“Mainstream”
significa “dominante” o “para el gran público”. En
caso de que nos refiramos a productos culturales, estaríamos hablando de algo
dirigido a la mayoría de “la audiencia”
en contraposición a productos más minoritarios. Por lo tanto, “cultura
mainstream” no sería otra cosa que lo que conocemos como la “cultura de masas”. Existen muchas
controversias entre los que consideran que esa “cultura de masas” o “mainstream”
es de baja calidad, y otros que piensan que lo mejor es darle al público lo que
el público desea, dejando el análisis de la calidad para debates “más elitistas”. Sobre estos temas, la
cultura de masas y todo lo que la rodea, trata el libro de
Frédéric Martel ( ) “Cultura Mainstream. Cómo nacen los fenómenos de masas”.
Cuando oímos hablar de “mainstream” nos vienen a la cabeza Hollywood y todos los productos
cinematográficos estadounidenses. Pero no se quedaría aquí la cosa. Martel nos
guía, a través de innumerables entrevistas, por todos los centros generadores
de cultura de masas que existen en el mundo. Desde Disney hasta la cadena de
televisión qatarí Al Yazira, pasando por China, la increíble industria de Bollywood en la India o la música que
se escucha en Europa. El periodista francés nos muestra como la “cultura de
masas” no sólo trata sobre de películas de tiros.
La generación de contenidos culturales es una
industria que mueve millones de dólares al año, pero que también se ha
convertido en un potente modo de crear valores y pautas de consumo. Aunque en
todos los continentes se intenta generar una cultura de masas propia, con muchos éxitos que
se comentan en el libro, EEUU sigue siendo el
gran gigante dinamizador de este tipo de forma de entretenimiento. Y se
debe no sólo a sus prácticas comercialmente agresivas, sino a una homogeneización
de la cultura y de las costumbres que hace
que, cada vez más, se perciban el cine, la música o canales como la MTV, como
algo más cercano a lo nuestro. ¿Imperialismo cultural o es que son los mejores en esta industria? Habrá
respuestas para todos los gustos.
Frédéric Martel construye un interesante
ensayo, entre lo periodístico y lo sociológico, lleno de curiosidades sobre un
negocio cuyas ramificaciones se pierden de nuestro control analítico. Disfrutad
de su lectura.
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