Fuente: BBC |
Tras los brutales atentados en París, mucho se está diciendo
y analizando sobre los Yihadistas: quiénes son, qué ideología profesan, pero,
sobre todo, la pregunta que circula en el aire es ¿qué está pasando en Siria?
Que el islamismo radical es una ideología fanática muy peligrosa
no hace falta decirlo aquí, se sabe. La cantidad de europeos occidentales que
se están alistando en las filas del ISIS está creciendo de forma preocupante.
¿Qué mueve a estas personas? ¿Es un odio repentino y fanático? ¿Se han hecho
bien las cosas en relación con la integración? Las respuestas serán amplias. Sin
embargo, hoy me gustaría analizar la situación de Oriente Próximo, sobre todo de
Siria, más en profundidad, porque es posible que muchas respuestas sobre la
creación y configuración del Daesh estén ahí.
Una vez terminada la guerra de Irak, el desmantelamiento del
estado gobernado con mano de hierro por Sadam Hussein dio paso a una profunda inestabilidad y a la generación de un
conflicto bélico de dimensiones lamentables. La eterna revancha entre chiís y suníes
se vio teñida de sangre y los países dela zona empezaron a ponerse muy
nerviosos por lo que podía ser una nueva reconfiguración de Oriente Próximo (
por cierto, en 2003 el número de matrimonios mixtos entre suníes y chiíes en
Irak era más que considerable). Entre estos países está Arabia Saudí. El periodista Íñigo Sáez de Ugarte nos dice que la guerra de Irak “fue uno de los grandes errores históricos
de siempre, a la altura de la invasión soviética de Afganistán o la decisión de
Hitler de lanzarse sobre la URSS. Reforzó a Irán al llevar a sus aliados al
poder en Bagdad y alentó una paranoia creciente en los regímenes suníes sobre
el creciente poder de los chiíes. La campaña de bombardeos saudíes en Yemen
debe mucho, casi todo, a esa confrontación que se repite con distintas formas
en varios puntos de Oriente Medio y ha creado suficientes monstruos como para
que nos atormenten durante años. Siempre estamos a tiempo de crear más”
Que EEUU desmantelara al ejército iraquí y entrenara a milicias
muy violentas solo acrecentó el problema. Como opina la periodista OlgaRodríguez, “en 2014 el 'Estado Islámico'
se hizo fuerte en Siria e Irak. Miles de hombres del ISIS, armados y protegidos
con humvees y tanques, tomaron varias ciudades iraquíes sin apenas
resistencia.”
¿Qué resistencia iban a tener si no había milicias, ni
ejército, ni estado y la población estaba diezmada por la guerra, sobre todo
con el estallido del conflicto también en Siria? Continúa la periodista de
eldiario.es, “grupos suníes de diversa
procedencia, solo unidos por un enemigo común, terminaron integrando las filas
del Daesh. Tomaron varias ciudades iraquíes y llegaron muy cerca de
Bagdad. Apenas encontraron resistencia por parte del ejército iraquí, marcado
por la corrupción”.
En 2014, se proclamó el estado islámico de Irak y Siria
(ISIS, en sus siglas en inglés). La bestia ya andaba en todo su apogeo.
Pero, ¿cómo han visto el resto de estados de la región al Daesh?
Sigo citando el artículo de Olga: “el
Daesh ha sido visto por algunos actores regionales -Israel, Turquía, Arabia
Saudí, etc.- como un arma potencial contra Irán. Ha mantenido débil al régimen
chií de Irak y ha tenido ocupados a grupos enemigos de Israel, como Hezbolá,
que lucha en Siria contra diversos grupos de la oposición, entre ellos el
Daesh.” Esto sin hablar de Turquía, que
ha considerado que el Daesh servía tanto para reducir la fuerza chií como para
combatir a los kurdos.
Arabia Saudí, eterno aliado de EEUU, permite la financiación
del Daesh, mientras Rusia apoya el régimen de Al- Asad en Siria. El rompecabezas
de Oriente Próximo se va ampliando, pero la finalidad es la misma: luchas
sectarias y geoestratégicas por controlar la región, una de las más ricas en petróleo
del mundo. La memoria histórica de todo lo que ha pasado desde el final de la
primera guerra mundial -la guerra de Afganistán contra los soviéticos, las
guerras del Golfo…- sigue muy viva en la región.
Tras los atentados en
París
Hollande tiene claro que hay que ir a la guerra. Estoy de acuerdo
con la intervención selectiva para parar a ISIS, pero me pregunto: después del
11S y la invasión de Afganistán e Irak, ¿estamos mejor o peor? Yo diría que
peor. La complejidad del problema es tal que no podemos guiarnos por el vocerío
y el matonismo de barra de bar. Es necesario ser muy calculadores para poder combatir
el terrorismo yihadista desde todos los frentes, no solo el militar.
Si el Daesh sabía que un atentado en Francia supondría una
respuesta armada, ¿es lo que esperaba? ¿Buscan los terroristas bipolarizar a la
población, incrementar la islamofobia y llevar a las potencias occidentales a
su terreno como un día le pasó a la URSS?
Continuará.
Bibliografía de
consulta
Cómo acabar con Isis
Quién pelea contra quien en la Guerra de Siria
Las claves del 13N: ¿un cambio en la estrategia Yihadista?
Paris nos desnuda
El rompecabezas Sirio
Cómo surge el ISIS, cómo se financia, quiénes hacen la
vista gorda (1)
No, no es una guerra (y no necesitamos un George Bush
francés)
Atentados de París: cambio de tendencia
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