Manuel Castells ha vuelto a arrojar un poco de
luz al fascinante mundo de la comunicación
en red con su último libro “Redes de
indignación y esperanza”. El prestigioso sociólogo estudioso del poder y la
comunicación, analiza en este libro la primavera
árabe, el movimiento de Occupy Wall Street, la revolución islandesa y el 15 M como movimientos sociales
promovidos y difundidos en Internet, pero que terminaron ocupando el espacio
público. Al día de hoy, la red se ha convertido en un canal de encuentro entre
jóvenes (digo jóvenes, porque son fundamentalmente ellos los “nativos digitales”)
y activistas de todo el mundo y esto ha ayudado a gestar una nueva forma de
movilización ciudadana. ¿Estamos ante una nueva era? Yo diría que sí.
El libro va diseccionando ágilmente esta serie de fenómenos acecidos en diferentes partes del mundo y que tienen dos aspectos en común: Internet y la indignación ante una situación injusta. La crisis
económica mundial que vivimos ha atizado innumerables conciencias, pero hasta
este momento no se habían visto unas movilizaciones tan numerosas y con una
serie de características tan similares atravesando tantas fronteras. Podemos
decir que, usando las propias palabras de Castells, el libro trata sobre “los movimientos sociales en la era de
Internet”.
Aunque una entrada de blog no da suficiente
espacio para profundizar mucho en todos los aspectos que trata el libro, sí me
gustaría analizar una serie de conceptos que en él se detallan. Vayamos por
partes:
·
El poder funciona a través de
conexiones. La
cultura, las finanzas, el estado… todos los elementos del poder se vinculan
entre sí mediante intercambio de información. Para seguir dominando, el poder
no sólo debe recurrir a la coerción, sino que tiene que “dominar las mentes”
construyendo significados que legitimen su existencia.
·
“Comunicar es compartir
significados mediante el intercambio de información”. En este sentido, si tenemos en
cuenta que los medios de comunicación tradicionales son dominados por las
corporaciones y los gobiernos, Internet surge como un canal de conexión más
libre que conecta a ciudadanos con inquietudes similares. Castells utiliza el
concepto de “autocomunicación de masas”
como esta nueva forma de comunicarnos en la era de Internet. Es de masas, porque
es masiva; pero es autocomunicación, porque “el emisor elige el mensaje de
forma autónoma” y “designa a los posibles receptores”.
·
El poder en la sociedad red
necesita programadores y conmutadores, o sea, programar
cada una de las redes de las que depende la vida de la gente (gobierno,
parlamento, seguridad, finanzas…) y conmutar o conectar estas redes (de lo que se
encargarían los dirigentes de medios de comunicación, élites financieras…).
Teniendo en cuenta que todo
poder conlleva un contrapoder, éste último debe tejer también su propia red de
funcionamiento buscando, por tanto, “reprogramar”
el poder bajo un prisma e intereses distintos. Así, los movimientos sociales que
se construyen en Internet comparten información, suben vídeos de las manifestaciones y las
represiones, se ilusionan y se indignan en aras de convertirse en un nuevo poder.
Una vez la gente está conectada, informada y se libera del miedo movida por la
rabia, es momento de dar un paso más.
Este paso es ocupar el espacio público.
·
Ocupar el espacio público
conlleva crear comunidad a la vez que hace visible todo un movimiento ciudadano.
Atendiendo a cómo funcionan el poder y la
sociedad red, podemos ver cómo se fueron gestando los cambios en Túnez, Egipto
o Islandia, por citar tres ejemplos. No sólo se debe a situaciones de
injusticia en las que la gente se organiza para protestar, sino que la
implantación de Internet, la penetración de la telefonía móvil y redes sociales
como Twitter o Youtube, suman un cóctel determinante para entender estos
movimientos. Hoy en día la juventud se relaciona en la red, como antes los
obreros se reunían en las fábricas u otros espacios.
En cuanto al componente ideológico de los
movimientos, se ha podido entrever que es bastante heterogéneo en todos los
países, pero contiene reivindicaciones claras en relación a la democracia y a la justicia social.
Por ahora sólo he expuesto brevemente un
análisis de las primeras páginas de libro, en las que se analizan las características
de la nueva sociedad red, el poder y los nuevos movimientos sociales en la era
de Internet a nivel general. Más adelante, se ofrecen muchos más
detalles sobre lo que pasó en Túnez, la nueva constitución de Islandia, el
derrocamiento de Mubarak en Egipto, la ocupación del centro financiero mundialen Wall Street o nuestro 15M, profundizando en cómo surgieron, cómo se
organizaron y el contexto sociopolítico en el que se desenvolvieron.
Como he ido defendiendo en otras entradas,
Internet ha significado un cambio cualitativo y cuantitativo en la forma en la
que nos relacionamos con la información y con nosotros mismos. Un cambio
radical que tenemos que estudiar y aprovechar con ahínco.
Héctor Jerez. Politólogo y consultor laboral. @hecjer
Considero a Castells uno de los teóricos más lúcidos en estos momentos tan convulsos, todavía no he leído este libro, pero sus análisis habitualmente son muy acertados.
ResponderEliminarSaludos
Estoy de acuerdo, Castells emite siempre unos análisis bastante lúcidos sobre la sociedad en la que vivimos. Muchas gracias por el comentario, Pepe.
ResponderEliminarMuy buen libro! Yo me lo he leído para el primer año de carrera y la verdad es que me ha fascinado mucho!! Saludos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Bryan. Un saludo!
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