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| Fuente de la imagen: eldiario.es |
Al final hay acuerdo en Cataluña.
Artur Mas se retira y los independentistas, todos ellos, apoyarán a otro
candidato: Carles Puigdemont, un miembro destacado del partido de Mas,
Así, el expresident consigue varias cosas:
- · Salva a CDC de un descalabro electoral si se hubiesen repetido elecciones. No era seguro que se volvieran a coaligarse con ERC.
- · Les da, a priori, un golpe a la CUP. Esto es importante, porque era posible que este partido siguiera canalizando descontento popular. Ahora va a ser difícil que la parte “social” y “anticapitalista” resista a la humillación de plegarse a Junts pel Sí.
- · Queda, ante los suyos, como un patriota que ha sabido retirarse. Digo ante los suyos, pues otros lo consideran la persona que se cargó a CIU y que ha fragmentado a los catalanes en dos bloques.
El acuerdo le ha salido caro a la CUP. Como bien leemos en
la prensa, esta “ha pagado un precio
alto por la cabeza de Artur Mas. Dos diputados dimitirán, y otros dos (que aún
está por ver si serán los que entrarán o del actual grupo parlamentario)
pasarán a formar parte de facto de Junts pel Sí”. Además, en ningún caso la
CUP votará en contra del gobierno de la Generalitat, encabezado por Junts pel Sí. Si se hacen recortes ¿esto
será así?, ¿votarán a favor del gobierno?
Ya veremos a lo largo del tiempo si la jugada le sale bien a
la CUP. Es evidente que ha conseguido
que Mas no sea presidente, pero eso no quiere decir que se solucionen todos los
casos de corrupción de CDC , que todavía seguirá gobernando, aunque con el
apoyo del resto de independentistas ( junto con todas las políticas de recortes
del gobierno de Mas). Desde luego que algo no va bien cuando hay tantas ganas
de irse de España. También es cierto que el nacionalismo prioriza el
sentimiento identitario ante todo lo demás, pero no quiero soslayar que el
problema en Cataluña es grave cuando una parte tan amplia de su sociedad quiere
crear su propio estado. Reformar la Constitución, mejorar las instituciones y
crear un nuevo marco legal que dé cabida a todas las comunidades para que estén más cómodas son cosas que se tendrán que
afrontar de forma urgente.
De no haber llegado a un acuerdo, repetir elecciones hubiera
sido -según muchos analistas- letal en número de votos para los
independentistas.
El proceso
Una vez que Cataluña tiene gobierno se pretende seguir con
el proceso de independencia y desconexión
del resto de España. El primer paso será “declarar la desobediencia a las
instituciones españolas, empezando por el alto tribunal, e instar a la
Generalitat a cumplir sólo las leyes aprobadas por el Parlament. En este
sentido, si se sigue lo que dice la declaración, en un mes se empezarán a
tramitar la ley de proceso constituyente, la de Seguridad Social y de Hacienda
pública”.
Cómo vaya a actuar el gobierno español es un misterio. A la espera
de que dejemos de tener un presidente en funciones, las hipotéticas coaliciones
perece que no van a arrojar ninguna mayoría para ocupar la Moncloa. El PSOE sigue teniendo el dilema de apoyarse en un Podemos que le exige una consulta y
el reconocimiento del derecho de autodeterminación, mientras que Rajoy espera
impaciente a que todo se solucione solo llamando al PSOE a la unidad nacional.
El soberanismo no tiene mayoría suficiente para declarar
unilateralmente la independencia catalana. Tampoco la legitimidad, que sí daría
un referéndum con una pregunta clara y todas las garantías, no unas elecciones
autonómicas y un acuerdo al límite entre los partidos para seguir un proceso que
no sabe nadie dónde terminará. Por cierto, ya expuse en este blog mis reservas
ante un referéndum. http://politologoenred.blogspot.com.es/2016/01/nuevas-elecciones-en-cataluna-y-algunas.html
Muy a mi pesar, creo que la cuestión catalana ocupará por
completo la campaña de las próximas elecciones nacionales. De nuevo un choque de
trenes para evitar solucionar problemas de calado, como el paro, la exclusión
social, la modernización de las instituciones y el cambio de modelo productivo.
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