoria. Evidentemente,
por una cuestión estadística, siempre habrá más parados sin estudios superiores
que con estos. Pero es impactante ver cómo un porcentaje tan alto ni siquiera
ha optado por una formación profesional, un detalle a tener en cuenta si
queremos mejorar la sociedad de cara a la generación de empleo. Además, nos
encontramos con un añadido, que no es otro que la profunda división, en este
sector de la población, entre los ocupados hombres o mujeres; mientras los
primeros cuentan con una tasa de empleo del 40,82%, las segundas sólo ostentan
el 27,6%. Por lo tanto, si en algunas carreras
universitarias la tasa de empleo femenino era superior a la masculina, en la
población que cuenta con formación básica esta tendencia se invierte y se hace
bastante desigual.
Sinceramente me ha sorprendido no ver ninguna ingeniería en
este ranking y que el periodismo esté entre las primeras también es un detalle
que me ha dejado un poco perplejo. La fama de que el periodismo era una fábrica
de parados siempre ha estado encima de la mesa. Es cierto que hay que señalar
una cosa y es que el estudio desarrollado por el Instituto Nacional de Estadística
no detalla si estos licenciados trabajan en lo que han estudiado o, por
ejemplo, sirven copas. De hecho, sabemos
a ciencia cierta que “uno de cada tres trabajadores con un empleo precario es
licenciado”.
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