En la revista digital “Puro marketing” se publicaba un dato
interesante: “el 82% de las pequeñas y
medianas empresas han sido capaces de aumentar su cartera de clientes
potenciales gracias a su actividad en los social media”.
Las redes sociales han facilitado la creación de un canal de
comunicación con el cliente muy económico y de naturaleza participativa.
Además, Internet, al ser bidireccional, nos permite testar nuestros productos y
servicios, conociendo así la opinión del público a tiempo real, lo que
supone contar, a su vez, con una fuente
inestimable de información. Aunque al principio se consideraba que la Red sólo
valía para poner verde alguna marca, empresa o compañía que no hacía bien las
cosas, ahora ha entrado en juego una comunidad de seguidores fieles y defensores
de distintas marcas en cuestión. Esta comunidad -de lo más importante del 2.0-
es la que responde cuando hay crisis o algo que promocionar. Cuidar de la
comunidad –clientes, al fin y al cabo- es esencial para una empresa.
Pero para poder dinamizar
dicha comunidad debes tener en cuenta varios aspectos de sentido común:
- · Tienes que crear contenido de calidad.
- · Tienes que tratar con respeto a todo el mundo, pero siempre con ojo avizor por si te surgen crisis o algún troll.
- · Tienes que planificar muy bien tu estrategia: a veces no tienes que estar en todas las redes sociales, sólo en aquellas que se adapten mejor y te respondan de la manera más óptima.
Voy a centrarme en la
generación de contenidos. Si nuestra empresa sólo publica spam, ofertas u otras noticias que
tratan exclusivamente de vender, aburrirá. Hay que encontrar un equilibrio entre
anunciar nuestros productos, compartir contenidos de terceros y crear, mediante
blog corporativo, por ejemplo, información de interés para nuestros usuarios.
Si tu empresa genera contenidos, lo suyo es perseguir ser un referente en el
sector. No hace falta que te pongas el mundo por montera; piensa en tu ámbito
geográfico más cercano y reflexiona sobre si eres lo suficientemente diferente
y bueno como para que consuman tus productos o servicios.
Todo lo anterior nos lleva a reflexionar sobre si la creación
de contenidos debe saltar del mundo online
al offline. Vamos a verlo de otra forma: pongamos por
ejemplo una cafetería. Si esa cafetería sólo utiliza las redes para colgar
fotos de sus cafés y sus tostadas, quizás termine por no tener mucho movimiento.
Pero, sin embargo, si dicho negocio realiza actividades varias (conciertos,
presentación de libros, talleres, formación, ofertas especiales dependiendo del
día etc.), es entonces cuando las redes se convierten en un fenomenal canal de comunicación
para llamar la atención de la gente y conocer su opinión. No hay mejor estudio
de mercado que conocer lo que piensa la gente sobre lo que hacemos, y en eso la
red juega un papel increíble, de ahí que un buen dinamizador de redes busque permanentemente
la participación de la gente a través de sus comentarios, “me gusta”, retuits y un largo
etcétera.
Las redes son importantes, pero no suficiente. En el mundo
de los átomos, hay que ser creativo para que en el mundo de los bits se
proyecte una buena marca al exterior. Si vendemos humo, al final nos caemos.
Toda estrategia socialmedia
tiene que tener en cuenta la estrategia fuera de las redes. Al fin y al cabo,
en Internet vendemos lo que somos fuera de ella, incluso aunque nuestro
producto sea 100% online.
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