Según los últimos estudios, tardaremos al menos 15 años enrecuperar el empleo previo a la crisis. El leve crecimiento económico, sumado a
unos dos millones de personas que, proviniendo del ladrillo, tienen escasa
empleabilidad, nos hace pensar que seguiremos, durante una larga temporada,
siendo testigos de un panorama social bastante crudo.
Al problema del desempleo hay que añadir la extrema
precariedad. Los contratos temporales y mal pagados están a la orden del día.
La bajada de salarios impide incrementar la demanda agregada y eso, como es
evidente, dificulta aún más despegar. Por citar algunos datos -tal y como se
recoge en 20 minutos-, el contrato a
tiempo parcial ha pasado de suponer el 10,9% en el tercer trimestre de 2007 al
14,9% en el mismo periodo de 2014. El
“70% (de esos contratos) es involuntario y la jornada media es de 10 horas”.
Con diez horas de jornada, y suponiendo que la referencia sea el salario
mínimo, podemos decir claramente que nos encontramos ante un subempleo
creciente que se hace endémico. Empleo que ni siquiera permite una inserción
social adecuada. En otros países, como Holanda, donde el peso de la
“flexibilidad” es muy alto, se observa que el 96% de la contratación a tiempo
parcial es voluntaria y que la jornada media es de 30 horas semanales.
La situación crítica de muchas familias debe hacernos reflexionar
sobre la importancia de la cohesión social y el bienestar en una sociedad. ¿Puede
construirse una democracia con desigualdades galopantes y un incremento en los
índices de pobreza?
Oxfam Intermón hapublicado un estudio que destaca el hecho de que “los tres españoles más acaudalados duplican en riqueza al 20% de la
población más pobre”.
Si en el último año las principales fortunas españolas han visto incrementada su riqueza, esto quiere decir que la crisis, como es evidente, no ha golpeado a todos por igual. Como comenta el director general de Oxfam Intermón en España, José María Ver,
Si en el último año las principales fortunas españolas han visto incrementada su riqueza, esto quiere decir que la crisis, como es evidente, no ha golpeado a todos por igual. Como comenta el director general de Oxfam Intermón en España, José María Ver,
"La creciente desigualdad no es fruto del azar, sino el resultado
de políticas concretas que han desequilibrado la balanza y han permitido a unos
pocos obtener beneficios que se incrementan día a día, mientras la mayoría de
las personas pierde derechos, poder y oportunidades para prosperar".
Tanto el estudio sobre el empleo como Intermón, hacen
hincapié en la necesidad de cambiar las políticas. Por un lado, las de empleo,
que supondría analizar tanto las activas como las pasivas; y, por otro lado, la
cuestión de la redistribución de la riqueza. El fraude fiscal y la bajada
constante de salarios -entre otros factores- abren una brecha enorme que impide
dinamizar económicamente nuestro país.
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