Según
las estadísticas, el contrato fijo cuyo despido durante el primer año de
vinculación laboral saldría gratis a la empresa ha supuesto el 7,6% del total de contratos
registrados durante el periodo de estudio. Sin
embargo, en las
PYMES, figura empresarial para la
que se creó el contrato de apoyo al emprendedor con esta característica “indemnizatoria”
, encontramos que esta figura contractual asciende sólo al 22% del
total de la contratación. No ha tenido
mucho éxito.
La
cuestión de la creación de empleo no depende del tipo de contrato que
utilicemos, como estamos viendo, pues eso sería desviar la atención a cómo funciona en realidad
nuestro deteriorado mercado de trabajo. Ya hemos establecido en innumerables
ocasiones que la mayoría del tejido empresarial español es PYME, pero además, siendo más concretos, sabemos que alrededor del 82% de las empresas tiene
menos de dos asalariados (tal y como estimé hace un año en esta entrada). Ante estas características
de nuestras estructuras productivas, yo
me planteo:
·
Las empresas españolas dependen
mucho del mercado interno. El consumo interno está por
los suelos, de hecho, se estima que una familia media española ha perdido
alrededor de 8000 euros al año como consecuencia de los recortes y el aumento
de impuestos. Con este panorama, las empresas disminuyen sus ventas y, por extensión, su facturación.
Ante la incertidumbre, el rechazo a
realizar cualquier contratación es evidente. ¿De qué sirve cambiar los
contratos?
·
No es cuestión de indemnizaciones
en los despidos, sino de la aportación que haga el trabajador a la empresa. En todos los foros de Recursos Humanos se
habla hasta la saciedad de la cuestión del capital humano pero, sin embargo, la
cultura establecida mayoritariamente es que el trabajador sólo es “un coste” y
no una inversión, lo que promueve la idea de que si haces fijo a alguien,
tendrás muchos problemas.
·
Si la indemnización en el
primer año de este contrato es cero, ¿es un contrato indefinido? ¿Qué protección tiene ante el despido
el asalariado?
·
Siempre tenemos que tener en cuenta, sobre todo en España, la fuerza
de la economía sumergida y a la excesiva
temporalidad de actividades dinamizadoras de empleo en España, como el turismo
y la agricultura. Además, desde el fin de la burbuja inmobiliaria parece ser
que no encontramos un motor productivo generador de empleo.
·
No digamos nada del acceso a la
financiación. La restricción de crédito ahoga aún más a las PYMES.
Por lo
tanto, considero que, aunque habría que estudiar la cuestión de las contrataciones
y otros elementos burocráticos con la idea de agilizar procesos, la PYME creará
empleo cuando venda más productos y, por lo general, parece que no se resuelve
esto tan sólo con la promoción de las exportaciones.
Por
otro lado, reflexionando sobre la creación de empleo, hemos de tener en cuenta que
la tendencia de los países desarrollados es, o debe ser, enfocar su modelo productivo al mundo de la
información y del conocimiento. Cuando el paro es una lacra y la tecnificación
de las operaciones nos permite liberar a las personas de muchas actividades
monótonas y rutinarias, no entiendo ese mantra tan extendido de “trabajar más horas” por trabajarlas,
ya que lo que es evidente es que sobran
horas de trabajo (por no decir algo más drástico como que sobran trabajadores para los puestos que
se crean, si no, no habría desempleo). Estamos llegando a la situación de
tener a gente que trabaja doce horas
diarias y otros muchos que no tienen empleo. Otra cosa es ganar menos, que
evidentemente está relacionado con los tipos de negocio y las situaciones
actuales, pero trabajar más, estableciendo
como algo idílico vivir perenne en el puesto de trabajo, no lo veo lógico,
además de ser muy poco productivo.
La reducción de la jornada laboral se lleva planteando décadas, entre otras cosas
para repartir el trabajo y poder conciliar vida familiar y laboral. Que este
reparto del empleo y la creación de
nuevos puestos no aumente la precariedad laboral se ha convertido en el
verdadero reto de las economías avanzadas (de éstas y de las que están
avanzando, tal y como se analiza, por ejemplo, en este artículo que habla de la creación de
empleo en los países emergentes de Latinoamérica).
Hay que
seguir pensando, analizando y actuando para crear nuevos puestos de trabajo,
eso no lo evita nadie. Sobre este asunto,
la creación de puestos de trabajo, ha realizado el Banco Mundial un estudio en el que estima una
serie de variables necesarias para tal tarea.
Como veis, no todo se soluciona con el despido gratis.
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